Se han celebrado estos días en Villafeliche (Comarca de Calatayud-Zaragoza) la fiestas en honor de San Ignacio Delgado, un Santo casi desconocido, que fue mártir y cuya cabeza, después de ser decapitado, apareció meses después incorrupta en el lecho de un rio en Tonkin, Vietnam.
Su historia es apasionante ya que desde este pequeño enclave de Aragón viajó hasta la Cochinchina para llevar la fe de Cristo en 1790.
En Villafeliche no lo olvidan y en su honor y a pesar del frío, se han celebrado unas animadas fiestas que comenzaron con un emotivo pregón desde el balcón del Ayuntamiento, presidido por el alcalde, Agustín Caro Esteban, tras el cual y como es tradición se ofreció al pueblo una degustación de vino moscatel y pasas, amenizada por la típica charanga, que es imprescindible siempre en las fiestas de Aragón.
La solemne procesión en la mañana del sábado recorrió las calles del pueblo con la imagen de San Ignacio con su tiara como obispo que fue de Tonkin y acompañado por el alcalde y sus concejales, el nuevo párroco, que pertenece a la basílica de los Sagrados Corporales de Daroca (un milagroso hecho el de los Corporales que tampoco es muy conocido y que data de los tiempos del Cid Campeador) y muchos vecinos, algunos de ellos que residen en Pamplona, Zaragoza o Madrid, volvieron expresamente para disfrutar de los tres días de fiesta en honor de San Ignacio. Y sobre todo mucha juventud en las calles del pueblo, yas que San Ignacio concita muchas simpatías en toda la ribera del Jiloca y la gente joven se moviliza en cuanto hay fiestas en algún pueblo cercano.
La historia de San Ignacio Delgado, es apasionante. Un aventurero de Dios buscando difundir la cristiandad, del que su pueblo natal no se olvida.
San Ignacio Delgado nació en Villafeliche, pueblo de la ribera del rio Jiloca, entre Calatayud y Daroca, en la provincia Zaragoza y que en un tiempo fue famoso por sus molinos de pólvora y también por su pujante actividad alfarera y la calidad de sus frutas.
Hijo de Francisco-Ignacio Delgado Asensio y de Teresa Cebrián Melús, creció el seno de una familia de profundas convicciones religiosas, no en vano por parte de padre descendía del ilustre carmelita, Domingo Ruzola López (Domingo de Jesús María) y por parte de madre del no menos ilustre sacerdote y escritor, Baltasar Gracián. Tal ascendencia familiar le condujo en 1781 a ingresar en el Convento de San Pedro Mártir de los Dominicos de Calatayud (Zaragoza) y en 1784 en el Patriarcal Colegio de Ntra. Sra. del Socorro, hoy Convento de Santo Domingo en Orihuela (Alicante), dónde se alistó a las misiones de la Provincia del Santo Rosario en Filipinas. Tras embarcar el 19 de septiembre de 1785 en Puerto Real (Cádiz), y recalar en Puerto Rico, La Habana, Veracruz, Ciudad de México, Acapulco e Islas Marianas, Ignacio-Clemente Delgado Cebrián, alcanzó el Puerto de Cavite de la ciudad de Manila, Filipinas, el 9 de julio de 1786. En esa ciudad ingresó en el Convento de Santo Domingo donde terminó sus estudios y fue ordenado sacerdote. Apostolado en Asia
El 27 de agosto de 1788, fue elegido junto al Padre Albán entre quince voluntarios para ir a evangelizar a Tonkin, hoy Vietnam. Ambos, «muy favorecidos por la naturaleza y por la gracia», partieron de tierras filipinas el 13 de noviembre, y el 11 de diciembre siguiente desembarcaron en Macao. Albán regresó a Manila al poco de desembarcar debido a serios problemas de salud. El padre Delgado se puso en camino el 20 de enero de 1790. Sin embargo, el capitán de la embarcación, en vez de llevarlo a su destino, lo llevó a la Cochinchina, y desde allí tuvo que proseguir como su inteligencia le dio a entender la ruta hacia Malaca. Estaba ya convencido de volverse a Manila cuando encontró un medio para encaminarse hacia Macao y, el 16 de julio, tuvo el golpe de fortuna de lograr reclutar en aquella ciudad asiática a otros tres compañeros de fe, los padres Henares, Vidal y Gatillepa, con los cuales llegó a Tonkin el 29 de octubre de 1790. Allí se encontraron con los tres sacerdotes que ya allí moraban, los padres Alonso, Benito y Cortés, a los que había que añadir a algunos religiosos dominicos indígenas. Resultaron ser los primeros misioneros occidentales que llegaban a Tonkin desde hacía 20 años.
Delgado aprendió la lengua de los nativos en Trung-linh y se dedicó al apostolado y proselitismo de la fe católica. Fue entonces cuando el vicario provincial, Feliciano Alonso, le entregó la dirección del seminario y la procuración de la misión, y le nombró junto a él Pro-Vicario Apostólico, para que si fallecía antes de que la Sagrada Congregación nombrase sucesor la misión no se quedase sin cabeza. Había sido nombrado el P. Alonso Vicario Apostólico el 24 de octubre de 1792 y el padre Delgado fue designado para sucederle en la vicaría provincial, cosa que hizo entre 1792 y 1794.
El 6 de abril de 1794, Ignacio Delgado fue ascendido a obispo coadjutor de Melipotamos, siendo consagrado por monseñor Feliciano Alonso en Trunglinh el 20 de septiembre de 1795. Ocuparon ambos la sede epicospal durante casi cuatro años, tiempo durante el cual sufrieron grandes sacrificios debido a las duras persecuciones contra los cristianos. El 2 de febrero de 1799 sucedió a monseñor Alonso como Vicario Apostólico y gobernó la sede durante casi 40 años, hasta el día desu martirio en 1838.
Martirio
Fue preso el 29 de mayo de 1838 en Kien-lao, localidad en la que residían más de 5.000 cristianos y en la que había encontrado refugio el 22 de abril. A las 11 de la mañana del 30 de mayo, fue encadenado y de esta guisa penetró en la capital de la provincia, Sanh-Vi-Hoang, con una escolta de 400 guerreros reales. Fue condenado el 11 de junio a la pena de decapitación. En la madrugada del 12 de julio, murió a los 77 años víctima de disentería en la jaula en la que lo tenían recluido. Al mediodía arrastraron sus despojos mortales a la ciudad para decapitar su cadáver.
Fue enterrado en el mismo lugar del suplicio, aunque después sus restos acabaron sepultados en Bui-chu. Su cabeza fue expuesta durante tres días como escarmiento para los cristianos y después fue tirada a lo más hondo del río; sin embargo un pescador la sacó incorrupta entre sus redes el 1 de noviembre de ese mismo aciago año.
(Fuente Wikipedia)