¡Ya empezó a ocurrir lo que yo me temía y esperaba! Y ha de verse aún crecer el bochornoso espectáculo Las calles tomadas por la chusma y la multitud coreando consignas en contra del Estado, la célebre sedición impropia penalmente inexistente baila su anárquica danza junto con los danzantes de conductas que si son penalmente castigables pero a los que nadie se va a atrever a tocar.
Y ya se ha visto esa policía autónoma poco motivada a la hora de cumplir su misión de defensa del orden público y de la legalidad, pero, ¿se podía esperar otra cosa?… ¡No sé si ustedes sí, yo no, desde luego me esperaba esas muecas de contenida risita que salen en algunas fotos!, al igual que no me asombro de que en otros puntos de España haya intentos de concentraciones a favor de ese supuesto derecho a decidir que se arrogan un sector de criminales, pues tales son quienes vulneran el ordenamiento jurídico, en nombre de todos los españoles quebrantando las leyes que a todos nos obligan, no me sorprende que ese estrambótico protector del bolibarianismo bananero se prodigue lanzando por su boca esas proclamas tan absurdas como él mismo y como sus admirados héroes, empezando por el mayor traidor y genocida que tuvo las Américas, aquel Simón Bolívar, muerto cuando marchaba al destierro y del que ya no quieren acordarse sus venenosos partidarios que de Venezuela lo echaron a patadas. Cada vez que ese muchacho sale con el trasnochado cuento de lo de los franquistas, que ya están casi todos bajo tierra, y sus demás chochadas, me parece que no acaba dedarse cuenta que si hay alguien franquista, fascistón y marimandón es él, que dirige a sus huestes como si fuese una de aquellas histéricas jefas de la Sección Femenina, en plan ¡aquí quien mando soy yo, y viva Pilarín!.
Ya vemos el modo en el que el patio se revuelve cada vez más, aunque aún se sigua queriendo pensar que aquí no está pasando absolutamente nada, y hay a quien lo que le preocupe, eso sí, en todo caso, sea con quien habría de jugar el Barcelona en caso de que los traidores consumasen su objetivo ¡España, triste España, pobre España!.
Ver asediada a la Guardia Civil por una masa alentada por fuerzas políticas que tienen representación en las instituciones catalanas es inadmisible. En España han sido muchas las intervenciones en instituciones y organismos dependientes de las Administraciones Autonómicas, Locales o del propio Estado ordenadas por los Jueces que se han desarrollado con arreglo a la legalidad vigente y el respeto debido a la autoridad. ¿Por qué razón no ha de ser así en Cataluña? ¿Qué bula les ampara allí?. ¿Acaso son superiores como piensan y quieren imponernos desde tiempo inmemorial?. Es inadmisible ver a la que dice ser y llamarse Presidenta del Parlamento de la Comunidad Autónoma de Cataluña arengar a las masas a la puerta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña diciendo que se conjuraban hasta no parar, hasta conseguir la liberación de unos supuestos héroes cuyos actos meritorios consisten en ultrajar y pisotear al Estado y a todos los españoles, ¡y que todavía siga sin estar suspendida en sus funciones, detenida e investigada, al igual que el tal Puigdemont, el tal Junqueras y todos los que sea menester pasar a dar cuentas ante los jueces por sus manifiestos comportamientos delictivos! Contemplo las imágenes de los alumnos de colegios e institutos movilizados políticamente, acudiendo a las algaradas callejeras convocadas para lo cual los centros escolares piden a los padres que autoricen a sus hijos a asistir y no sé si reír o indignarme aun más de lo que estoy.
Vivir esta pesadilla, este fuego infernal incesante, alimentado además por el oportunismo de diversas comparsas de necios repartidos por España, este aire viciado, se está haciendo muy insoportable. Levantarse cada mañana en la incertidumbre de cuál ha de ser el movimiento de ficha de esta especie de partida de ajedrez irreal entre un tropel de insurrectos que ya están deslegitimados, ya no hay Autonomía que suspender ni artículo 155 de la Constitución que aplicar porque con los simulacros de leyes que aprobaros hace unos días los parlamentarios secesionistas en el Parlamento de Cataluña rompieron su propia legitimidad, destrozaron su legalidad estatutaria y se situaron al margen de la Ley. ¿Qué autoridad legítima existe hoy en Cataluña?. Unicamente la del Estado Español.
Parece que resulta muy difícil de comprender que unas autoridades que aprueban ilegalmente, por un procedimiento ilícito, unas normas a las que pretenden dar rango de leyes, una para convocar un referéndum ilegal, y otra para desvincular Cataluña de España, dejan de ser autoridades, dejan de tener legitimidad y todo lo que ello conlleva y que lo que procede no es decirle a esos personajes que depongan su actitud sino declarar el estado de sitio sin más miramientos . ¡Pero no, de eso nada! ¡Mayor vejación, mayor vergüenza aún hemos de soportar el resto de los españoles!: El Ministro Sr. de Guindos nos ha sorprendido, o por lo menos a mi me ha sorprendido con lo que me parece una bofetada a la ciudadanía española: Si dan marcha atrás Puigdemont, Junquera, Forcadell, la CUP y la madre que los parió y desisten de su bromita, pues pelillos a la mar y se negociaría una oferta de mayor autonomía financiera y más dinero a Cataluña. ¿Cómo se puede llegar a tal infamia?
Siempre, en cualquier caso, ha de suscitarse un medio, un mecanismo mediante el cual el ciudadano manchego, asturiano, extremeño, canario, cualquier español, tenga garantizado exactamente lo contrario de lo que consagra el artículo 139, 1 de la Constitución, porque Cataluña tiene que estar privilegiada, y su apaciguamiento ha de comprarse Si los traidores deponen su actitud, que no sería sino aplazar una temporada su amenaza, se le premia y se les reconoce su superioridad y asunto resuelto ¡Basta ya! Esta ha de ser, por lo visto, la historia de nunca acabar, e irá a peor mientras más se denigre la vida política, reflejo, al fin y al cabo, de una sociedad denigrada, de una sociedad que como y decía Ortega y Gasset, se sabe vulgar, se reconoce vulgar y para colmo tiene la poca vergüenza de afirmar el derecho a la vulgaridad e imponerlo por todas partes.
Mal asunto si al final, como suele ocurrir, me salgo con la mía, vuelvo a acertar ¿En que consiste acertar?…Sencillamente en acabar mal: Si se declara Cataluña independiente por un bando municipal o cualquier papelucho que se saquen esos personajes que andan sueltos por ahí no me explico porque motivo, habrá que actuar contundentemente: ¡malo!. Si se les impide ya se ve por donde va la cosa, y de pacifica resistencia no creo que se trate a juzgar por el destrozo de vehículos de la Guardia Civil y sustracción del armamento y la actitud digamos que apacible de la policía autónoma que requirió en Manresa que el Juez se pusiera más que serio con el Jefe de la misma:¡malo también!. Y si se dejan convencer y deponen su actitud habrá que negociar, abrir un proceso de reforma constitucional y sobre todo de inmediato, premiar su insurrección con más dinero y más beneficios fiscales, más diferencias con respecto a los demás:¡muy malo!
Esta última opción sería pan para hoy, hambre para mañana y una invitación a que el resto de España se pusiera en pie de guerra cansada de tanto abuso. ¿Qué haría yo? Mis soluciones son muy drásticas, quizá hubiera sido más apropiada aconsejársela a Felipe IV, que perdonó aquella traición de Pablo Clarís y la entrega posterior de Cataluña a Francia, consistiría en dar una lección de humildad y repartir por el resto del territorio español una buena parte del tejido industrial catalán que no se debe olvidar de cómo se creo, cuándo y por quien. A lo mejor así de camino se enteran de que el resto de los españoles ni son vagos, ni ladrones, ni tarados.
Manuel Alba