Tras muchos meses de incertidumbre se ha consumado lo que tanto temíamos, el Brexit es la primera batalla institucional ganada por el populismo de la extrema derecha.
La ruptura definitiva abre un periodo transitorio que pone en vilo las relaciones entre la Unión Europea y Reino Unido después de casi cincuenta años de tormentosa relación.
La incertidumbre de las consecuencias que desencadenará este adiós definitivo en nuestra comarca atormenta principalmente a los trabajadores españoles en Gibraltar.
Más de diez mil familias esperan que nuestros dirigentes políticos estén a la altura de las circunstancias y antepongan el mantenimiento de las buenas relaciones entre pueblos vecinos a falsos nacionalismos retrógrados.
En la mente de todos queda el recuerdo del cierre de la verja que tanto daño provocó a linenses como a gibraltareños, una herida que no termina de curarse y que a día de hoy está más presente que nunca.
No debemos consentir que el auge de la política más rancia dinamite las relaciones institucionales y provoque un nuevo cisma en nuestra región que supondría un gran retroceso tanto económico como social.
Por Ignacio Holgado