Saben mis lectores que no me gusta hablar de Política y hoy hago una excepción, sin que sirva de precedente, porque no se adivina un buen panorama en esta España que, desde que está “mandando” en la Moncloa este gobierno social comunista, se ha convertido en un carajál bananero que ha transformado a las altas Instituciones del Estado en una pelota a la que todo el mundo da coces y patadas, mientras la población está empobreciéndose a marchas forzadas, pero no se habla de ello.
Dijo Santiago Carrillo en su día, que volvían las dos Españas. No lo sé. Carrillo lo sabría mejor que nadie, ya que, además del tema de Paracuellos, fue distinguido protagonista del acoso y derribo de la II República, junto a Socialistas, Anarquistas y Nacionalistas/Separatistas, que la dejaron hecha jirones antes de nacer. Y es que esto de la memoria histórica, desgraciadamente, trae estas cosas cuando, desde la muerte del dictador, el pueblo entero vivía en paz y con cierta prosperidad y hasta hace poco éramos un país respetable y respetado. Habíamos elaborado una Constitución, a través de representantes democráticamente elegidos, para que fuere la norma que guiase y rigiese en paz la convivencia de todos los españoles… y un señor que preside el Gobierno de España con separatistas, con antisistema y con terroristas, decide que hay que volver a las dos Españas que decía Carrillo, que hay que cambiar de régimen por la puerta de atrás, burlando la Constitución… y de repente todo se cuestiona: la nación, la monarquía, el Tribunal Constitucional, el Poder Judicial, y se están haciendo o preparando leyes y/o decretos al efecto… el Estado, queridos lectores, se está desmoronando y haciendo aguas por todos lados, según mi entendimiento, mientras todos nos estamos empobreciendo a marchas forzadas, casi sin ser conscientes de ello.
Recuerden al nefasto ZP diciéndole a su periodista de cámara, Iñaqui Gabilondo, por lo bajini, que le convenía la tensión y la crispación ciudadana. Pues estos de hoy que nos desgobiernan, siguen la misma ruta y después de más de cuarenta años de democracia, se queman banderas españolas, se ha intentado ya quemar más de una Iglesia, se cuestionan todas nuestras libertades con decretos-leyes de dudosa constitucionalidad, se desgobierna mediante más decretos-leyes, intentar apoderarse de la “independencia” de los jueces, han dejado sin autoridad a los cuerpos de seguridad del estado, no se puede hablar libremente en las Universidades y tampoco en ellas se puede practicar la religión católica -las otras sí-, ni se pueden presentar libremente todos los partidos en todos los rincones de España porque los cachorros de los socios de Sánchez intentan boicotearlos, la propiedad privada está en entredicho a tenor de lo que se está concediendo a los “okupas”, no se puede elegir libremente que sea el Castellano el idioma en que estudien los hijos, hay delitos de rebelión que luego resulta que para el gobierno son zarandajas, y el Jefe del Estado -El Rey- no puede ir a algunos territorios del país…
Puede que, efectivamente, le interese a Sánchez y a sus adláteres la tensión y la crispación de la ciudadanía para, en medio de la algarada, llevarnos por el camino de Venezuela, país al que ellos han adoctrinado… pero todo tiene un límite y, me da, que están jugando con fuego…
Antonio Poyatos Galián.