Los que además de soñar un mundo mejor y creer en la utopía vivimos el día a día con el pragmatismo necesario para salir adelante, los que sabemos que hay que tener ideales y defenderlos pero también hay que saber llegar a fin de mes, los que crecimos al lado de resistentes antifascistas que sabían cuánto mal trajo la desunión y la falta de praxis, los que sabemos que hay prioridades y que las discusiones bizantinas de galgos y podencos no conducen a nada más que al lucimiento de ciertos líderes ególatras…Los que tenemos claro que si no hay garbanzos pues hacemos lentejas y seguimos luchando para que los haya pero no dejamos a nuestros hijos sin comer, los que no queremos caer en otro infierno distópico y casposo que nos retroceda a décadas de nacionalcatolicismo, los que sabemos que no hay plan B revolucionario para cambiar el panorama después de la hecatombe que se gesta, la gente como yo, votaremos en legítima defensa, contra el odio que viene, aun sabiendo, como decía mi abuela, que nunca ganaron los nuestros pero hay que saber hacer frente común contra el verdadero enemigo, ése que ,cuando se asiente, no distinguirá entre los puristas revolucionarios y los pragmáticos, como no lo hizo en aquel lejano abril del 39.