Provoca una tristeza infinita e impotencia comprobar día a día que estamos en manos de políticos falsos y mediocres. Ni uno solo está demostrando estar a la altura de las circunstancias y todos están a la gresca para poder tapar sus propias limitaciones que les impide afrontar los problemas y, sobre todo, la tremenda crisis sanitaria y también la económica que estamos viviendo. No hay más que observar las sesiones de control de los miércoles para poder verlo.
Viven en un mundo paralelo en el que no se habla para nada de lo que verdaderamente está ocurriendo. Y en esas horas que ellos dedican a insultarse, mueren sesenta o setenta personas de coronavirus. Mucho ruido para tapar vergüenzas.
Ya son muchos los españoles que han dejado de creer en los que nos cuentan y cada vez queda más claro que esto va a terminar de la peor manera posible. Ya hace tiempo en otro artículo, afirmaba eso de “sálvese el que pueda” y creo que eso está ya más que asumido porque visto lo visto, no hay otra opción posible. Lo único que podemos y debemos hacer es tener mucho cuidado.
El sentimiento de abandono que estamos sufriendo todos y cada uno de los españoles, la impotencia que nos embarga por no poder elegir nada mejor , la resignación ante una chapuza política tras otra, la sensación de que estamos en manos de aficionados que solo saben mirarse al espejo para decirse ellos mismos que son los mejores, y la angustia, la tremenda angustia que genera el saber que formas parte de una estrategia que se crea en un despacho y en la tú no eres nada ni nadie, es absolutamente demoledor.
Lo peor es que las cuentas no salen , las mentiras se acumulan, la guerra política invade cada rincón de la vida de los españoles, las instituciones se van desmoronando….. y mientras, ni un solo político saber hace nada que no sea insultar, atacar o, incluso, señalar peligrosamente. Ni uno solo de ellos sabe que hacer y a lo que se dedican, entonces, es a deshacer.
Y así, como el que no quiere la cosa, se están llevando, en todos los sentidos, el futuro de millones de personas.
Algeciras, 1 de octubre de 2020
Patricio González