Vivimos una época de crispaciones, tensiones y cerrazones. De tal manera que nos topamos con algunos casos de intransigencia e intolerancia, en los que no se escucha al otro y nos cerramos a aprender todo lo que puede enseñarnos.
El populismo imperante en la política es un síntoma claro de lo que escribo, ya que hay posturas que no solo no aceptan otras formas de pensamiento, valores, creencias y principios diferentes a las suyas, sino que con sus posiciones inamovibles siembran la discordia y generan odio.
Hay sujetos incapaces de aprender algo nuevo y no les importa renunciar a muchas oportunidades de conseguir otros objetivos, ya que según ellos, el resto de la humanidad está equivocada. No son capaces de razonar y argumentar porqué defienden sus ideas, y terminan en el autoritarismo, sin argumentos, porque lo digo yo.
No se mueven un ápice de lo conocido y permanecen anclados en la comodidad , y en el mundo que ellos han podido ver y observar, lo que en demasiadas ocasiones, les hace bastante limitados, lejos de alcanzar cualquier sueño o fabricarse ilusiones al margen de su pequeño mundo.
En lugar de moderar el lenguaje, suelen emplear sustantivos gruesos y adjetivos y adverbios en grado superlativo, siendo alérgicos a sentarse alrededor de una mesa para acercar posturas o llegar a acuerdos con aquellos que mantienen posiciones diferentes a las de ellos.
Afortunadamente en el otro plato de la balanza hay gente completamente distinta, que reciben las opiniones de los demás y las aceptan aunque aparentemente vayan en contra de sus propios intereses. Son personas con una mentalidad abierta que ni juzgan antes de tiempo ni critican aquello que no conocen.
No tienen miedo a ser juzgados por los demás, ni a iniciar nuevas experiencias, ya que desde una óptica positiva, saben que hay muchas cosas que no saben y merece la pena explorar, adentrarse en otros mundos, conocer a gentes nuevas y de diferentes culturas.
Cuando adoptamos una actitud abierta ante el mundo, no tenemos miedo a ponernos a prueba, a hacer frente a las incertidumbres e inseguridades, a superar las comodidades y ser capaces de superar obstáculos, a darle emoción a nuestras vidas.
Son capaces de dudar, sin dejarse llevar por las primeras impresiones y se preguntan si sus propias posiciones y conclusiones son buenas y acertadas o lo más adecuado sería compararlas con otras. Tienen una buena autoestima, ya que saben gestionar todo lo que hay en su entorno para interpretarlo correctamente.
A lo largo de nuestras vidas se nos presentan oportunidades y hemos de hacer cambios. Son muchas las ocasiones en las que hemos de tomar decisiones, y habrá veces en las que obtendremos el éxito y otra en la que fracasaremos. Son posibilidades en las que está el gran aliciente de la aventura de nuestra existencia.
Entre cerrazones y aperturas, siempre habrá otros que serán mejor que nosotros o que se encontraran en mejor situación para conseguir lo mismo que nosotros deseamos. Si en lugar de perdernos entre la envidia y los celos , nos dedicáramos a potenciar nuestras fortalezas y corregir nuestras debilidades y averiguar desde la reflexión, en que podemos enriquecer nuestra personalidad y progresar en nuestras actuaciones , y sobre todo en lugar de estar quietos, fijémonos en lo que hacen aquellos que son capaces de conseguir sus objetivos.
Juan Antonio Palacios Escobar