¿Qué es la dignidad?: “Cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen o degraden. La dignidad hace referencia al valor del ser humano por el simple hecho de serlo en cuanto ser racional, dotado de libertad. Es una cualidad consustancial al ser humano”.
¿Quién puede ejercer la dignidad en España?. Si estás en paro o con un trabajo temporal ya no puedes ejercer la dignidad, si perteneces al grupo de poder de un partido político ya no puedes ejercer la dignidad, si es un sindicato, parecido, y quien la ejerza tiene todas las papeletas para quedarse sin cargo, sin moqueta y sin proyección pública.
La dignidad es otro adorno que inventamos los seres humanos. Es personal e intransferible. Una política que la ejerció fue Cayetana Álvarez de Toledo ( sin estar de acuerdo con ella). ¿Y dónde está ahora?: en el ostracismo, porque para estar en una organización política debes renunciar a tu personalidad y mientras más esplendor, menos dignidad. Cuando un militante de un partido tiene que plegarse a lo que dice su organización aunque no esté de acuerdo, pierde la dignidad porque no le permiten moverse con la libertad que conlleva la dignidad.
Los sindicatos venden solidaridad y defensa de los trabajadores, pero también hay trabajadores insolidarios e indefendibles. Sin embargo, son sus clientes y el cliente siempre lleva razón por lo que al final se defienden a personas que no tienen nada que ver con el pensamiento de izquierda que inspiró la creación de los sindicatos.
En las organizaciones empresariales puede pasar que algunos de sus dirigentes ni siquiera sean empresarios. Los empresarios nos venden prosperidad y eso les impide ser dignos en demasiadas ocasiones y no denunciar los abusos contra las personas en todo el mundo.
En política, los conceptos izquierda y derecha son, cada vez, más confusos y si alguien de derecha ve que algo de izquierda se ha hecho bien( o al revés), se calla o aplaude cuando se lo digan sus jefes, y así pierde si dignidad. Y así vivimos en este país donde todos “rajamos” mucho pero no podemos o no queremos señalarnos porque estamos acostumbrados a vivir así. ¡No hay libertad sin cadenas!.
Algeciras, 4 de diciembre de 2020
Patricio González