Se cumple un año desde que se impusiera aquel primer Estado de Alarma y de que el coronavirus se considerara pandemia. En esos momentos la evidencia nos decía que la pandemia era letal y todo indicaba que aquella medida del Estado de Alarma era la única posible. Todo fue confusión, terror e incertidumbre. Sabíamos como empezaba esta tragedia pero no podíamos intuir los siguientes acontecimientos.
Nos llevamos de los supermercados todo el papel higiénico, arrasamos con todos los productos básicos y no podíamos imaginar que aquel Estado de Alarma iba a prorrogarse hasta el punto de que seguimos a fecha de hoy en Estado de Alarma, un año después y, según dicen, hasta el 9 de mayo, aunque se puede seguir prorrogando.
El Presidente no quiere manifestaciones que le pongan en peligro ni libertades plenas porque eso también le puede poner en peligro.
Nos pusimos al lado de nuestras ventanas, convencidos de que saldríamos reforzados de esta pandemia. Aplaudíamos a los sanitarios todos los días a las ocho de la tarde como gesto de agradecimiento que se ha convertido, ahora, en un incremento de ataques físicos y verbales a esos sanitarios que han seguido jugándose la vida a diario por nosotros. Todo muy coherente.
Lo más triste es que hemos normalizado el Estado de Alarma, las muertes provocadas por el coronavirus (escuchamos como mueren una media de doscientas personas a diario y nos quedamos igual), normalizamos los miles y miles de contagios y hospitalizaciones , y las Ucis, que se producen a diario.
Normalizamos también una terrible crisis económica que va a destrozar a todas las clases medias. En definitiva, estamos normalizando una tragedia terrible.
¿Cómo es posible que se recorten las libertades de un pueblo entero y nos parezca normal sin que se nos den razones?, ¿Cómo podemos explicar tan poco apego a nuestros miles de muertos y enfermos?.
Somos un fracaso de país y de sociedad.
Algeciras, 13 de marzo de 2021
Patricio González