El consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, ha reiterado que Andalucía seguirá haciendo la prueba de acceso a la Universidad en unos términos muy similares a los que se ha venido haciendo hasta el momento, aunque adaptada a los nuevos contenido del Bachillerato, mientras que el Gobierno no cierre el proceso normativo que debería dar lugar a la seguridad jurídica necesaria para poder hacer otro tipo de pruebas.
Ramírez de Arellano, que ha inaugurado el curso universitario 2016/17 en la Universidad de Málaga (UMA), ha explicado que la implementación de la Lomce ha generado dudas en el acceso a la Universidad frente al sistema anterior, en el que los estudiantes disfrutaban de la libertad de elección de estudios en función de los méritos que demostraban en Selectividad en igualdad de oportunidades.
Con la nueva normativa, ha añadido, se han generado dudas sobre el calendario de aplicación y sobre si se mantiene este derecho, una situación que Andalucía ha paliado alcanzando un acuerdo con las universidades públicas que consolida el Distrito Único Andaluz.
El titular de Economía ha recordado que el Gobierno andaluz defiende un modelo de universidad pública en el que las personas sean el centro de atención, que esté conectada con la realidad social y económica del entorno y que preste un servicio público de educación superior de calidad, competitivo y de transferencia del conocimiento.
En este sentido, ha señalado que las medidas aprobadas por el Gobierno central en los últimos cuatro años han desarticulado al sistema universitario español, políticas justificadas en un enfoque erróneo de la economía y no en un criterio académico.
Para Ramírez de Arellano, la educación, la ciencia y el conocimiento no pueden ser tratados al peso, al menos en Andalucía, donde van a seguir rigiendo los principios de mérito e igualdad.
De este modo, ha defendido una Universidad abierta a la sociedad, cuyos retos dependen cada vez más del conocimiento; y a los estudiantes, que les dé certidumbre sobre su formación y talento, con medidas como precios al mínimo, único para todas las ramas del saber, y con fraccionamiento de pagos como derecho; con un mapa de títulos consolidado; dando impulso a la internacionalización o garantizando el acceso en un Distrito Único.
Financiación de las universidades
Para Ramírez de Arellano, este nuevo modelo de financiación debe garantizar el funcionamiento del sistema; recuperar los derechos perdidos y suscitar la mejora de las condiciones laborales de la plantilla; y promover la excelencia, con parte de la financiación sujeta a nuevos programas como menciones de calidad docente, incentivos a los mejores grupos, a la captación de talento o al desarrollo de los Campus de Excelencia.
El consejero se ha referido también a la aplicación del nuevo Plan Andaluz de Investigación (PAIDI 2020), que en los próximos seis meses desplegaremos en órdenes y convocatorias, también en el ámbito de las Universidades, que debe rondar los 150 millones de euros. Las primeras convocatorias estarán centradas en los recursos humanos relacionados con la investigación.
En el caso de la Universidad de Málaga, Ramírez de Arellano ha puesto en valor que se trata de un referente en su apuesta por el emprendimiento, una de las más activas en generación de empresas, algo que deriva del buen hacer y de iniciativas como la incubadora Link by UMA-ATECH.
La UMA inicia este curso 2016/17 con 35.000 alumnos y 2.360 profesores, que impartirán 68 titulaciones de Grado, 62 másteres oficiales y 22 programas de doctorado. En investigación, cuenta con casi 300 grupos, con contratos con medio millar de empresas y entidades nacionales y extranjeras, registrando una media de 60 patentes nacionales y 20 internacionales.