Y el pasado jueves día 18 cuando Antonio García Ferreras , periodista , presentador y directivo de la Sexta entrevistaba al Presidente en funciones del Gobierno de España, Pedro Sánchez afirmó “El principal escollo para que haya acuerdo con PODEMOS es la presencia de Iglesias en el Gobierno”
Con contundencia, con claridad y coherencia, lo dijo, con una valentía poco habitual en la política actual en la que entre el disimulo y el postureo callan más de lo que dicen, y ocultan más de lo que enseñan. Por tanto, agua y en botella.
El pasado viernes 19 de julio, el líder de los violetas, tras muchas reflexiones según sus palabras, lo entendió y dio un paso atrás y renunció a formar parte del Gobierno, eso parecía aclarar el panorama y facilitar la investidura aunque fuera en segunda convocatoria, con un acuerdo programático y una propuesta de nombres por parte de la dirección podemita para que el Presidente pudiera elegir o descartar, ya que es su potestad, en la batalla de los nombres y las imposiciones
El señor Iglesias podía haber tomado nota y demostrar su generosidad, su perspectiva de hombre de Estado y facilitar el que existiera un Gobierno progresista en nuestro País y no volver a cometer y repetir el pecado político de votar de nuevo con la derecha como hizo en 2016. Pero nada de nada.
No me gustan los maximalismos, pero tal vez, podríamos afirmar sin temor a equivocarnos, que ésta ha sido una de las investiduras más complicadas de la democracia española, cuando tras los resultados del 28 de abril de 2019, había quien pensaba, que al no haber posibilidad de candidatura alternativa, todo iba a ser “coser y cantar”.
Nada más lejos de la realidad, hemos asistido a todo tipo de filtraciones e intoxicaciones, pero como casi siempre ocurre la realidad se ha impuesto y se ha descubierto la verdad del cuento. Lo cierto es que hasta el día 25 en el que se produjo la votación en la sesión de investidura, no sabíamos a ciencia cierta si estábamos más cerca de una nueva convocatoria electoral o más lejos de un acuerdo entre PSOE y UNIDAS PODEMOS.
Si tuviéramos que resumir todo este tiempo, de cerca de tres meses en un decálogo, lo haríamos, sin por eso reunir todo lo habido y por haber, en estos aspectos, de los que afortunadamente puede discreparse en cantidad y calidad, ya que podrían ser más o menos, éstos u otros, con más énfasis e intensidad donde nos parezca.
1.- Uno de los elementos cruciales para que exista un diálogo y por supuesto un acuerdo ente dos partes es la confianza, y los dos personajes de esta historia, Sánchez e Iglesias, no solo no empatizan entre ellos, sino que no se fían el uno del otro, y han estado instalados desde hace tres años en la desconfianza, por muchas sonrisas y fotos que se hagan. Esto era la crónica de un desencuentro anunciado.
2.- Sus visiones de lo que es Gobernar un Estado son muy distintas. Ya no por historia, el PSOE tiene 140 años de existencia y PODEMOS solo 5. Los socialistas, con Felipe González y Zapatero han protagonizado los grandes cambios y transformaciones de España en un País moderno, los violetas están inéditos en ese sentido.
3.- Hay grandes contradicciones en temas de Estado, entre ambas formaciones, como por ejemplo en el abordaje del problema catalán, en el que el PSOE, a pesar de su espíritu dialogante no se sale un centímetro del marco constitucional, mientras que a PODEMOS le hemos visto admitir el derecho de la autodeterminación y por tanto el derecho a decidir, y referirse a presos políticos en un País como España.
4.- No se puede hablar y presumir de lealtad cuando cada vez que ha tenido ocasión el señor Iglesias ha calificado las propuestas del Presidente del Gobierno de España de idiotez, le ha tildado de veleta, absurdo y otras lindezas como estar a las órdenes del IBEX 35. Ahora tenían la ocasión de rectificar desde la lealtad de pertenecer al Gobierno de nuestro País, presidido por Sánchez. Pero nada de nada.
5.- Tampoco se pueden dedicar cinco reuniones con su posible socio de Gobierno al único y obsesivo objetivo de los sillones y los nombres, sobre todo el de él, en lugar de procurar cerrar un acuerdo programático que sirva para mejorar la vida de la gente y aceptar la incorporación de otros miembros de UNIDAS PODEMOS al ejecutivo.
6.- Creo que Iglesias, aunque su último movimiento haya sido inteligente al renunciar a formar parte del Gobierno, se ha sentido perdido y desorientado, tal vez diría que irritado, al ver que su estrategia de desgastar y eliminar a Pedro Sánchez, lejos de terminar con él como referente político, le ha fortalecido y ha logrado más apoyo ciudadano, mientras que a él, lo situaba más debilitado y lejos de aquel sorpasso con el que soñaba en un principio de convertirse en el líder de la izquierda española, arrinconando al PSOE a situación testimonial.
7.- Entre la distancia y el desencuentro, los pensamientos y los sueños de ambos no le servían para acercarse sino todo lo contrario, para alejarse. Mientras que Pedro Sánchez, quería lograr una España mejor, Iglesias estaba anclado en sus intereses personales. Era la diferencia entre una visión amplia y hacia fuera y otra egoísta y hacía dentro. Había que romper esa tensión negativa que cerraba las puertas a un posible acuerdo.
8.- Además, en demasiadas ocasiones, el señor Iglesias nos hacía pensar que todo era un puro teatro y que realmente no quería gobernar, y que lo suyo era la estrategia de la tierra quemada, lo que les va a conducir en picado hacia la derrota final, consecuencia de los errores de la cúpula de Iglesias y sus discípulos, de hagamos que Sánchez fracase en todo lo que se proponga, mientras que necesite nuestros votos, y después cambiemos el discurso y echémosle las culpas. De locura, pero los hechos lo ratificaban. Nunca es tarde para rectificar, pero nada de nada. 9.- La consulta de Pablo Iglesias a los inscritos no solo fue una burla a la inteligencia; en la que solo participaron un 26%; como dice su compañera Teresa Rodríguez, sino una mascarada, al igual que es una tomadura de pelo, al igual que ustedes bloqueen la investidura de Concha Andreu como Presidenta de la Rioja, con el voto de su única diputada Raquel Romero, tras casi un cuarto de siglo de Gobierno del PP y que espero quede resuelta desde la decencia política.
10.- Hay dos cosas que han quedado claras, que con estas tensiones y desconfianzas, el gobierno de coalición frente al de cooperación, e a pesar de que tenemos hasta el 23 de Septiembre , está cada vez está más lejos, y que Pablo Iglesias, que no puede estar en un Gobierno es un gran obstáculo para cualquier acuerdo , aunque los inscritos de PODEMOS en un 26% hayan votado y un 70% de los mismos se haya pronunciado a un gobierno sin vetos. Como siempre las cifras pueden ser instrumentalizadas por los organizadores de la consulta, según les convenga.
Y se produjo el debate de investidura entre el lunes 22 y el martes 23, en el que asistimos a una exposición de dos horas por parte del candidato Pedro Sánchez, con un alto contenido social y un programa ambicioso y algunos momentos de tensión con Casado, Rivera y sus discrepancias con Pablo Iglesias.
En la segunda jornada hubo intervenciones brillantes en la estructura y las formas aunque se discrepara en el contenido como las de Rufián o Aitor Esteban y resultó brillantísima la de la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, que hizo que Sánchez terminará sus intervenciones con tres palabras claves, gobierno, estabilidad y legislatura, que recoge las aspiraciones no solo de gran parte de la Cámara sino de la ciudadanía.
Las negociaciones para formar un Gobierno de coalición no fueron planteadas con una metodología que facilitara el acuerdo, y entre disfunciones programáticas, ambiciones de poder y no ser capaces de hacer planteamientos realistas desde ambas partes, en la que lo óptimo está alejado de lo posible, teniendo en cuenta que hablaban de los intereses del Estado y 46 millones de personas estaban pendientes de sus peleas y desacuerdos.
Tal vez porque negociación no ha existido, sino que nos hemos visto envuelto en una subasta y un cambalache, con el qué pides y que te doy, en el que PODEMOS ha hecho gala de una enorme irresponsabilidad política y el PSOE tal vez no ha cambiado desde el principio el chip de una repetición electoral.
Hemos asistido a una representación esperpéntica en los que los de Pablo Iglesias, habiendo sido el cuarto partido en las últimas Elecciones, han actuado como si las hubiesen ganado. Eso sí dejándole al PSOE , la Presidencia para que haya alguien a quien echarle la culpa , además de acusarles desde el primer minuto de no querer un Gobierno de coalición , que mejore la vida de las gentes.
Sinceramente, creo Don Pablo Manuel Iglesias, que ante la historia, tienen ustedes una seria responsabilidad, y su estrategia política ha estado impulsada por la frivolidad de querer un doble Gobierno y de no querer negociar , lo que ni es ni sensato ni razonable y por tanto provocaría una disfunción.
Finalmente, el jueves día 25, Pedro Sánchez no fue investido Presidente y no tendremos un Gobierno de coalición, porque Pablo Iglesias desde fuera de la mesa de la presunta negociación ha ido dinamitando el posible desarrollo de un programa progresista para construir una sociedad española mejor y más justa y se abstuvo que era lo mismo que votar que NO .
A lo largo de todo este tiempo, desde el 28 de abril, hemos visto el poder de las emociones y los intereses particulares, frente a la racionalidad y la altura de miras, el sentido de Estado y el estar sordos, ciegos y mudos ante las exigencias de la ciudadanía. Llegado este momento, reconozco como demócrata y como socialista que siento una gran tristeza.
En esta ocasión tampoco se equivocó el refrán, ya que lo que mal empezó, mal acabó, y tras las dos votaciones en el Congreso de los Diputados, para respaldar o no la investidura de Pedro Sánchez, PODEMOS repitió el error de 2016, cuando votó que NO a la investidura de Pedro Sánchez junto a la derecha. Mientras el trifachismo PP, CIUDADANOS y VOX se encuentra frotándose las manos, porque no tenemos gobierno de coalición y progreso ni un Presidente socialista, Pedro Sánchez.
No se trata ahora de traducir, de interpretar los fantasmas políticos de Pablo Iglesias y sus dirigentes, no podemos quedarnos ni en descifrar los significados y significantes, hemos de lamentar que la oportunidad de que por primera vez se planteaba tras más de cuatro décadas democráticas de tener un gobierno de coalición y que éste sea un Gobierno progresista.
Todo apunta, a pesar que aún hay tiempo hasta el 23 de Septiembre que estamos abocados a una nueva Convocatoria Electoral que tendría lugar el 10 de Noviembre. El gran problema, es si seremos capaces de llevar a la ciudadanía a las urnas o los más sufridores y que más necesitan de un Gobierno de progreso darán la espalda y facilitarán sin quererlo, el triunfo de las derechas.
Si no definimos bien el qué y para qué, difícilmente valdrán los quienes, y si no tenemos altura de miras y visión de Estado, entendiendo que solo es posible un Gobierno, en estos momentos, un Gobierno presidido por Pedro Sánchez para todos los españoles, si caemos en la tentación de los partidismos y los personalismos, la ciudadanía no nos lo perdonará.
Juan Antonio Palacios Escobar