Alguien en la Policía Nacional o en el Ministerio del Interior que aún dirige el magistrado Marlaska no ha entendido, no ha querido entender, el espíritu de los acuerdos que inspiraron a la ministra de Asuntos Exteriores del Gobierno de Pedro Sánchez que propugnaban eliminar las barreras en el paso fronterizo que separa a La Línea de la Concepción del Territorio Británico de Ultramar y hoy, en la madrugada de este martes 11 de julio a las 7,40 las colas se hacían desesperantes.
El trabajador linense que se tiene que
levantar a las 6 de la mañana para entrar en su trabajo a las siete o las siete
y media en Gibraltar se desespera ante ese tapón que se encuentra en la
frontera.
Y se pregunta,: ¿ahora otra vez, porqué?.
Hay toda clase de cábalas. El Partido
Popular ya ha manifestado que va a ganar las elecciones y recuperar la
integridad nacional, es decir, quedarse con Gibraltar. Y posiblemente ese
propósito, ampliamente esgrimido por su ministro García Margallo, que tanto
daño hizo a La Línea, que aseguraba se
quedaría con el Peñón en cuestión de horas, aplicando su teoría de poner palos
en la rueda del progreso de Gibraltar para ahogarlo, ordenando aquellas
terribles y criminales colas que hasta un muerto causaron y hasta 9 horas de
encierro forzado dentro de un coche antes de poder cruzar la frontera o a pie firme aguantando,
mujeres trabajadoras y niños escolares, junto a turistas, trabajadores
españoles o familiares de llanitos.
El PP ya ha mostrado sus dientes y
veladamente anunciado que seguirá con la política Margallo que tiene en el
alcalde Landaluce, de Algeciras al mas fiel seguidor y tenaz intoxicador que
atiza constantemente la política anti-Gibraltar. Nada de buenas relaciones,
nada de propiciar la prosperidad compartida: su empeño, poner la bandera en lo
alto del Peñón y sumir a La Línea en la más completa miseria. Ya pasó cuando la
“genialidad” del ministro Fernando María Castiella sugirió a Franco cerrar la
frontera “y la fruta caerá madura”. Y ya veis lo que pasó y quien sufrió las consecuencias:
La Línea de la Concepción.
La ciudad perdió a la mitad de sus habitantes
obligados a la diáspora y a buscar trabajo en Australia, en Inglaterra, en
Francia (muchos linenses hay), en Barcelona, Alicante o Madrid. Donde había un
puesto de trabajo allí que fueron.
En La Línea quedaron los comerciantes que no
podían llevarse sus negocios a cuestas, los funcionarios, los maestros y en
general personas que comían de la “Olla Gorda”, es decir de las pagas del
Gobierno. Y, hay que recordarlo, una juventud sin horizontes ni expectativas
que pronto cayó en las alucionaciones del “caballo”, buscando como fuera el
dinero para el “chute”, robando y arruinando a las propias familias. Eso dejó
el cierre de la frontera. Y hay que recordarlo.
Los de Vox ya han venido varias veces a la
frontera con sus banderas y sus gritos patrióticos a enseñar los dientes a
Gibraltar e incluso a apalear con las banderas el coche de alguna inocente
llanita.
Han sentado escuela y quieren cerrar la
Frontera si pueden y les dejan. Y también el Pp acaba de anunciar que no
renuncia a recuperar Gibraltar, es decir que los acuerdos que ha hecho el
actual Gobierno no sirven de nada.
Las colas para retrasar la entrada a sus
trabajos de los españoles de La Línea que se vienen sucediendo estos días en la
frontera como la de esta misma madrugada, son todo un síntoma. Lo de fluidez en
la frontera es cosa de Sánchez y sus ministros y ahora, dicen, vienen Vox y los
de Margallo. Y hay que ir preparando el terreno, fastidiando en el cruce, haciendo
que el trabajador llegue tarde y amargando la vida.
Lo curioso es que parece que hay turnos que
favorecen y crean las coplas y hay otros que tienen asumido que la fluidez en
la frontera a quien beneficia es a los trabajadores principalmente y no ponen
pegas ni demoran el paso. Algún otro prefiere poner palos en la rueda y dificultar
el paso. A ver cuales son sus motivaciones.
Si hay 20.000 familias en La Línea,
Campamento, Puente y San Roque que viven de Gibraltar, a ellos, no les importa.
Es lo que hay, es lo que viene oiga.