Discurso de Joseph García ante la Cuarta Comisión de las Naciones Unidas (Nueva York, 8 de octubre de 2019)
Señor Presidente,
Gibraltar fue incluido en la lista de territorios pendientes de descolonización en 1946.
Han pasado setenta y tres años desde entonces.
En aquel momento, el mundo se estaba recuperando de los horrores de la guerra.
Las mujeres y niños de Gibraltar habían sido evacuados en el marco de medidas más amplias emprendidas durante la guerra.
Se les obligó a abandonar su patria.
Encontraron refugio, primero en Marruecos y después en Jamaica, Madeira, Londres e Irlanda del Norte.
Soportaron los sacrificios de la guerra en nombre de la libertad y la democracia.
Aquellos mismos valores de libertad y democracia que valoramos como pueblo a día de hoy.
El pueblo de Gibraltar se presentó por primera vez ante el Comité de Descolonización en 1963.
Señor Presidente, han pasado cincuenta y seis años desde entonces.
Lo hicimos porque Gibraltar es uno de los territorios a los que se aplica la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales.
[véase https://www.un.org/es/decolonization/declaration.shtml]
Y hemos estado esperando pacientemente durante más de medio siglo para que se cumpla nuestro derecho a la autodeterminación.
Señor Presidente, la descolonización se considera una de las historias de éxito de las Naciones Unidas, y con razón.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, alrededor de 750 millones de personas vivían en Territorios administrados por potencias coloniales.
Esta cifra representaba casi un tercio de la población del planeta.
Ahora quedan dos millones.
La web de la ONU, Señor Presidente, celebra que ochenta antiguas colonias hayan logrado la descolonización desde la formación de la Organización.
Sin lugar a dudas, es algo de lo que sentirse orgullosos.
Y, sin embargo, únicamente podremos celebrarlo cuando el proceso haya concluido.
Y nunca concluirá mientras países como Gibraltar sigan esperando ser retirados de la lista.
Señor Presidente, la Carta es muy clara.
[véase https://www.un.org/es/sections/un-charter/chapter-xi/index.html]
La responsabilidad de las potencias administradoras de los Territorios No Autónomos que continúan en la lista se describe en la Carta como un “encargo sagrado”.
Los intereses de los habitantes de esos territorios “están por encima de todo”, según la Carta.
El derecho a la autodeterminación de los pueblos de los territorios es fundamental.
Así pues, ¿por qué está tardando tanto?
El Primer Decenio Internacional para la Eliminación del Colonialismo finalizó en el año 2000.
El Segundo Decenio, en 2010.
El Tercer Decenio concluirá el año que viene.
¿Por qué se ha retirado únicamente un territorio de la lista en casi tres décadas?
Gibraltar ha estado acudiendo a las Naciones Unidas durante más de medio siglo.
Aquí proclamamos dos veces al año nuestro derecho a la autodeterminación y nuestro deseo de trabajar con esta Comisión y el Comité de los 24.
Queremos acelerar nuestra retirada de la lista de Territorios No Autónomos.
Pero es casi como si no existiésemos.
El 2 de enero de 2007, entró en vigor una nueva Constitución en Gibraltar.
[Esta Constitución] hace referencia al principio de la autodeterminación en sus declaraciones iniciales.
Esta Constitución amplió los poderes de autogobierno del pueblo, el Parlamento y el Gobierno de Gibraltar.
Enviamos esta Constitución al Comité de los 24 y preguntamos qué otros pasos eran necesarios para nuestra salida de la lista de Territorios No Autónomos.
La respuesta ha venido siendo el silencio.
Cada año, invitamos al Comité de los 24 a enviar una misión visitadora a Gibraltar.
Estas misiones son, en palabras de la Asamblea General, “un instrumento eficaz para conocer la situación de los pueblos de los Territorios”.
[véase https://undocs.org/es/A/RES/73/123, párrafo 10]
En junio de este año, el Comité de los 24 tomó nota de las invitaciones remitidas por las Islas Vírgenes Británicas, Montserrat y Guam para enviar misiones visitadoras a sus respectivos territorios.
[véase https://undocs.org/es/A/AC.109/2019/L.5]
No hubo ninguna mención a Gibraltar.
A pesar de nuestra invitación anual.
De nuevo, Señor Presidente, es como si no existiésemos.
Ninguna respuesta sobre la Constitución.
Ninguna respuesta sobre la retirada de su lista.
Ninguna respuesta sobre el envío de una misión visitadora.
No hace falta que recuerde a la Comisión que según sus propias reglas, “los intereses de los habitantes de esos territorios están por encima de todo.”
Como representante del pueblo [de Gibraltar] puedo decir que, ciertamente, no lo estamos sintiendo así.
Hemos contactado con el Comité de los 24 por carta desde la reunión de junio y agradecemos la oferta de reunirnos con la Presidencia para discutir estas cuestiones.
Porque no pedimos nada más, ni nada menos, que los otros ochenta antiguos territorios coloniales que han pasado por este proceso antes que nosotros.
No me cabe duda de que aquellos de los presentes que hoy en día representan a esos ochenta países comprenderán nuestra situación.
Es posible que incluso empaticen con nosotros.
Más de cincuenta de ellos forman parte de la Commonwealth.
Países como Papúa Nueva Guinea, Sierra Leona, Kenia y Nigeria.
Pequeños estados isleños como Fiyi, Santa Lucía, Granada, Antigua y Barbuda o Malta.
Gibraltar se encuentra en la misma posición en la que todos ustedes se encontraron en el pasado.
Tenemos los mismos valores: democracia, buen gobierno, derechos humanos y el estado de derecho.
En la base de estos valores se encuentra el derecho de los pueblos a determinar su propio futuro.
Eso fue lo que hicieron sus pueblos.
Es necesario que llegue nuestro turno para hacer lo propio.
Somos una comunidad multicultural.
Durante más de trescientos años, Gibraltar ha acogido a personas de todo el mundo.
Después de 1704, mercaderes y comerciantes de lugares como Génova y Saboya, en Italia, se asentaron en Gibraltar.
Personas de Irlanda, Menorca, Inglaterra, Portugal, España y Francia.
Judíos sefardíes del Norte de África, que habían sido expulsados de España.
Trabajadores de Malta que llegaron con sus familias a finales del siglo XIX.
Muchas personas llegaron de la India e hicieron de Gibraltar su nuevo hogar.
Miles más llegaron de Marruecos durante el siglo XX y enriquecieron nuestra sociedad multicultural.
Nosotros, el pueblo gibraltareño, somos el resultado de esta mezcla de diferentes nacionalidades durante más de trescientos años.
Un pueblo independiente y distinto al de la potencia administradora.
Un pueblo que ha vivido en Gibraltar desde antes de que existiesen los Estados Unidos de América.
Un pueblo que tiene derecho a la autodeterminación.
Señor Presidente,
Hace cincuenta años, en 1969, el Gobierno fascista del General Franco cerró la frontera de España con Gibraltar.
El objetivo era asfixiar nuestra economía.
Las familias fueron separadas.
Las comunidades fueron divididas.
El suministro de mano de obra y bienes a Gibraltar fue interrumpido.
Se cortaron las líneas telefónicas.
Las comunicaciones por ferry se detuvieron.
La frontera española permaneció cerrada durante casi dieciséis años.
Ese cierre marcó a varias generaciones de gibraltareños.
Pero también nos hizo más fuertes.
Cimentó aún más nuestra identidad como pueblo.
Y reforzó nuestra resolución de no renunciar nunca a nuestra soberanía y a nuestro derecho a la autodeterminación.
Las tácticas de coerción demostraron ser completamente contraproducentes.
Señor Presidente, la frontera no debe volver a emplearse jamás como un arma política.
A finales de este mes, Gibraltar podría abandonar la Unión Europea junto con el Reino Unido, a pesar de que una abrumadora mayoría del pueblo de Gibraltar votó a favor de permanecer [en ella].
Durante el proceso de retirada, hemos negociado con diversos Estados Miembros de la UE, incluyendo España en calidad de nuestro vecino más cercano en la UE.
Estas negociaciones han dado lugar a provisiones especiales sobre Gibraltar en el Acuerdo de Retirada alcanzado entre el Reino Unido y la UE.
Se han negociado cuatro Memorandos de Entendimiento entre Gibraltar y España, como parte de ese marco, que abarcan: medio ambiente, tabaco, cooperación en defensa de la ley y derechos de los ciudadanos.
Gibraltar y España también han negociado, aparte, un Acuerdo Fiscal .
Resulta claro que con buena fe y respeto mutuo es posible encontrar soluciones positivas.
Esto redunda en el interés de ambas partes, tal y como reconoció el Presidente del Gobierno español ante la Asamblea General el año pasado.
Gibraltar ya es un importante motor económico para la región vecina de España.
Más de 15.000 personas viven en España y trabajan en Gibraltar.
Gibraltar adquiere bienes y materiales de España por valor de más de 1.500 millones de euros al año.
El efecto económico positivo de Gibraltar representa el 20% del PIB del territorio circundante.
Un Brexit sensato, ordenado y bien gestionado beneficiará a todos.
Debemos garantizar que los ciudadanos y negocios sean capaces de continuar con sus vidas cotidianas.
Debemos aprender de las lecciones del pasado.
Y, por lo tanto, Señor Presidente, reitero que Gibraltar desea colaborar con esta Comisión y el Comité de los 24.
Las Naciones Unidas están obligadas por sus propias reglas, es más, por el derecho internacional, a colaborar con nosotros.
Esperamos trabajar juntos para garantizar la retirada de Gibraltar de la lista de Territorios No Autónomos.
Los deseos del pueblo de Gibraltar, expresados de manera libre y democrática, deben estar “por encima de todo”.
Hoy en día, no puede haber ninguna otra alternativa.
Muchas gracias.