Confieso que alucino cuando leo los diarios, que agrían mi café matutino, o cuando escucho las noticias falsas en los diferentes medios de comunicación y que producen una extrema acidez en mi estómago.
Porque, se esta sembrando en la mente de todos los que no quieren analizar la realidad que hay a su alrededor, desde todos los altavoces mediáticos, que, a este país, antes llamado España, le ha sobrevenido un apocalipsis sin límites, cuando no es cierto. Parece que todo estuviera mal, que no hay libertad de expresión, que todos los políticos son corruptos, que no hay medicina pública porque toda está privatizada. Y no es cierto.
Parece como que España no existe en el mundo, que la justicia no existe ni existe separación de poderes, que las pensiones se acaban, que las mujeres no trabajan y este estado machista no les reconoce sus méritos porque nadie atiende sus demandas. Parece como que no hay política social de ayudas a necesitados, ni pensiones no contributivas, ni complementos a mínimos, ni ayudas a alquileres, ni ayudas a los sin techo
y así podríamos seguir hasta el infinito oyendo falsedades.
Porque todo eso es falso, pero en este país se ha perdido toda capacidad de análisis y se ha instalado en la gente la agitación organizada por los partidos políticos de la oposición, para acabar con el gobierno del PP, y esa agitación no consiente análisis racional alguno, como preguntarnos como van a pagarse las cosas que se piden. No importan los medios que se utilicen para la agitación, ya sean nuestros mayores, ya sean mujeres, ya sean niños o inmigrantes en situación irregular, para alimentar la hoguera que han encendido esos partidos políticos, sacrificando el hecho objetivo del bienestar presente y queriendo borrar lo mucho que hemos hecho bien entre todos.
Yo creo que tenemos una sanidad pública ejemplar, de la que tenemos que sentirnos orgullosos. Yo creo que el estado es super garantista en derechos, pero actúa con bastante dejadez en los incumplimientos de las obligaciones de los ciudadanos, llámese control de los desempleados. Es cierto que hay problemas de corrupción política -y de la otra-, en todos los colores del parlamento, pero también es cierto que los Tribunales de Justicia están depurando el problema y los que lo han hecho están en la cárcel o irán a ella una vez sean juzgados. Las pensiones se cobran puntualmente (casi diez millones de pensiones), aunque habría que mejorar algunas de ellas y ver cuanto debería cobrar el que no ha cotizado en su vida y de donde debería cobrarlo.
No todo, en definitiva, está mal. No hay que acabar con todo solamente porque lo digan algunos que buscan votos, y no deberíamos dejarnos engañar. Esto funciona razonablemente bien, aunque es mejorable. Y eso es lo que deberían hacer los políticos: propuestas para mejorar lo existente, que es objetivamente bueno, en vez de intentar la barbaridad de querer destruir todo lo que tenemos y que tanto tiempo nos ha costado conseguir y que quizá ellos no valoran porque se lo han encontrado hecho.
Por eso, a veces no entiendo los silencios del PP, que debería insistir con los datos existentes, en la cantidad de parámetros de bienestar de los que disfrutamos, rebatiendo día a día, desde todos los medios a su alcance, las falsedades, las mentiras y las medias verdades con las que nos bombardean los que se olvidan de que Franco falleció hace 43 años
y no dejan de recordarlo, algo, por cierto, que tampoco entiendo.
Antonio Poyatos Galián