Hace tiempo me encontraba con la necesidad de contentar a todos los que me leen o escuchan. Era extraño, como un concurso de simpatía, de empatía. Pero con el tiempo aprendí que eso era imposible, que traicionar tus propias ideas es pisotear lo que realmente eres.
Yo escribo y digo lo que creo que debo escribir y decir. Y tengo la enorme suerte de poder publicar en medios de comunicación escritos, participo en las tertulias de Onda Cero y hago intervenciones de opinión en Onda Algeciras TV, en los que la libertad de expresión es sagrada y yo no pienso escribir o hablar absolutamente nada de lo que no esté convencido, nada que provoque daños gratuitos.
El problema con el que me encuentro es que entre los que me leen o escuchan , unos se colocan a un lado y otros se colocan enfrente, esperando el más mínimo motivo de discusión para iniciar una guerra que, afortunadamente , es verbal.
Hoy, digas lo que digas, te genera un pequeño problema, porque quienes te leen o escuchan se acercan con una única intención: escuchar o leer lo que quieren escuchar o leer.
Muchas veces la falta de sentido crítico y una ceguera impuesta por medios de comunicación convertidos en panfletos, hacen impermeable la consciencia del individuo. No son pocos los que critican que otros son unos borregos cuando ellos lo son también.
En cualquier caso , tengo la suerte de poder expresar mi opinión en las redes sociales y en los medios en los que lo hago con total libertad. Y, desde luego, no pienso plegarme a lo que quieran leer o escuchar algunos para garantizar un buen número de visitas en las redes sociales. Mejor es dormir tranquilo sin pensar que estuvo bien decir esto o aquello sin tenerlo claro.
Algeciras, 12 de octubre de 2020
Patricio González