El secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolín, que estos días está acompañando al Papa Francisco en su histórico viaje por Iraq, acudirá a Gibraltar el próximo domingo día 25 de abril, acompañado de un grupo de sacerdotes y dignidades de la curia vaticana, para oficiar la consagración como arzobispo del sacerdote gibraltareño Mark Miles que hasta ahora ha estado al lado del Papa Francisco en Roma como miembro del cuerpo diplomático vaticano y especialmente como traductor de inglés al castellano, apareciendo junto al Papa en multitud de viajes por el mundo de habla inglesa y acompañándole en la visita que los más altos dignatarios del mundo, desde la Reina Isabel II a los presidentes norteamericanos Barack Obama o Donald Trump realizaron a la Santa Sede.
El gibraltareño monseñor Mark Miles ha sido designado por el Papa Francisco como Nuncio de Su Santidad en las repúblicas africanas de Benin y Togo y elevado a la dignidad de arzobispo.
Y ha querido el Vaticano que la consagración como arzobispo se lleve a cabo en Gibraltar, a cuya Diócesis ha pertenecido el sacerdote hasta que fue llamado al Vaticano para prestar servicio en el cuerpo diplomático atendiendo a las personalidades extranjeras que han acudido a visitar a Su Santidad.
La fecha elegida para tan fausto acontecimiento que dará gloria a Gibraltar es el domingo 25 de abril, que coincide con su santo, ya que se celebra la festividad de San Marcos evangelista, que fue uno de los discípulos del apóstol San Pedro y fundador de la Iglesia de Alejandría.
Esta decisión vaticana de acceder a celebrar en Gibraltar tan importante acontecimiento, es de una gran trascendencia emotiva para la Roca.
La última vez que un cardenal de la curia vaticana acudió a Gibraltar fue con motivo de la celebración de los 700 Años de la Devoción en Gibraltar a la Virgen, Nuestra Señora de Europa. En aquella ocasión los rectores de todas los santuarios marianos de Europa, de cuya red forma parte el de la Virgen de Europa, de Gibraltar, acudieron junto con infinidad de obispos y dignidades de toda Europa e incluso del norte de Africa como el arzobispo de Tánger, para participar en tan importante acontecimiento religioso.
Representando al Papa, vino el cardenal José Saraiva Martins que entregó a la diócesis de Gibraltar la “Rosa de Oro”, máxima distinción que ofrece el Vaticano. En aquel acto cerca de cuatro mil personas llegadas de todo el continente pero muy especialmente de Andalucía y de otros lugares peninsulares se pudieron dar cita en una enorme carpa instalada en Punta Europa, donde ahora mismo una instalación de esa índole no es posible al haberse construido un estadio con pistas de atletismo.
Ese es el primordial problema que se están encontrando los organizadores de la Diócesis de Gibraltar y su obispo, el maltés monseñor Carmelo Zammit, para dar brillo y esplendor al acontecimiento. No hay un recinto de gran capacidad disponible que pueda acoger la ceremonia.
En honor del fallecido obispo monseñor Charles Caruana, un querido sacerdote nacido en Gibraltar, como el arzobispo monseñor Mark Miles, se celebró un acto litúrgico en un enorme hangar de la Royal Air Force, desalojado de algunos cazas Tornado y donde se levantó un enorme altar y se colocaron sillas para mil quinientas personas. Ese hangar ya no está disponible al parecer porque la RAF lo está usando como talleres que no se pueden quitar.
En el mes de abril la climatología aún no permite, con garantías, ningún acto al aire libre.
Y encima, están las limitaciones sanitarias de distanciamiento que impone la vigente pandemia del Covid-19.
La catedral de Santa María la Coronada, situada en la céntrica calle Real tampoco tiene una gran capacidad y a la vista de las dificultades existentes para encontrar una recinto de gran amplitud para llevar a cabo la ceremonia de consagración del nuevo arzobispo Marcos Miles, es posible que la ceremonia se haya de limitar a un máximo de ciento cincuenta o doscientas personas: las autoridades de Gibraltar, el clero diocesano y los sacerdotes y dignatarios de la Iglesia Católica que lleguen expresamente a Gibraltar con este motivo. El anterior obispo de Gibraltar, Ralph Heskett que tuvo entre sus sacerdotes al nuevo arzobispo Mark Miles, está deseoso de volver a Gibraltar por tan importante motivo, pero no lo tiene muy claro por su edad y por su salud, aunque ya ha recibido la primera vacuna en Londres y está pendiente de que le llegue el momento de la segunda. Para muchos gibraltareños sería una alegría volver a saludarle, ya que ha cubierto una etapa muy importante en esta diócesis gibraltareña tras el fallecimiento de monseñor Caruana.
Y, como ahora se hace casi todo, la opción indiscutibles es retransmitir el solemne acto por la GBC Tv, instalando grandes pantallas de televisión en la John Mackintosh Square, conocida como La Piazza y antiguamente como
plaza del Martillo, un espacio abierto situado entre el edificio del Parlamento, que tiene el pórtico de entrada por la calle Real y el del City Hall situado al otro lado de la plaza.
Con una climatología aceptable de mañana primaveral en esta Plaza como se ha hecho otras veces se podrían acondicionar asientos con las debidas medidas sanitarias de distanciamiento para no más de otras 200 personas.
Otro tanto podría realizarse en la más espaciosa plaza de Casemates.
Las normas sanitarias que ha impuesto la pandemia no facilitan la celebración de un acto multitudinario. Y aunque Gibraltar tiene ya prácticamente vacunada a toda su población después de haber inyectado más de 41.000 dosis y ha comenzado a vacunar a los casi 16.000 trabajadores que cruzan la frontera cada día, parece que no es prudente levantar las restricciones. El centenar de fallecidos por el coronavirus ha llenado de luto y pesar a muchas familias y amigos.
Una consagración como arzobispo del sacerdote gibraltareño Mark Miles que duda cabe que es un motivo de gran trascendencia para Gibraltar y los gibraltareños, que en otras circunstancias organizarían un acto multitudinario que en las actuales circunstancias no va a ser posible.
A este respecto se recuerda como el pueblo de Gibraltar, como una piña se volcó con Sir Joshua Hassan abarrotando La Piazza a su vuelta de las Naciones Unidas; como esa misma plaza se llenó tras el impresionante recibimiento que se dispensó a la gibraltareña Kaiane Aldorino tras haber recibido el título de Miss Mundo en el año 2009 en Sudáfrica o cuando se le otorgó la máxima distinción de la ciudad el “Freedon of the City” en esa misma plaza por el alcalde Julio Alcántara; cuando se oficiaron las exequias tras el fallecimiento del siempre querido y recordado obispo, monseñor Charles Caruana o durante las celebraciones del National Day cuando todo el pueblo de Gibraltar se echa a la calle.
El deseo de los gibraltareños es el de haber podido celebrar con una asistencia masiva, la consagración de monseñor Marcos Miles como arzobispo, antes de partir como Nuncio de Su Santidad a las repúblicas de Togo y Benin.
Esperemos a que se haga público pronto la decisión de los organizadores de la Diócesis de Gibraltar y del Gobierno de Fabián Picardo que quiere volcarse en dar el máximo realce al acto. La retransmisión televisiva, sin duda que se lo dará.