Un análisis de José Luis Yagüe
La decisión del Reino de Marruecos de acabar con la penosa imagen de miles de criaturas cargadas como mulas para acarrear productos a través de la frontera, tanto en Ceuta como en Melilla, está creando una serie de incertidumbres de futuro para una parte de los comerciantes de estas dos ciudades autónomas.
Cuando se planificó el futuro del Puerto Tánger Med y de su zona franca para permitir que cientos de empresas lleven a cabo en los polígonos industriales que rodean Tánger procesos de transformación de materias primas en productos que demanda el mercado internacional, sin pagar impuestos, ya se habló de favorecer en el Norte de Marruecos la implantación de una zona de Tax Free, libre de impuestos. No es nada nuevo.
Se dice que Marruecos pidió ayuda financiera a los países del Golfo para crear junto a Ceuta y no lejos del impresionante Puerto Tánger Med, un Gibraltar africano, que estrangularía definitivamente la actividad comercial y también la financiera de la Ciudad Autónoma de Ceuta.
Se comentaba entonces que al estar Gibraltar sujeto a las regulaciones de la Comunidad Económica Europea y tener que implementar las exigencias de Bruselas, acabando con el paraíso fiscal que fomentaba la llegada de capitales de todo el mundo al Peñón, esa actividad del centro Financiero de Gibraltar quedaría limitada a la normativa europea y por tanto restringida a la mínima expresión. Como así ha ocurrido.
Gibraltar ya hace años que dejó de ser un Paraíso Fiscal y su actividad financiera ha de atenerse a las estrictas regulaciones que le impuso Bruselas. El intercambio de información fiscal con 27 países del mundo, desde Estados Unidos a Austria y finalmente con España han servido para demostrar que Gibraltar era y es una jurisdicción limpia, sin ningún atisbo fraudulento para servir de refugio a dinero de extrañas procedencias.
Se dice que en el proyecto de creación del “Gibraltar Marroquí” estaba contemplada precisamente la posibilidad de recoger en Africa, lejos de la jurisdicción y de las exigencias de la Regulación Europea y sin ese apretado corsé que Europa exige para la actividad financiera, todo ese ingente movimiento de capitales que busca eludir las duras regulaciones y los elevados impuestos, para poder moverse con cierta holgura. Esta es ciertamente una actividad muy mal vista, con muy mala prensa, pero que, existir existe, desde Panamá a las islas del Caribe o a determinados enclaves europeos incluso y algunos de Asia. El dinero, de origen legal, busca donde tributar menos y los capitales se mueven de acá para allá buscando tipos impositivos más favorables. Esto es así, de siempre. Y no todos los capitales que se mueven en los paraísos fiscales son de origen dudoso.
En el despertar de Africa, Marruecos ocupa un lugar muy predominante. El principal banco de Marruecos, el BMCE que preside el veretano Otman Benjelloum es el segundo Grupo Bancario que opera en Africa con miles de oficinas abiertas por todo el territorio del continente africano. Y la compañía de bandera del Reino de Marruecos la Royal Air Maroc se ocupa de mantener vuelos conectando Casablanca con los principales aeropuertos africanos y ser así la puerta de Africa. El banquero Benjelloun visitó Gibraltar hace años y se interesó por su Centro Financiero y sistema bancario.
La creación de un centro financiero off shore en el norte de Africa era una idea bien vista al estar Marruecos libre de las regulaciones de Europa, a pesar de la mala prensa que tienen los Paraísos Fiscales cuya imagen se ha tratado de desacreditar al acoger capitales que huyen de las altas cuotas impositivas y de impuestos al capital y también de ser refugio del llamado dinero negro, no siempre procedente de actividades delictivas.
En el norte de Marruecos, en la zona próxima a Ceuta ya se está tratando de implantar la primera fase de una zona libre de impuestos a donde se quiere atraer a todos esos comerciantes, en una gran mayoría de origen marroquí, aunque con nacionalidad española, que operan los grandes almacenes que hasta ahora venían surtiendo de productos de todo tipo a los porteadores que por miles cruzaban cada día la frontera del Tarajal, para llevar esas mercancías a Marruecos. Ignoramos si ese proyecto para quitar la principal actividad comercial de Ceuta, se va a realizar en algún tipo de polígono cerrado y aislado, para que sea como una “isla” dentro del norte de Marruecos o se van a urbanizar parcelas donde construir las pretendidas naves.
Cuando se especuló con la creación del Gibraltar de Marruecos se hablaba de delimitar un gran territorio, construir una zona comercial con comercios libres de impuestos, residencias de ejecutivos internacionales y bancos de prestigio mundial que pudieran operar off shore y un polígono industrial anexo. Dos puertos deportivos, como el de Marina Smir y Cabo Negro se encuentran ya precisamente en esa área.
La actividad de los actuales polígonos industriales de Tánger donde se transforman productos que, obligatoriamente en un 90 por ciento han de ser exportados, es decir salir del país, es impresionante. Junto con la actividad de nuevo puerto “Tánger Med” que se ha llevado a una gran parte de la actividad del puerto de Algeciras al ofrecer una mayor competitividad en bajos costes y salarios muy inferiores a los de Algeciras, Tánger ha crecido en pocos años de una manera muy exponencial, superando con creces una población de más de millón y medio de habitantes.
Se ignora que solución se piensa dar al problema del “porteo” en Melilla, la ciudad que tenía autorizado el paso diario a unas 40.000 personas dedicadas al “porteo”, peatonal y en automóviles de matrícula marroquí propiciando una actividad comercial impresionante en torno a la frontera, que oficialmente se la denominaba “comercio atípico”.
Los productos que salían de los almacenes de Melilla llegaban hasta Uxda y traspasaban desde allí la cercana frontera con Argelia.
Al regreso, los porteadores traían de Argelia gasolina en los más dispares recipientes, siendo muy frecuentes las garrafas de plástico de cinco litros utilizadas generalmente para el aceite. Esta venta de gasolina se llevaba a cabo en las carreteras marroquíes mostrando grandes hileras de garrafas en los laterales de las carreteras, al igual que se hace con las frutas y generalmente, junto a ellas.
Inquietud en la prensa de Ceuta
La prensa de Ceuta ya está
mostrando su preocupación con el fin definitivo del “porteo” y
con él la actividad comercial para un importante sector de la
economía ceutí. Estos días, dice:
“Marruecos ha iniciado ya
las obras de la zona franca que establecerá en las inmediaciones de
la frontera. Este proyecto tiene como objetivo crear puestos de
trabajo para todas aquellas personas que hasta el momento se
dedicaban al “porteo”, la puntilla definitiva al tránsito de
mercancías entre la ciudad de Ceuta y el país vecino.
Si alguien en Ceuta aún guardaba una mínima esperanza para el regreso de la actividad del “porteo”, los hechos insisten en quitarle la razón. Marruecos ha iniciado en las últimas horas las obras de la zona franca que se establecerá en las inmediaciones de la frontera con nuestra ciudad, un área de más de 10 hectáreas en la que se instalarán grandes almacenes y plataformas para la importación de bienes desde el extranjero con el fin de distribuirlos en tiendas y comercios del país vecino.
Así lo relata el diario tangerino ‘Tanja24’ que explica que este gran proyecto tiene como objetivo compensar el fin de “porteo” que hasta el pasado mes de octubre se desarrollaba entre nuestra ciudad y Marruecos y crear puestos de trabajo para las personas que durante las últimas décadas se han dedicado a las labores de tránsito de mercancías entre los dos países.
Se trata de una iniciativa que responde a las demandas de quienes tras el cierre de la frontera al porteo reclamaban oportunidades de trabajo para las personas que se habían quedado sin su único modo de vida en las localidades limítrofes con Ceuta. Una forma de acabar con el desempleo y dotar a estas personas de otro modo de subsistencia alejado de un tránsito de mercancías considerado en todo momento por las autoridades del país vecino como contrabando.
Así las cosas, este inicio de las obras de la zona franca o de libre comercio, como la denominan los medios marroquíes, supone la puntilla definitiva a esta actividad. Un cierre definitivo que, a pesar de no ser confirmado en ningún momento por las autoridades españolas, las marroquíes decidían el pasado otoño y que no parece tener vuelta atrás.
Este cierre llega, además, después de la importante inversión realizada por las autoridades ceutíes tanto en la adecuación del Tarajal II para el paso de mercancías, como de la explanada de Loma Colmenar para la estancia de vehículos antes de su entrada en la frontera, con el fin de evitar los colapsos que durante años ha venido provocando la política de Marruecos respecto a esta actividad”.
La insensata e inútil campaña contra Gibraltar que han llevado a cabo en los últimos años políticos del Partido Popular como García Margallo o González Pons, jaleada por algunos políticos locales en Andalucía, como el alcalde de Algeciras, despertaron en algunos medios marroquíes la llama de la reconquista, dormida durante muchos años.
Ceuta y Melilla no pueden compararse con Gibraltar, decían los patrioteros españoles del tipo Margallo. Pues mira si tiene que ver que Marruecos ha empezado a apretar tornillos y Ceuta y Melilla viven en estos momentos una incertidumbre económica y de futuro que, solo una política de buena vecindad y de colaboración territorial con Marruecos podrá salvar. Se ha abierto un frente peligroso de indiscutible fricción que ojalá no pase de ahí. La intransigencia de algunos políticos de la derecha española, también puede afectar a las relaciones con Marruecos. Ojalá que no.