Al amanecer del 1° de febrero de 1996 comenzó a escribirse una nueva página de la Historia de la Guardia Civil.
Un capitán, dos sargentos 1º y nueve guardias civiles de la Agrupación de Tráfico y un sargento 1° del Servicio de Policía Judicial, con la dotación de armamento y municiones al completo, dos vehículos blindados y seis motocicletas, despegaron en un avión T-10 del Ejército del Aire, desde la base aérea de Getafe con destino al aeropuerto croata de Split.
Esa misma tarde se incorporarían a la Brigada Española de la Misión «IFOR» en Bosnia-Herzegovina, para desempeñar funciones específicas de Policía Militar.
Era la primera vez que el benemérito Instituto participaba en una misión de la OTAN y en una operación militar de mantenimiento de la paz.