Reportaje de José Luis Yagüe Ormad
El artículo de opinión de Patricio González, que publicamos en su columna habitual de La Tribuna Hoy-Andalucía, resalta el nombramiento del auxiliar de Las Palmas de Gran Canaria como Obispo de Algeciras, algo que ha hecho saltar el interés por conocer esta poco divulgada situación.
El nuevo Obispo de Algeciras, el canario Cristóbal Déniz, resulta que es el auxiliar del que hasta hace poco ha sido el Obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez, monseñor Mazuelo. Fíjense que coincidencia. La diócesis de Asidonia-Jerez comprende la zona norte de la provincia de Cádiz y se dice que ambos obispos (el actual de Cádiz y el anterior de Jerez) han tenido enfrentamientos de jurisdicción. Y el cronista y ex alcalde de Algeciras por el PSA, Patricio González, asegura en su artículo que el actual y polémico Obispo de Cádiz, monseñor Zornoza no permite que el nuevo Obispo de Algeciras “aparezca” por su diócesis.
La provincia de Cádiz en la administración civil ya tuvo desde tiempos pasados, una especial situación, de choque de competencias y de mando.
Se decía que el entonces gobernador civil de la provincia de Cádiz “mandaba” solamente en la capital, algunos pueblos de la Sierra y poco más, ya que en la vecina San Fernando, el Almirante Jefe de la Zona del Estrecho tenía su poderío; en Jerez, el entonces presidente de la Diputación Provincial, Alvaro Domecq y Díez, tenía línea directa con Madrid.
Y en el Campo de Gibraltar, el general gobernador militar, era como una especie de Virrey con poderes civiles, como los de Orden Público y de la Comisión Especial, donde a sus órdenes estaban los delegados especiales de los más importantes Ministerior: Obras Públicas, Vivienda, Educación, etc. además de tener hilo directo con el palacio de El Pardo, recibiendo órdenes directamente de Franco y del almirante Carrero Blanco.
Ahora, leemos en la web “Religión Digital” una documentada información acerca de la petición de un grupo de fieles, para que efectivamente, Algeciras tenga su propia Diócesis. De hecho, todos los sacerdotes de la zona del Campo de Gibraltar, se reunen frecuentemente en actos de confraternización, donde el obispado de Cádiz, suele estar ausente.
De esta forma, la Santa Sede tendría en pocos kilómetros, cuatro diócesis y 4 Obispos. A saber, el de Cádiz-Ceuta, el de Asidonia-Jerez, el de Algeciras y el de la diócesis de Gibraltar, a la que el Vaticano da una gran importancia, como se ha venido demostrando con la presencia de las más altas dignidades del Vaticano en Gibraltar y de la Iglesia Católica española (a cuya Conferencia Episcopal el obispo de Gibraltar monseñor Charles Caruana era invitado en calidad de oyente) y últimamente con motivo de la consagración como Obispo de Benin del sacerdote gibraltareño y traductor preferido del Papa Francisco, mons. Marcos Miles oficiada en Gibraltar nada menos que por el secretario de Estado del Vaticano y otras altas dignidades de la Iglesia.
La petición de la diócesis de Algeciras hay que enmarcarla en el deseo tantas manifestado de que el Campo de Gibraltar se convierta en la Novena Provincia Andaluza (en la que tanto insiste Patricio González y otros muchos más), para no tener que depender más y en ningún aspecto de la lejana capital de Cádiz
Se pide formalmente al Vaticano la Diócesis de Algeciras
Una iniciativa popular, liderada por Javier Ignacio Ortega García, solicita a las autoridades eclesiásticas españolas y vaticanas la recuperación de la antigua sede episcopal de Algeciras.
Ya que se trata de «la décima ciudad de Andalucía en importancia, superando en población censada a Cádiz»
Argumentan, asimismo, que Algeciras es la ciudad cabecera del Campo de Gibraltar y, además, le separan 122 kilómetro de Cádiz. Y Roma sigue otorgando su titularidad honorífica a diversos obispos auxiliares. Por ejemplo, el que fuera auxiliar de Barcelona, el añorado monseñor Carreras. Y, más recientemente, el nombrado auxiliar de Canarias, Cristóbal Déniz
«Históricamente, Algeciras ha sido siempre tierra de Fe cristiana. Y su lealtad a la Santa Madre Iglesia ha sido siempre inquebrantable, incluso en los tiempos más complicados por la persecución a la que los fieles fueron sometidos durante la Guerra Civil»
José Manuel Vidal escribe en “Religión Digital”:
Una iniciativa popular, liderada por Javier Ignacio Ortega García, solicita a las autoridades eclesiásticas españolas y vaticanas la recuperación de la antigua sede episcopal de Algeciras. Aducen, para avalar su solicitud, no sólo razones históricas, sino también de situación geoestratégica y de población, dado que se trata de «la décima ciudad de Andalucía en importancia, superando en población censada a Cádiz». Así lo piden en sendas cartas enviadas al Nuncio del Papa, Bernardito Auza, y al presidente de la CEE, cardenal Omella.
Argumentan, asimismo, que Algeciras es la ciudad cabecera del Campo de Gibraltar y, además, le separan 122 kilómetros de Cádiz, lo cual «ha supuesto históricamente una brecha no tan solo física, sino también en el sentimiento de pertenencia de los algecireños».
En el ámbito puramente eclesial, tras señalar «los numerosos desencuentros» del actual obispo de Cádiz, monseñor Zornoza, con su propio clero y con diversas instituciones, la iniciativa explica que, en otros tiempos existió la diócesis de Cádiz y Algeciras. Después, Algeciras pasó a ser una diócesis sin obispo propio, pero que Roma sigue reconociendo como tal. No en vano, sigue otorgando su titularidad honorífica a diversos obispos auxiliares. Por ejemplo, el que fuera auxiliar de Barcelona, el añorado monseñor Carreras. Y, más recientemente, el nombrado auxiliar de Canarias, Cristóbal Déniz.
Como dice el informe, «ninguno de los obispos nombrados ha pisado nunca esta tierra, ya que de hacerlo tomaría posesión efectiva de la Diócesis y Algeciras quedaría separada automáticamente de la de Cádiz y Ceuta».
La iniciativa, que cuenta con respaldo social, económico y político pide «el nombramiento real del obispo de Algeciras y el establecimiento de una nueva diócesis».
Carta al Nuncio y al presidente de la Conferencia Episcopal Española
Estimados Sres.:
Bernardito Cleopas Auza, Nuncio en España de Su Santidad.
Juan José Omella, Presidente de la C.E.E.
Me complace enviarles un escrito, en archivo adjunto, del máximo interés, en relación al Obispado que puede corresponder a la ciudad de Algeciras.
Me gustaría mantener una reunión de trabajo con Vds., para tratar dicho tema.
En Algeciras, 08 de marzo de 2022
Atentamente;
Fdo. Javier Ignacio Ortega García.
“EL OBISPO QUE NOS ROBÓ LA HISTORIA”
Algeciras es, por su situación estratégica, la puerta que une los continentes de Europa y África. Décima ciudad de Andalucía en importancia, ha superado en número de población censada a Cádiz, ya que según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística a fecha de 1 de de enero, cuenta con 122.982 habitantes, a los que hay que unir una población flotante (residente no inscrita en el padrón municipal) de más de 30.000 personas.
Es la ciudad cabecera de la comarca del Campo de Gibraltar, formada también por los municipios de La Línea de la Concepción, San Roque, Tarifa, Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera, Los Barrios y San Martín del Tesorillo, con una población conjunta que supera los 300.000 habitantes.
Cuenta con el primer puerto del sistema portuario español en lo que se refiere al número de toneladas de mercancías movidas y al de pasajeros que cruzan el Estrecho de Gibraltar. Asimismo, la comarca alberga el segundo polo químico e industrial en importancia de todo el territorio nacional.
El hecho de que la provincia de Cádiz sea uno de los territorios más extensos de Andalucía supone que la distancia entre Algeciras y la capital gaditana, establecida en 122 kilómetros, haya supuesto históricamente una brecha no tan solo física, sino también en el sentimiento de pertenencia de los algecireños y los campogibraltareños a esta unidad geográfica y administrativa, lo que llevó a finales de los años 80 y parte de la década de los 90 del siglo pasado a la creación de un movimiento social que reclamó la conversión de la comarca del Campo de Gibraltar en la novena provincia de Andalucía.
Zornoza, Obispo de Cádiz-Ceuta
En el plano eclesial, esta zona depende del Obispado de la Diócesis de Cádiz-Ceuta, siendo actualmente obispo D. Rafael Zornoza Boy. Cabe señalar que como se refleja en las hemerotecas, durante el mandato de monseñor Zornoza se han producido numerosos desencuentros entre el Palacio Episcopal y parte del clero, afectando también a las relaciones con otras instituciones.
Sin embargo, hubo una época en la que la ciudad fue, desde el punto de vista eclesial, independiente de la capital, bajo la titularidad de un mismo obispo. Así se refleja en documentos como el edicto que firmó, en 1755, el obispo de la Diócesis de Cádiz y Algeciras, Fray Thomás del Valle, con motivo del maremoto que asoló la primera de estas poblaciones. Algeciras perdió posteriormente esta condición pero, al haber existido como diócesis, tuvo obispos que ejercían también como auxiliares.
La historia cuenta que el rey Alfonso XI reconquistó Algeciras en 1344, en un Domingo de Ramos en el que siguiendo la liturgia los cristianos entraron en la ciudad agitando palmas y olivos. En consonancia con la fiesta, convirtieron la mezquita mayor en templo y lo dedicaron a la Virgen de La Palma. La actual iglesia empezó a erigirse en 1723 y la primera fase concluyó en 1736. Fue consagrada en 1829. Con motivo de su segundo centenario, el pueblo de Algeciras acudió al Papa Pío XI para que confirmara el patronazgo de La Palma sobre la ciudad, a lo que accedió en 1923. El Ayuntamiento, del mismo modo, declaró a la Virgen de La Palma alcaldesa perpetua de Algeciras en 1993.
Es por tanto que la Iglesia Mayor Parroquial de la ciudad se encuentra preparada para acoger la Sagrada Cátedra Obispal en el momento en el que Su Santidad el Papa decidiese nombrar de forma efectiva al obispo de Algeciras, actualmente y como ya se ha reseñado, cargo absolutamente honorífico, vacío de contenido y que recae sobre monseñores que ejercen su labor pastoral a cientos de kilómetros de distancia de esta tierra, sin tener el más mínimo conocimiento de la realidad social, humana y religiosa de esta zona.
En febrero del corriente año, Cristóbal Déniz Hernández fue nombrado “obispo titular de Algeciras”, un nombramiento con carácter simbólico u honorífico puesto que Algeciras carece de Diócesis y de jurisdicción. Déniz es obispo auxiliar de las Islas Canarias y es nombrado ahora obispo de una diócesis que llevaba vacante desde 2008 tras el fallecimiento de Joan Carreras Planas, coadjutor de la Archidiócesis de Barcelona.
Ninguno de los nombrados ha pisado nunca esta tierra, ya que de hacerlo tomaría posesión efectiva de la Diócesis y Algeciras quedaría separada automáticamente de la de Cádiz y Ceuta, pero en buena parte de la sociedad de esta ciudad se entiende que por encima de tradiciones y mitos, ha de estar el día a día de la realidad de una tierra que necesita comprobar con hechos que es posible establecer nuevos mecanismos que hagan funcionar los sistemas, como en este caso, el episcopal.
Históricamente, Algeciras ha sido siempre tierra de Fe cristiana. Y su lealtad a la Santa Madre Iglesia ha sido siempre inquebrantable, incluso en los tiempos más complicados por la persecución a la que los fieles fueron sometidos durante la Guerra Civil. Hoy en día celebraciones como la Semana Santa o el Corpus Christi, por citar tan solo dos ejemplos, se convierten en auténticas manifestaciones populares de devoción popular, pero no se puede perder de vista que la proximidad geográfica con Marruecos hace que esta ciudad registre periódicamente un incremento de la población musulmana.
Situaciones como ésta, sin entrar ni mucho menos en consideraciones que pudieran rayar la xenofobia, extremo contra el que la Santa Madre Iglesia lucha con todas sus fuerzas, hacen necesarios que en puntos geoestratégicos, también para la Fe, como es el caso de Algeciras, se justifique más que en cualquier otro lugar la necesidad de que Roma disponga de una figura que gozando del respaldo institucional y social de la ciudad y del conjunto de la comarca, sea la cabeza visible de la Iglesia de Roma, el referente pastoral al que acudir en caso de necesidad, y el interlocutor válido con las administraciones públicas y las instituciones privadas, puesto que insistimos, en ocasiones, y no pocas, Cádiz está demasiado lejos.
Cada vez son más las voces que reclaman una identidad episcopal propia para Algeciras, que sirva para tender puentes y limar unas asperezas que se producen, de manera indeseada, con relativa frecuencia. No se puede olvidar que a veinte kilómetros de distancia se encuentra Gibraltar, el Territorio Británico de Ultramar, que cuenta con una activa Diócesis de larga data y obispos ilustres y que tan solo a catorce kilómetros por mar se encuentra la ciudad marroquí de Tánger, donde el arzobispo ejerce una gran actividad. Falta uno de los lados del triángulo para establecer los mecanismos necesarios que permitan reforzar las estrategias que fortalezcan las bases de la Iglesia Católica en nuestra área de influencia, y eso se conseguiría con el nombramiento real del obispo de Algeciras y el establecimiento de una nueva diócesis.
Respaldo social lo hay; económico, también, y tras haber mantenido contactos con distintos estamentos oficiales, puede decirse con claridad que esta decisión seria bien vista desde lo público, recalcando en todo momento que no se trata de crear un cisma en el seno de la estructura diocesana, sino todo lo contrario: reforzarla y garantizar que Algeciras, y por ende el territorio que le correspondiese como Diócesis, seguiría siendo un baluarte para la Santa Madre Iglesia, al tiempo que se haría justicia con una tierra eminentemente Mariana, que defiende su Fe, sus tradiciones más sentidas y profundas, pero que necesita el respaldo y el aliento de quienes han de ser sus pastores. (Fuente: “Religión Digital”)