En Tánger, especialistas debaten del homicidio moral causado por la difamación de la prensa.
Promovido por el Presidente del Centro de Medios del Mediterráneo, el periodista tangerino Abderrain Zebbah, se ha celebrado un gran debate sobre el daño de la difamación en la prensa.
En este encuentro, el ex decano de la facultad de ciencias jurídicas, económicas y sociales de Tánger, Abdeslam Benhadou dijo que : “ninguna fuerza puede aderezar el periodista ni no es su propia conciencia” haciendo referencia al dicho común: “ el que puso la ley, puso una trampa”.
Se promulgan las leyes sea para enfrentar distintas situaciones y circunstancias o para cumplir con expectativas futuras” refiriéndose a temáticas “de gran importancia como los derechos humanos y la protección del medio ambiente, entre otros”. Cabe destacar que la intervención de Benhadou se inscribió en el marco de esta conferencia organizada por el Centro Mediático Mediterráneo sobre :” la difamación en la prensa.. homicidio moral esperando la disuasión de la ley”, el pasado viernes en Tánger.
En ese sentido, el ex decano puso énfasis en el crimen electrónico que llamó la atención de las autoridades marroquíes justo cuando sucedieron los actos terroristas del hotel Atlas Asni, pues “ en aquel momento, el legislador marroquí se dio cuenta del peligro que amenaza la administración marroquí, además de las distintas operaciones de soborno que circulan ahí. En ese mismo tiempo se pensó que esa ley podría proteger la administración marroquí antes que nada”.
Benhadou subrayó las transgresiones de las libertades contra los individuos como fenómeno enraizado en la sociedad, agregando que: “los que cometen este delito, corren el riesgo de estar detenido de 3 a 5 años, depende de las circunstancias de los que lo cometieron”.
De su parte, el periodista Redouan Ramdani indicó que la difamación es uno de los temas más complicados, por lo que queda difícil desarraigarlo. A ello se le añaden dos elementos que rizaron el rizo, a saber el contexto general de los medios tradicionales y la emergencia de la nueva era en la cual predominan las redes sociales. En medio de estas circunstancias, la difamación dejó de ser un delito legal para convertirse en una de las manifestaciones más crueles de la libertad de expresión.
Otro de los puntos destacados por Ramdani es el relativo a un contexto político definido, “ desde 2011, algunos diputados ejercieron la difamación en pleno parlamento. Desde entonces, esta plaga invadía las instituciones estatales. Como consecuencia, esas ideas se convirtieron en convicciones y luego, en una verdad absoluta, porque cuando culpan a un gobernante por ser corrupto, todos lo creen enseguida”.
El mismo agregó que al cabo de todo ello: “la gente tuvo la ilusión de que tiene que saberlo todo, lo cual mezcló libertad con difamación y pérdida de privacidad» dando como ejemplo las comidas callejeras que los hambrientos consumen a pesar del daño que los podrían causar. Es justo lo que pasa al consumir las “comidas mediáticas baratas”, con un poco de sazonamiento y ya están listas para consumir.
Redouan Ramdani concluyó haciendo hincapié en la libertad de expresión diciendo que esa se manifiesta con expresiones violentas que dejan entender que el objetivo de la difamación no es político, sino es el mero resultado de un rencor profundo hacia personalidades. Pues de tanto circularlos, esos rumores se convierten, por desgracia, en una verdad indiscutible.
De su parte, Issam Benallal, el presidente regional del club de los jueces en Marruecos presentó cifras sobre la política del delito en el Reino. Unas cifras sacadas del informe del 2018: “se registraron 152 casos generales de difamación y 408 casos en el dominio periodístico”.
El mismo añadió, en ese sentido, que dichas cifras plantean muchas cuestiones, subrayando que la fuerza judicial está cumpliendo su papel tal como se debe, pese a que es muy probable que muchos casos de difamación se escapen de un contexto legislativo específico” y que “no debemos resumir este marco legislativo en el código de la prensa y edición”, indicando que la legislación tiene por objetivo proteger a la vez la libertad de expresión y el lado privado de la vida de cada uno de los ciudadanos.
El periodista Rachid El Belghiti intervino contando una historia típica que sucedió en Inglaterra, es la de “the lost honour of christofer jefferies”. Esta historia terminó con el asesinato que cometió un profesor de historia. Cual drama pasó de ser un simple guion de película a una realidad, y todo ello a causa de los medios de comunicación.
El Belghiti concluyó su intervención, poniendo énfasis en lo peligroso que es el fenómeno de la difamación y sus impactos negativos sobre las familias, declarando que “la difamación es un crimen que es capaz de borrar todo ll bueno del pasado y destruir el futuro de sus víctimas. Este fenómeno hiere el alma humana porque manifiesta maldades que tan solo viven en la mente de los difamadores”.