Los independentistas catalanes están situados en un pulso frente al Estado, al que les guste o no, pertenecen, el Español. La gente salió a la calle el pasado 11 de Septiembre, en la Diada más desafiante, en la que gritaban tres cosas, que eran una nación, que querían votar, les dejaran o no, y que querían la independencia.
Pero a la otra parte de Cataluña, todo esto les parece un disparate y quieren seguir siendo catalanes y miembros de España y la Unión Europea. Hay quienes piensan que votar es la única solución y quienes sostienen que el día dos hay que sentarse, dialogar y darle una viabilidad al problema territorial con una solución en la que todos tengamos cabida con equidad, comodidad y responsabilidad.
No podemos situar a Cataluña, en el centro del desbarajuste, en un permanente péndulo desafiante entre el inmovilismo y la sedición. Lo que nadie puede hacer, como ciudadano español ni catalán es, lanzarse al vacío y no respetar las leyes, satanizar a quien no piense como ellos, o provocar el conflicto político y el enfrentamiento social.
De aquí al 1 de Octubre vamos a vivir momentos difíciles, y no podemos predicar lo mismo y lo contrario a la vez, porque además de imposible, provoca una gran frustración. No se puede violentar a nadie para que haga lo que no quiere hacer o no haga lo que desea.
No entendemos muy bien, por mucho que nos lo expliquen, lo que dice a todas horas doña Ada Colau, alcaldesa de Barcelona que afirma que hará todo lo posible para que se pueda votar sin poner en peligro la seguridad de la institución y los trabajadores. De hecho ya ha cerrado un acuerdo con la Generalitat de la que aún no sabemos la letra pequeña.
Nuestra pregunta querida Ada, es fácil, cómo lo va a hacer, cuándo, con quienes y dónde. Bueno, alucinante lo de su líder celestial Pablo Iglesias que como español grita Viva Cataluña libre y soberana, viva la fraternidad. Debería explicar con más detalles que quiere decir con esta exclamación.
Cuando se intenta contentar a todos se termina disgustando a todos ellos y a algunos más. Cualquier persona sensata, no es capaz de asegurarnos que ocurrirá el día 1. Está claro que no habrá Referéndum, tal y como lo entenderíamos en cualquiera de los países desarrollados de la Unión Europea.
La situación actual es la de un producto explosivo, dispuesto a estallar en cualquier instante, y en la que han faltado grandes dosis de genio e ingenio. Con una sensibilidad a flor de piel y una gran carga emocional, que no facilita rigores y sensateces sino ardores y despropósitos.
En esta atmosfera de querellas, suspensiones y posibles inhabilitaciones, de órdenes y desobediencias, de fracturas y bravuconadas, de tratos y retratos, confiscaciones de papeletas y ordenadores, personajes que predican lo que no practican, y una falta de cordura que está perjudicando gravemente a Cataluña y España.
Carles Puigdemont; presidente de la Generalitat y Carme Forcadell, Presidenta del Parlament aspiran a ser los próximos mártires del nacionalismo catalán, esgriminedo la estelada para inmolarse en pro de la patria como ya hicieron Jordi Puyol y Artur Mas.
Entre manipulaciones y mentiras se está diciendo por parte de los independentistas que se intenta prohibir que los catalanes hablen, y eso sencillamente NO ES VERDAD. Los ciudadanos de Cataluña han podido manifestarse en las urnas desde el restablecimiento de la democracia en 1977, en 38 ocasiones. Por supuesto, todas dentro del marco de la legalidad constitucional.
Una muestra de la crispación política y social a la que estamos asistiendo en una tierra que siempre ha sido acogedora y tolerante , es el manifiesto que han lanzado alcaldes y concejales del PSC de más de 350 municipios, contra el Referéndum del 1 de Octubre, advirtiendo que no quieren callarse ni esconderse y denuncian En los últimos días hemos visto cómo se nos presionaba, se nos señalaba con el dedo, se nos insultaba e incluso se nos amenazaba , a causa de nuestro posicionamiento
A todo esto, este jueves 14 ha comenzado la campaña por el sí en el Referéndum, con un acto masivo en la antigua Plaza de Toros de Tarragona Y es que los independentistas, ya se han colocado psicológica y políticamente en una situación de desobediencia y no parecen dispuestos a parar
Creo, sinceramente, que el actual problema de Cataluña, no es de ideología de sus gobernantes; ni que haya ciudadanos y ciudadanas que piensen de una u otra forma, si son más o menos independentistas; es un tema de competencia y los actuales responsables, que están demostrando ser unos incompetentes políticos.
Juan Antonio Palacios Escobar