La irrupción de un patrullero de la Armada Española, el “Rayo P-42” en la mañana de ayer viernes 19 de junio 2020 en las aguas próximas a Gibraltar cuando dos buques cazaminas de la Royal Navy, los HMS Chiddingfold y HMS Penzance se encontraban realizando maniobras con fuego real con las unidades británicas con base en Gibraltar, especialmente las patrulleras HMS “Sabre” y sus homólogas y la posterior presencia de una patrullera de la Guardia Civil en la misma zona, han levantado una oleada de protestas en la prensa británica y así el Daily Mail ha propiciado una cascada de comentarios de usuarios británicos en la red, que no son nada favorables a España.
Al conocerse la noticia de esta nueva incursión de buques del Estado Español ha surgido la pregunta en muchos españoles: “¿para qué?”.”¿Espionaje?. Algo tonto a estas alturas. Y llevan mucho de razón. La política de crispación que algunos sectores de la política española, han tratado de mantener en torno a las relaciones con Gibraltar, no ha servido para nada más que para dañar las relaciones y enturbiar el ambiente al Sur del Sur.
Pero es que, de nada ha servido enviar a una patrullera de la Armada española (como no sea a gastar inútilmente combustible y tiempo) y a un barco de la Guardia Civil, para nada. Aparecieron y cómo los mismos ingleses reconocen, no interfirieron en las maniobras “y escoltados por la patrullera británica “HMS Sabre” abandonaron las aguas, sin más, “con rumbo hacia Marbella la patrullera de la Guardia Civil”, dice el Daily Mail.
Hay muchos interrogantes en estas actuaciones. ¿Se siguen órdenes de la ministra de Defensa del Gobierno de España, Margarita Robles o del Ministro del Interior, Grande Marlaska en cuanto a la Guardia Civil o se actúa por intoxicación de algún alto cargo político de la extrema derecha española?.
Recordemos que el representante del Vox en la provincia de Cádiz es el general retirado de la Brigada de Infantería de Marina Agustín Rosety Fernández de Castro, que se ha querido convertir en el azote de Gibraltar en el Congreso de los Diputados y esta condición hace pensar si en la capitanía de la zona marítima del Estrecho en San Fernando, algunos oficiales y mandos próximos a su pensamiento político se puedan tomar “la decisión por su mano” y enviar a las aguas próximas a Gibraltar a los navíos de la Armada que frecuentemente propician esas nada recomendables llamadas de atención del Foreing Office sobre las habituales “incursiones” que se cuentan por cientos, lamentablemente. Para nada.
En algunos casos se ha esgrimido el argumento de que se trata de “patrullar las aguas de soberanía española”, aunque la Convención del Mar de la ONU reconoció que no, que cada territorio tiene derecho a sus aguas y a Gibraltar se le adjudicaron 12 millas, aunque solamente utilice 3. Estamos pues ante un contencioso que algún día tendrán que dilucidar los Tribunales Internacionales. Pero mientras, esas incursiones son inútiles. Y perjudiciales. Recordemos que hasta la US Navy protestó cuando un barco militar español se puso delante, en el momento en que iba a entrar por la bocana del puerto de Gibraltar un submarino norteamericano. Y han sido episodios frecuentes. La arribada del moderno HMS Diamond un destructor de última generación también fue entorpecida por una patrullera española cuando llegaba a la bocana del Puerto de Gibraltar.
El Daily Mail resalta que tanto la Capitanía del Puerto de Gibraltar como los medios de la Radio Televisión de Gibraltar GBC habían advertido para que se limitara la navegación en la zona de las maniobras desde la 10.30 a.m a las 02 p.m.de ayer viernes.
Pero, mientras tanto, nos choca ese inútil “pasear” por las conflictivas aguas de los barcos de guerra “para nada”. Máxime cuando existe una colaboración de las embarcaciones policiales y del Gobierno de Gibraltar para trabajar en unión con la Guardia Civil del Mar para combatir a los tráficos indeseables en aguas del Estrecho, colaboración que ha quedado patente con numerosos éxitos policiales.
Por eso, no se entiende para nada lo de las inútiles “incursiones” que están contribuyendo a elevar el nivel de la nada conveniente “crispación”, y que se nos antoja que son como aquellas tremendas e inhumanas colas que ordenaba el ministro García Margallo a la Guardia Civil para hacer esperar hasta 8 y 9 horas a los trabajadores, a las familias y a los turistas que habían “osado” entrar en Gibraltar. Un disparate que, con razón le costó el puesto. Pero daño a miles de personas, sí que hizo.
Ahora, la cascada de opiniones en contra de esa política de España de hostigar a Gibraltar que pueden leerse en la prensa inglesa y especialmente, los comentarios en el Daily Mail, no es nada positiva. La magnífica colaboración policial que existe para luchar en el mar contra la delincuencia, podría ponerse en peligro, si hay “mandos” en la Marina o en la Guardia Civil que atienden a determinados grupos políticos de extrema derecha que consideran que hay que mantener la “guerra” contra Gibraltar llevando a cabo esas pueriles incursiones.