En Marbella, los vecinos se quejan de plagas de ratas en Ricardo Soriano sobre todo en la zona del Don Paco y Mercadona.Y también en los Juzgados. A los cinco años, una rata puede llegar a contar con hasta 600 millones de descendientes. Cada uno de ellos, vectores transmisores de graves enfermedades como la leptospirosis, la toxoplasmosis o el hantavirus, entre otras muchas. Ciudades como Oviedo, Madrid, Tenerife o Barcelona ya han denunciado la presencia excesiva de este tipo de roedores en sus calles y hace unos días fue en Sevilla donde tuvo que cerrarse al público el popular Parque de Cristina a fin de llevar a cabo las tareas de desratización pertinentes.
“El hecho de que puedan verse ratas en la vía pública a la luz del día”, explica Milagros Fernández de Lezeta, directora deneral de ANECPLA, “es un indicativo claro y preocupante de que el volumen de ratas es demasiado elevado, ya que cuando las ratas salen de las alcantarillas de día es porque están buscando nuevas zonas que poder colonizar ante la saturación de las que provienen”.
ANECPLA señala esta preocupante situación que están sufriendo cada vez más ciudades en todo el territorio español a la drástica reducción de presupuestos dedicados a estas partidas de sanidad ambiental por parte de los ayuntamientos. Y es que, tal y como denuncian desde la Asociación, “si bien antes de la crisis económica, las administraciones públicas valoraban tanto los requerimientos técnicos de los presupuestos presentados para estas actividades como la propuesta económica, en la actualidad es sólo este último factor el que decanta la elección de proveedores”.
Por otro lado, tal y como incide Fernández de Lezeta, “resulta muy preocupante que la buena práctica que existía anteriormente de desestimar aquellas propuestas presentadas por empresas que supusieran una bajada temeraria de precios ya no se siga llevando a cabo. Por no hablar”, continúa, “de aquellas licitaciones que directamente se realizan mediante una subasta de propuestas económicas a la baja”.
ANECPLA denuncia que estos procedimientos de contratación de los servicios de sanidad ambiental y control de vectores por parte de las administraciones públicas conllevan importantes consecuencias, tanto a nivel sanitario como de imagen para las ciudades. Y hace un llamamiento para que los ayuntamientos vuelvan a tener en cuenta los requerimientos técnicos y la calidad del servicio, puesto que la salud de los ciudadanos está en juego.