Afortunadamente para el ser humano, como diría Machado todo pasa y todo queda. Las palabras que pronunciamos en cualquier momento son efímeras y eternas a la vez, son hijas de quienes las dice en un espacio y en un tiempo concretos y dejan sus huellas sobre quienes las escuchamos.
En estas fechas la inmensa mayoría de los españoles y las españolas hemos dado una vez más muestra de nuestra madurez individual y colectiva, sumando esfuerzos, diciendo lo justo para ayudar y no importunar, dando ánimos a los familiares de las víctimas y heridos en los atentados de Barcelona y Cambrils.
Pero dentro de la diversidad, siempre hay algunos especímenes dispuestos a meter la pata y pronunciar las palabras más desafortunadas en el momento más inoportuno. Los hay en todos los rincones de todos los credos e ideologías, aunque en honor a la verdad hay quienes se significan con más frecuencia.
Si ha habido temas de actualidad por motivos diferentes pero que han copado la actualidad y la atención mediática e informativa, esos han sido el terrorismo yihadista y la entrega-detención de Juana Rivas .En ambos casos hemos oído de todo y para todos los gustos.
En el de la madre de Maracena y la custodia de sus hijos , ha habido mucho ruido y un desenfoque y deformación de la realidad y creo que lo que todos los grupos sociales y partidos deben pedir a gritos , es que por encima de todo deben estar garantizados los derechos de los menores y exigir que cuanto antes se suscriba un pacto de Estado contra la violencia de género , que actualice el marco legal para incluir con todos las bendiciones las características de estos casos , que cada día son más frecuentes.
En cuanto a los atentados, permítanme que del rosario de despropósitos que hemos tenido que oír, destaque tres, como podría haber escogido otros muchos, pero pienso que son lo suficientemente identificativos de la forma de pensar de un sector de la población, que aunque minoritario hacen mucho daño y tienen demasiada resonancia.
Si no ahí están las palabras, entre la inocencia y la intencionalidad política, del Consejero del Interior Joaquim Forn, cuando en una rueda de prensa, refiriéndose a las víctimas del atentado distinguía en una visión etnocentrista entre dos personas catalanas y dos personas de nacionalidad española.
El señor Forn tiene perfecto derecho a ser y sentirse independentista, lo que desde su responsabilidad institucional, eso no le da derecho a ignorar la realidad de nuestro Estado y querer transmitir a la opinión nacional e internacional que ellos actuaban como un país suficiente, que tiene su propia seguridad y no tiene nada que ver con el resto del mundo, es además de una actitud increíble, inadmisible.
Todos las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado Español y los Mossos dEsquadra, le gusta a él o le disguste, lo son jugaron un papel con arreglo a su alta preparación y profesionalidad. Nos preocupa la denuncia del Sindicato Unificado de la Policía (SUP) y la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), poniendo de manifiesto que se les había orillado en el desarrollo del dispositivo a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, que tienen demostrada su probada eficacia en la lucha antiterrorista.
Me han preocupado las palabras de Santiago Martín, párroco en Cuatro Caminos(Madrid), denunciando en su homilía del pasado domingo 20 de Agosto en la que aprovecha para cargar duramente contra los políticos catalanes por el atentado de Las Ramblas de Barcelona y en particular a la alcaldesa Ada Colau que por no haber instalado los bolardos a la concurrida vía y considera que debería denunciada por cooperación con los terroristas , así como a la alcaldesa de Madrid , por ser al igual que su compañera de extrema izquierda y comunista radical ¡Chupa del frasco, Carrasco!
Menos mal, que este señor, pastor de la Iglesia Católica ha sido desautorizado por el arzobispado de Madrid, pero al igual que con los imanes de las 1400 mezquitas han de reforzarse los controles, la autoridad católica ha de tener sumo cuidado con las declaraciones públicas de sus sacerdotes, que lejos de predicar el amor entre los hombres, fomentan el odio y la crispación.
El tercero de los casos reincidente, ya que se trata ni más ni menos, que nuestro superconocido David Pérez, alcalde de Alcorcón, famoso por que en su día realizó unas polémicas declaraciones sobre los colectivos feministas como mujeres frustradas, amargadas, rabiosas y fracasadas.
Y esta vez, con esos antecedentes no podía desaprovechar la ocasión y quedarse atrás, y sin encomendarse ni a Dios ni al diablo y utilizando el camino de los tuits, que tan en boga está, acusó a la alcaldesa de Barcelona de allanar el recorrido de los asesinos que perpetraron el atentado por no haber instalado los bolardos en Las Ramblas. Hemos oído en su partido, el PP, afortunadamente otras opiniones, pero no hemos visto a nadie de la dirección nacional ni madrileña desautorizarlo con claridad y contundencia.
Hemos visto a Ada Colau, con la que no tengo ninguna afinidad ideológica, en estos días, no descansar, llorar, animar y estar al lado de sus vecinos, por eso me parece miserable, utilizar esta situación para denigrar a un adversario político y provocar una ruptura en la unidad y cohesión de todos los demócratas desde el reconocimiento de los errores y las cosas que haya que mejorar.
Juan Antonio Palacios Escobar