El Consejo de Gobierno ha aprobado el Plan para el Trabajo Autónomo de Andalucía, Horizonte 2020, un instrumento de planificación y coordinación de las medidas de la Junta para este colectivo que destinará 434 millones de euros durante su vigencia para el apoyo a este sector clave de la economía regional, integrado por más de medio millón de profesionales.
El desarrollo del documento, presentado a los agentes económicos y sociales, contará con la participación de las consejerías de Economía y Conocimiento; Empleo, Empresa y Comercio; Turismo y Deporte, y Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural que destinarán 342 millones de euros a incentivos directos empresariales y 92 a indirectos.
El plan, con 35 medidas concretas, tiene como objetivos el fomento empresarial, la mejora socio-laboral y la promoción del conocimiento del sector. De este modo, se pretende crear y consolidar a las empresas de trabajo autónomo; generar empleo; favorecer el relevo generacional e impulsar el emprendimiento en el mundo rural; estimular la competitividad, y mejorar la simplificación administrativa.
Entre las iniciativas de apoyo al sector destaca la concesión de ayudas a todo desempleado inscrito en el Servicio Andaluz de Empleo que inicie su actividad como autónomo, una medida que tendrá especial incidencia en las mujeres, jóvenes menores de 30 años y mayores de 45, y a los autónomos que, con una antigüedad de entre tres y seis años, incrementen su plantilla.
Del mismo modo, se establecerán ayudas para garantizar el relevo generacional, mediante la contratación de prácticas profesionales con autónomos que tengan como fin el traspaso del negocio.
La estrategia aprobada por el Ejecutivo también recoge líneas de incentivos para la creación de empresas de tres o más autónomos para la realización de actividades conjuntas y para los que desarrollen su trabajo en el campo de las TIC o tengan una empresa de base tecnológica. El fin es respaldar la creación o consolidación de negocios innovadores que, promovidos por universitarios, estén basados en el talento y el conocimiento.
Actualmente, el trabajo autónomo tiene un notable papel en el desarrollo regional. La estructura productiva andaluza está configurada en casi un 96% por empresas de menos de 10 trabajadores y la mitad de ellas son personas físicas. El perfil del autónomo andaluz es el de una persona de entre 40 y 54 años, con estudios medios, un negocio con más de cinco años de antigüedad y dedicado al sector servicios. En los últimos años se ha producido un incremento sustancial de la presencia de la mujer en este sector, y representa ya casi el 35% del colectivo.