En los salones del Real Club Marítimo de Marbella se ha montado una interesante exposición con motivo del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo. Precisamente el buque escuela Juan Sebastian de Elcano acaba de realizar con gran éxito ese mismo periplo, destacando entre sus escalas la realizada en la isla de Cebú de la República de Filipinas donde fue recibido por el presidente Duterte. En Cebú se rinde homenaje con con un gran monumento al descubridor Magallanes.
Se trataba de ir a las Indias, islas de las Especiería, por el otro lado del mar, el de
Poniente. en nuestro caso que exponemos, la idea fue de un marino nacido en Portugal,
pero renunciando a su ciudadanía, se hizo español, incluso perteneciendo a la Orden de
Santiago, acercándose a Castilla buscando un patrocinio para su proyecto, su nombre
Fernando de Magallanes.
Habían pasado 26 años de la gesta de Colón, y Magallanes, de difícil carácter, estaba
resentido con su Rey, Manuel I, al no percibir suficientemente recompensados sus
servicios. Expuso según el Tratado de Tordesillas, las islas de las Especierías se
encontraban en la demarcación correspondiente a Castilla y no a Portugal, procediendo el
cambio de titularidad del monopolio de las especies. Su proyecto estaba firmemente
respaldado por la cartografía, cosmografía y propia documentación.
Desde Portugal se trató de obstaculizar la empresa, presionando a Magallanes y
presentando mapas falsos ante la Corten española de la imposibilidad de alcanzar tal
objetivo. Carlos I prohibió a los expedicionarios a entrar en aguas de la demarcación
portuguesa. También insistió en la meticulosidad de la llevanza de la contabilidad de los
víveres, armas, pólvora y otros materiales.
En agosto de 1519, zarparon de Sevilla, cinco naves con unos 250 hombres
aproximadamente. La ̈Concepción, llevaba como maestre un marino natural de Gustaría,
nacido en 1476, que ya había estado en la campaña de Italia con el Gran Capitán, y diez
años antes en la empresa de Argel, era Juan Sebastián Encano, un marino que
posteriormente iba a entrar en las páginas de la historia.
La expedición hizo anclas en Sanlúcar de Barrameda para acabar de aprovisionarse,
cruzando el Atlántico, llegando a la altura de Rio de Janeiro, y continuando hacia el Sur.
En noviembre de 1920, encontraron el ansiado y deseado paso al sur del Nuevo Mundo,
que daba a un océano de aguas tan tranquilas, que le denominaron Pacífico.
Posteriormente fue llamado Estrecho de Magallanes.
Para entonces, se habían perdido dos naves, la Santiago y la San Antonio que desertó
regresando a Sevilla. Adentrados en el Pacífico, pese a los buenos vientos, abundaron las
penalidades, de la que el cronista italiano Antonio de Pigafetta, dejó una vivida narración,
como cuatro meses sin reponer la despensa, escorbuto, una dieta de pan pútrida, galletas
que era como polvo mezclado con gusanos, cuero, serrín, y los más afortunadas dieta de
ratas que se pagaban a alto precio.
En marzo de 1521, llegaron a unas islas que llamaron de los Ladrones, actuales
Marianas, por la cleptomanía de los indígenas. Días después, descubrieron el
archipiélagos de San Lázaro, actuales Filipinas, recuperando la salud, la energía y la
tranquilidad, dedicándose a actividades comerciales y de evangelización, incluso
interviniendo en querellas locales, motivo por el que murió Magallanes en combate,
desobedeciendo las instrucciones de su Rey Carlos I. Todo ello sucedió en abril de de
1920. En mayo se desguazó y quemó otra nave la Concepción. Por fin en noviembre,
alcanzaron las islas del Maluco o de las Especería, estableciendo contacto con los rivales
portugueses.La penúltima Nao, la Trinidad, se quedó en el puerto de Tirode para ser reparada. Una
vez alcanzado el objetivo propuesto, que no era dar la vuelta al mundo, sino encontrar esa
ruta occidente a la Especiería, se trataba de volver a España. Encano al mando de la nao
Victoria, seguía adelante por el Océano Indico, en lugar de volver haciendo la misma
singladura pero en dirección contraria. En esta última larga etapa, con pocos y agotados
tripulantes en una navegación a vela con fuertes vientos de proa, fue aún más meritoria
que todo lo anterior. Posteriormente doblaron el cabo de las Tormentas o de Buena
Esperanza, para seguir para reponer víveres en el archipiélago de Cabo Verde, dónde
apresaron a 13 marinos, y por fin haciendo escala en Sanlúcar de Barrameda, volvieron
en septiembre de 1922, 18 valientes y ejemplares marinos a Sevilla, en camisa,
descalzos, escrutados y exhaustos con un cirio en la mano entrando en la Iglesia del
punto de dónde partieron, cumpliendo la promesa que habían hecho en los momentos de
mayor angustia.
Según el Rey español, la expedición Magallanes-Encano, fue la mayor epopeya de la
historia de la navegación mundial a lo largo de todos los siglos. Contribuyó a mejorar las
artes de la navegación, la construcción naval y la logística, suponiendo la primera
globalización. Con esta exposición en su V Centenario, la recordamos, dede ahora y en los próximos años.