Los españoles somos una sociedad en la que el tocarse es fundamental, es necesario. Si algo echamos de menos los españoles en los últimos tiempos son los abrazos, los besos y las caricias. Por supuesto, esta es parte de la explicación de lo que nos está ocurriendo.
Un Gobierno central que no es capaz de sumar de verdad los muertos, que no ha sabido sentar las bases para una desescalada ordenada y prudente, esa es otra de las razones del desbarajuste que vivimos.
Y los Gobiernos autonómicos son la tercera de las razones. Salvo el de Asturias, ni uno solo ha sabido contener lo que ya es un desastre sanitario. Gustará más o menos que se diga, pero decir que ha habido 121 muertos de un día a otro y quedarse tan ancho es cosa de seres sin escrúpulos; es, sencillamente, una indecencia.
La última de las razones, también lamento decirlo, somos nosotros los ciudadanos. No hemos sabido entender que nos estamos jugando la vida ahora; y la vida después; porque estamos diluyendo el futuro en ruina, paro y sufrimiento. Lo que hoy es un botellón o es un patio de un colegio descontrolado o un vagón de metro atestado de gente, mañana es confinamiento y desastre.
Pero la española cuando besa es que besa de verdad. Y eso no hay forma de pararlo. Ya veremos si nuestro querido presidente del Gobierno no utiliza esta excusa en una de sus comparecencias. Es lo que falta para lograr la cuadratura del círculo. Y sería gracioso si no fuera porque esto es una tragedia que estamos alimentando entre todos.
Algeciras, 16 de septiembre de 2020
Patricio González