Es necesario que seamos conscientes plenamente de la gravedad de esta pandemia, de la emergencia sanitaria en la que nos encontramos, y si somos conscientes de verdad de cómo están los hospitales, las UCIs y el personal que atiende a los enfermos.
Falta saber también si todos somos conscientes de los que por culpa del coronavirus no tienen para comer o no tienen trabajo, o han perdido su negocio o están a punto de perderlo. La verdad es que muchos de los que nos gobiernan no son conscientes de todo eso porque nos quieren lanzar falsas esperanzas de poder celebrar la Navidad aunque sea a medias y se equivocan.
Tendremos que inventar y crear situaciones seguras y diferentes. Que no nos hablen de salvar la Navidad porque para salvarla tendríamos que estar en unas cifras que ahora no tenemos y a las que no vamos a llegar por la cantidad de contagios, de ingresos en hospitales y sobre todo, por los fallecidos a diario que suman una media diaria de 300.
¿Queremos abrir en Navidad y volver a cerrar en Reyes?, ¿Queremos volver a repetir el fracaso que hemos tenido en el verano por no preparar la segunda oleada y que ha supuesto miles de muertos? .
Quizás lo más sensato es hacernos un planteamiento a más largo plazo para plantear un equilibrio entre sobrevivir económicamente y sobrevivir sanitariamente.
No estamos a tiempo de frenar el coronavirus para salvar una Navidad normal. Y cuanto antes lo acepten quienes nos representan, antes nos lo sabrán trasladar sin filtraciones envenenadas que solo nos generan caos a todos.
Nada está siendo normal desde marzo ni lo será en los próximos meses. Esta va a ser la primera Navidad cargada de austeridad en muchos sentidos, en el emocional y en el familiar. Navidades de cuidarnos al máximo para que en pocos meses podamos celebrar todo lo que no hemos podido en este 2020. Porque lo que está claro es que lo primero que tenemos y queremos celebrar es la vida.
No sé si tendremos que ver más dolor para aumentar la concienciación. Hemos pecado no mostrando la crueldad de las UCIs, de la situación de los hospitales, de las funerarias, de las neveras vacías. Quizás nos falte más dolor para tener más concienciación del drama que estamos viviendo y los primeros los políticos para no dejar más gente ni en la cuneta ni en el cementerio. Mucha suerte.
Algeciras, 20 de noviembre de 2020
Patricio González