Esta semana estamos viviendo un nuevo episodio de los intereses partidistas de nuestros representantes públicos, vuelven a olvidar su verdadera responsabilidad que es velar por el bienestar de la ciudadanía y más en plena pandemia.
Es bochornoso ver como malgastan esfuerzos entre mociones de censura y convocatoria de elecciones cuando sigue murieron gente debido al Covid-19, los ciudadanos no nos merecemos unos gobernantes que anteponen su cuota de poder a la salud pública.
El desánimo aumenta entre la población al ver que son los únicos que se sacrifican en estos momentos tan delicados, mientras los partidos políticos hacen cábalas de cuántos escaños pueden conseguir y que artimaña deben perpetrar para gobernar o perpetuarse en el poder; ignorando que todavía quedan muchos meses hasta que podamos doblegar esta crisis sanitaria que nos está exponiendo a una situación límite, con un número récord de parados y una situación económica muy preocupante.
Este terremoto político pone en peligro los avances conseguidos en la lucha contra el coronavirus, lo lógico sería llegar a acuerdos para unir fuerzas y hacer frente común, dejando en segundo plano las diferencias ideológicas que imperan actualmente, como está haciendo el resto de países europeos.