Torremolinos ha concedido en un pleno institucional con motivo de la vigésimo noveno aniversario del Día de la Autonomía la Medalla de Honor de la Ciudad a título póstumo al arquitecto Antonio Lamela. Autor de proyectos tan emblemáticos como el desaparecido Hotel Meliá Tres Carabelas (luego Hotel Meliá Torremolinos) y las urbanizaciones La Nogalera y Playamar, su obra situó a Torremolinos en la cúspide del vanguardismo y la modernidad turística en los años 60.
Esta concesión nos engrandece como ciudad y es para esta corporación un inmenso orgullo contar con el talento imperdurable de este ilustre urbanista y arquitecto, ha señalado el alcalde José Ortiz, en su discurso institucional. Ortiz se ha referido a Lamela como un ícono de la arquitectura nacional y sobre todo de la costa, y parte intrínseca de la historia, crecimiento, evolución hacia la modernidad de un pueblo que se reinventó de la mano del turismo.
La obra, el legado de Antonio Lamela, está inserto en el ADN no solo del urbanismo de esta ciudad, también en el terreno de las oportunidades turísticas que llegaron a Torremolinos de su mano. Él nos situó en un puesto privilegiado de una incipiente Costa del Sol que no podría ser entendida sin Torremolinos, lugar que le sedujo y fue testigo de su creatividad.
Símbolo del progreso de Torremolinos
En este sentido se ha referido a su figura como el autor de los primeros hoteles de concepto y diseño moderno, y conjuntos residenciales que simbolizaron el progreso de Torremolinos, contexto en que ha situado las tres grandes obras emblemáticas que, en dos casos, aún perduran.
De su mano y su poder visionario llegaría en 1962 el Hotel Meliá Tres Carabelas, un encargo de José Meliá que quería de él que fuera un establecimiento de gran calidad. Y bien que lo logró. Punto de encuentro y referencia de actores y actrices de primera magnitud y escenario de películas internacionales, el edificio recibió distintos premios internacionales.
De su mano también nos llegarían proyectos como el de las urbanizaciones la Nogalera, en 1963 -que supuso un hito arquitectónico para la ciudad- concebido como el primer gran complejo comercial, residencial de lujo y turístico de la zona y una de las más importantes promociones inmobiliarias de españa en la época. ; y la urbanización Playamar, también a partir de ese año, otro ejemplo de modernidad urbanística culta y consciente.
Antonio Lamela es a la arquitectura del relax lo que el turismo es a Torremolinos, y la arquitectura del relax es a Antonio Lamela lo que fue su pensamiento: la vanguardia es para todos, ha reflexionado.
Contribución a la modernidad
Fueron muchas las aportaciones de Antonio Lamela a nuestra ciudad. Mucha su contribución a nuestra modernidad. Torremolinos le debe mucho y de ahí el agradecimiento de esta ciudad que ha hecho suya y que siempre estará en deuda con su persona y su legado, ha dicho Ortiz con rotundidad.
La concesión de la Medalla de Honor se ha enmarcado en la celebración hoy del Día de la Autonomía de Torremolinos, galardón que ha recogido su hijo, también arquitecto y presidente ejecutivo del Estudio Lamela, Carlos Lamela.
Carlos Lamela ha expresado el agradecimiento por la amistad, el cariño y el reconocimiento a la figura de su padre por parte del Consistorio y en especial por la concesión de la Medalla de Honor de la ciudad que recibo con enorme ilusión y orgullo. No es una medalla exclusivamente en su nombre, sino a toda una generación de arquitectos y de profesionales excepcional que supieron en unos tiempos muy difíciles de una España muy pobre supieron estar a la altura de las circunstancias y poner todo su empeño por mejorar la vida de sus conciudadanos.
Ansia por innovar
Tras repasar la vida, formación y desarrollo profesional del arquitecto, Carlos Lamela ha reconocido en su padre un continuo ansia de modernidad que dominó su vida personal y profesional, innovaciones que en algunos casos importó a la arquitectura en España tras sus continuas visitas al extranjero y en otros casos creó personalmente. A este respecto, se ha referido a los distintos proyectos ejecutados en Madrid en su etapa inicial, entre ellos la construcción de primer edificio de oficinas en España.
Su incursión en la arquitectura turística a comienzos de los 60 en Palma de Mallorca y en paralelo en la Costa del Sol puso a España en la órbita de la arquitectura moderna. En el caso de la Costa del Sol, Carlos Lamela ha señalado el estrecho vínculo profesional y personal que mantuvo su padre con la Costa del Sol, y especialmente con Torremolinos.
Lamela ha defendido que aún se está a tiempo de conservar el patrimonio arquitectónico que tenemos, el poso cultural de la arquitectura turística de la que Torremolinos y la Costa del Sol fueron espacios aventajados a partir de la obra de su padre.
Semana Lameliana
Además, y con motivo de la onomástica, el Ayuntamiento ha celebrado una Semana Lameliana que ha incluido la celebración de distintas actividades en torno a su figura, que ha contado con la participación de su hijo, el también arquitecto Carlos Lamela -quien ha recibido la medalla en nombre de su padre-, y en la que han colaborado la Escuela de Arquitectos de la Universidad de Málaga y el Colegio de Arquitectos.
El primero de los actos se celebró el sábado con la celebración del Dibujo de la obra de Lamela con los Urban-Sketchers, una comunidad global de dibujantes, tanto profesionales como aficionados, que fomenta la práctica del dibujo realizado in situ, y que plasmaron parte de las obras más importantes del arquitecto.
El programa tuvo continuidad ayer martes, 26 de septiembre, se celebrará a las 18.00h con el Paseo Lameliano que recorrió dos de sus obras más importantes en la localidad, como son los conjuntos situados en Playamar y La Nogalera, y una conferencia homenaje a su figura en el Palacio de Congresos.
Conferencia
La conferencia puso énfasis en el papel visionario e innovador del arquitecto durante toda su trayectoria profesional y creativa. Poseedor de múltiples premios nacionales e internacionales, el alcalde, José Ortiz, defendió la tesis del arquitecto madrileño sobre la necesidad de modificar el urbanismo y tener en cuenta la importancia de la arquitectura en nuestra ciudad. Es fundamental contar con arquitectos y modelos de ciudad que se adapten a las necesidades reales de los ciudadanos, que tengan un atractivo sean habitables y que coexista con un turismo no agresivo.
La obra de Lamela y su contribución a la revolución turística de Torremolinos a través de la innovación y la vanguardia arquitectónica fue objeto de estudio la noche de ayer martes en una Conferencia Homenaje a este profesional, que este año recibe la Medalla de Honor de Torremolinos a título póstumo. Arquitectos, urbanistas, profesionales multidisciplinares y profesores universitarios se dieron cita en el Palacio de Congresos en este acto en el que su hijo, sucesos y actual presidente ejecutivo del Estudio Lamela, Carlos Lamela, repasó también la vida de este profesional que marcó una etapa de la arquitectura moderna española e internacional.
Ortiz ensalzó el papel vanguardista, avanzado y visionario en sus propuestas del arquitecto. Somos ciudad que tiene el privilegio de contar con su obra. Sus planteamientos, su coherencia superaban lo establecido y nosotros, nuestro equipo de Gobierno junto con los arquitectos, nos sentimos inspirados por esa capacidad, por esa línea de transformar la realidad que preconizaba, aseguró el alcalde.
Precursor la vivienda con fines turísticos
El foro reunió, entre otros, al presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (AEHCOS), Luis Callejón, quien destacó el papel histórico jugado por Antonio Lamela en poner piedras para tender puentes entre una provincia (Málaga) y el turismo y como precursor del desarrollo de la vivienda con fines turísticos
El decano del Colegio de Arquitectos de Málaga, Francisco Sarabia, reivindicó el valor patrimonial que tiene la arquitectura contemporánea. No solo tiene valor y hay que reconocer la arquitectura histórica, y que sentimos como propio. Nadie es ajeno a que hay edificaciones que pertenecen por su singularidad a todos los ciudadanos, no solo a o copropietarios, defendió.
Lamela, figura del turismo residencial
Por su lado, el director del Departamento de Arte y Arquitectura de la UMA, Javier Boned, disertó sobre el Inicio del turismo residencial en la Costa del Sol, y actividad en que Lamela fue una de sus figuras más importantes , afirmó.
Tras remontarse a la España de 1953 en que se firma el llamado Pacto Americano que marcó el fin de la autarquía y la apertura al turismo internacional como fuente de divisas, Boned colocó en este contexto la llegada de una nueva arquitectura, la del turismo, que buscará aportar una imagen moderna al visitante extranjero. Este proceso expansionó especialmente en el litoral en los años 60, y Torremolinos fue uno de sus casos.
El turismo se constituyó en una excusa para la búsqueda de lo nuevo, no solo en las formas sino también en lo que se refiere a soluciones funcionales, constructivas y estructurales para dar respuesta a las nuevas necesidades alojativas. Fue una de las etapas más innovadoras y creativas de la arquitectura española, aseguró Boned.
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