La dulce, comprometida y contestataria voz de Pablo Milanés se ha apagado para siempre. El cantante y compositor cubano que vivió entre la revolución y el amor, murió en la madrugada de este martes en Madrid a los 79 años, donde estaba hospitalizado por una enfermedad oncohematológica contra la que luchaba desde hace tiempo. Autor de himnos románticos como ‘Yolanda’, ‘Para vivir’, o ‘Ámame como soy’ y políticos como ‘Yo pisaré las calles nuevamente’, pero alejado del régimen cubano que había alentado en sus inicios, fue la cara más visible de la Nueva Trova Cubana junto a su compatriota Silvio Rodríguez.
Dueño de una de las mejores y más versátiles voces de la canción cubana de todos los tiempos, Milanés deja un legado de más de 50 discos en los que conjugó géneros y sonoridades, del bolero al son pasando por la rumba o el jazz, siempre moviéndose entre la tradición y modernidad.
Transitó todos los géneros de la música popular cubana, pero muy especialmente el son. No en vano, se le definió como «el aglutinador del vanguardismo particular del feeling y la auténtica guajira-son».
Milanés perdía este martes su larga batalla contra el cáncer que le había llevado en los últimos años a entrar y salir de los hospitales, y a suspender muchas de las actuaciones y giras que seguía programando. Su delicado estado de salud, con variadas patologías, había empeorado los últimos tres meses. Su enfermedad le llevó a instalarse en Madrid a finales de 2017 con su familia para recibir un tratamiento «imposible» en Cuba, según recordó este martes su oficina al confirmar «con gran dolor y tristeza el fallecimiento del «maestro» cubano.
No dejó nunca de alzar su voz contra el racismo, la homofobia, el machismo o la injusticia. En septiembre pasado Milanés firmó junto a un centenar de artistas e intelectuales cubanos un manifiesto de la sociedad civil y se pronunció en las redes sociales por el impulso de cambios en su país «dentro de un espíritu de soberanía, inclusión y respeto al ser humano, a su dignidad y aspiraciones más básicas».
Descanse en paz, Maestro.
Patricio González
Polonia y Ucrania
Mientras en Bali los señores del G20 disfrutaban de una cumbre con un toque de exotismo que ha dado mucho que hablar, en especial por la indumentaria tradicional que se veían obligados a ponerse por aquello del protocolo y de quedar bien con el anfitrión, la noticia de unas explosiones en suelo polaco causaron un sobresalto mundial. Tanto que la paz idílica de Bali quedó rota, lo que derivó en esas imágenes ciertamente para la historia donde podemos ver a los líderes con cara circunspecta debatiendo sobre lo que había ocurrido, qué hacer y las posibles consecuencias.
El miércoles nos fuimos a la cama cruzando los dedos para que la reacción no fuera una escalada bélica de impredecibles consecuencias. Por un lado, está Polonia, que tiene motivos para la furia y a la que le sobran motivos para recelar de Rusia -un paseo por su historia lo explica perfectamente-; en paralelo, Ucrania se apuntaba al discurso de ‘yo ya avisé que esto iba a pasar’, apelando a una intervención de la OTAN; y teníamos a los rusos negando la mayor, de manera que admitían que se pasan el día lanzando misiles pero para ellos es admisible matar a ciudadanos de Ucrania, pero no entra en sus planes hasta la fecha hacer otro tanto en Polonia.
El jueves por la mañana el mundo entero respiró aliviado: Estados Unidos no confirmaba que los misiles fueran rusos, de manera que la OTAN no tenía motivos para intervenir. Ahora el asunto queda en una especie de limbo que derivará en una investigación que seguramente retrase varios días las conclusiones y estas apuntarán, como en el chiste de Gila, a eso de que «alguien mató a alguien». Que es como decir que la culpa es de los polacos muertos por empeñarse en seguir viviendo cerca de la frontera de Ucrania cuando llevamos más de 200 días con una guerra en ese país.
La conclusión es clara: al G20, como al resto de la comunidad internacional, no le apetece que el conflicto bélico crezca pero tampoco ponen toda la carne en el asador para que acabe. Dos muertos en Polonia son causa más que suficiente para alterar una cumbre en Bali pero lo que pasa un día y otro también en Ucrania se ve que inquieta a las grandes potencias más por el lado económico que por el de pérdida de vidas humanas. Es así de cruel pero es que las fotos lo retratan: circunspectos y alterados cuando se enteran de lo ocurrido en Polonia y sonrientes y desfilando cual ‘top model’ cuando llega la hora de la cena de gala.
Este es nuestro orden mundial…
Patricio González
Hacia una Gran Guerra
Han caído dos misiles en suelo polaco; es decir, en suelo OTAN; que han acabado con la vida de dos personas. Ha ocurrido muy cerca de la frontera que separa Polonia y Ucrania. Hasta ahora, nadie se atreve a decir ni una palabra de más debido a que un desliz puede ser el detonante perfecto para una tormenta también perfecta. El presidente de los Estados Unidos de América se ha apresurado a decir que es poco probable que los misiles fueran lanzados desde Rusia ya que la trayectoria así lo indica. Muy bien, estamos ante un punto de inflexión y hay que superarlo como se pueda. Así están las cosas.
Sin embargo, la realidad parece que no va con nosotros. Es como si viviéramos en un universo paralelo en el que lo importante son esas cosas que ocurren en los programas de televisión, esas pequeñeces que se hacen grandes hasta convertirse en nuestros problemas más enormes y, en realidad, minúsculos (¿qué es más importante para usted la guerra de Ucrania o pensar dónde pasará la Nochebuena esta próxima Navidad? ¿Cuántas veces ha enviado un mensaje para votar a su participante de reality favorito? ¿Y para aportar ayudas en Etiopía?). Al escribir esta columna, algunos de los asuntos de mayor interés en Twitter son ‘María Pombo’ (ni idea de quién es esta señora), ‘Brad Pitt’ (un actor muy guapo), ‘Mundial de Qatar’ (fútbol, fútbol y más fútbol, para olvidar las penas), ‘Tercera Guerra Mundial’ (todo tipo de memes y bromas), ‘Marea Fucsia’ (me pierdo y no sé ni quiero saber qué diablos es esta chorrada), ‘#IreneMonteroDimision’ (siempre es TT, ya es un clásico)… Todo en orden. Si las redes sociales son un reflejo de nuestro grado de despreocupación por la realidad, ya podemos afirmar sin miedo a equivocarnos, que estamos apañados.
Y, mientras, las bombas dejan sin electricidad a otros siete millones de ucranianos; matan a personas inocentes y comienzan a ser la locomotora económica de algunos países fabricantes. Efectivamente, estamos apañados.
Patricio González
Mundial de la Vergüenza
Otro Mundial de la vergüenza comienza en unos días. Se trata del campeonato que se le concedió, tras un proceso de selección cuanto menos dudoso, a un país como Qatar, que no respeta los derechos humanos. Ni siquiera los más elementales.
Además, durante la construcción de los estadios en los que se va a jugar fallecieron muchísimos obreros y los que no perdieron la vida se vieron obligados a trabajar como esclavos, con unas condiciones de vida nefastas y percibiendo unos sueldos paupérrimos.
Pese a ello, el balón comenzará a rodar en unos días, porque el fútbol es fútbol. Ni las vidas humanas ni las condiciones de vida más básicas parecen estar por encima de los intereses económicos y políticos que rodean a este deporte del que me considero un fiel seguidor desde que tengo uso de razón.
Pero ser futbolero no significa renunciar a la razón y al sentido común. Por eso, estoy con Jürgen Klopp, actual entrenador del Liverpool, que entonó el ‘mea culpa’ cuando se le preguntó por este Mundial. Dijo que todos somos culpables de que se vaya a jugar en un enclave así. Alzar la voz a estas alturas es una pérdida de tiempo, así como los gestos de repulsa que se están produciendo a cuentagotas desde hace unos meses. Ya no hay nada que hacer. Recuerdo hace unos años que Nadal fue a jugar un torneo de exhibición y se le hizo una feroz crítica que, desgraciadamente y excepto en algunos casos, no se están produciendo con este Mundial de futbol.
Pero, vamos,tampoco hay que rasgarse las vestiduras con Qatar, porque conviene recordar que en 2018 la misma Copa del Mundo se disputó en Rusia.
En aquel momento, ese país ya tenía al frente al carnicero de Putin y mentar libertades y derechos humanos allí, entonces y ahora, era tentar a la suerte y dar un paso de gigante a la muerte. Pero todo eso, está claro, a los gerifaltes de la FIFA no les importa lo más mínimo.
Patricio González
En el Alambre
Se supone que el ministro Fernando Grande-Marlaska está en el alambre político por la gestión de la crisis migratoria en Melilla. Pero no es menos cierto que el titular de Interior vive en ese alambre casi desde el principio de su gestión, ya fuera por una cosa o por otra.
Si nos centramos en lo de Melilla, tiene su miga que ahora pidan su cabeza los partidos conservadores y también los que están a la izquierda del PSOE, en una pinza donde se juntan el hambre con las ganas de comer. A todos ha contestado Marlaska con una cerrada defensa de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que no satisface a los mismos que hace poco le echaban en cara sacrificar a policías y guardias civiles ante las presiones de los independentistas, pero así se escribe la historia. Añadamos también en la coctelera que Marlaska se ha caracterizado por ser un ministro cuyas formas no ayudan a tender puentes, instalándose siempre en un papel de ofendido que no ha puesto fáciles las cosas a los propios aliados de Pedro Sánchez.
En lo ocurrido en Melilla quizás le faltó ser permeable a una investigación, en lugar de precipitarse negando la mayor. No pasaba nada por facilitar hace meses que se revisara la actuación policial pues si después se concluía que todo había sido correcto, se habría cerrado el expediente sin problema alguno. Interior optó, sin embargo, por el oscurantismo y de ese error viene ahora la marejada en la que se ve inmerso el ministro.
Veremos en qué acaba el asunto pero es evidente que este Gobierno central no acierta en materia migratoria ni cuando se equivoca. Se vivió en Canarias hace dos años en Arguineguín que también colocó a Marlaska en el alambre, pero salió adelante. Y otro tanto cabe decir de la oposición que ahora lo asaetea, pues tampoco estuvo entonces a la altura de lo que precisaba Canarias. ¿O es que se nos ha olvidado que los partidos del extremo conservador que ahora parecen tan solidarios con los migrantes de Melilla son los mismos que, cuando se amontonaban en el muelle canario, se negaban a que fueran enviados a la península?
Ya puestos a recordarlo todo, que no se nos olvide que hubo un tiempo no tan lejano en que Fernando Grande-Marlaska fue el favorito del Partido Popular, que llegó a tentarlo incluso para su fichaje. El mismo partido al que tanto le gusta la titular de Defensa, Margarita Robles, y a la que ahora no le pregunta qué piensa de la reforma del delito de sedición.
Patricio González
El Castañero
La integridad moral, la firme confianza en el otro, la seguridad de que no nos vamos a llevar nada de este mundo se pueden agolpar en uno de esos puestos de castañas asadas que nos ofrece humildemente el otoño. Ocurrió una tarde de estas, ya oscurecida. Primero, la sorpresa de que solamente costara lo que cuesta uno de esos cartuchos en los que vienen siete u ocho buenas castañas, riquísimas.
Pero luego ocurrió el milagro. Le he dicho que tenía un billete de veinte euros pero que en el coche había dejado una moneda. El tipo no se lo ha pensado, me ha dado el cartucho y me ha pedido que le traiga el dinero de donde lo tuviera. Yo he estirado su propia confianza y me he ido hasta donde tenía aparcado el coche, bastante lejos. Al regresar con el dinero en la mano, el tipo ha sonreído porque apenas se acordaba, o tal vez porque le ha alegrado que todavía exista la formalidad. Yo también le he sonreído, satisfecho de que las apariencias sigan engañando y de que las personas más nobles estén cubiertas tantas veces del humo que solo mancha la piel.
La anécdota puede tener poca importancia. O muchísima, según. Porque es una puesta en abismo de que todavía hay esperanza, y de que no todo el mundo se aprovecha de la inflación. Si ha subido el precio de todo, me imagino que también lo habrá hecho el de las castañas. Y el del carbón con que se asan. Y el precio del tiempo que emplea el castañero, y los papeles de estraza con que hace los cartuchos. Sin embargo, que el cartucho de castañas siga costando lo mismo, como siempre, arroja ciertas sospechas contra este mundo en el que todo quisqui se tira a la piscina, haya agua o no haya. Por otro lado, el castañero –como hace todo el mundo- me podría haber invitado a dejar el cartucho allí, hasta que volviera con el dinero en la mano. O podría haberme pedido un aval, como hace cualquier entidad financiera. No me vale el argumento de que estemos hablando de una pequeña cantidad. Cada cual con lo suyo: un euro para el castañero puede ser perfectamente como 50.000 euros para cualquier entidad bancaria. Y no digo nombres. Exactamente igual. Y, sin embargo, el castañero que me dio sus castañas y confió plena, ciega, absolutamente, en que yo iba a volver. Sin conocerme de nada. La lección es la de siempre, o sea, que siempre dan más lo que menos tienen.
Patricio González
La Sedición
En otra demostración de que lo que le importa es garantizar que la legislatura llegue a su fin, el presidente Pedro Sánchez avanzó en la noche del pasado jueves la modificación del delito de sedición, que quedará bastante descafeinado. Fue anunciarlo ante las cámaras de La Sexta y antes de que terminase la entrevista ya había una primera valoración positiva de ERC, signo inequívoco no tanto de que en el partido catalán sean los más rápidos en las redes sociales sino de que, evidentemente, eran sabedores de lo que Sánchez iba a anunciar. ¿Hace falta decir que ERC aplaudió lo dicho por Sánchez?
Para empezar, hay una cuestión de formas: está bien concederle a García Ferreras en La Sexta el mérito de conseguir el anuncio de Sánchez pero, siendo una cuestión de tanto calado, debió el presidente haber elegido otro formato y otro lugar. Una comparecencia en el Congreso, por ejemplo, habría sido lo suyo. A fin de cuentas, estamos hablando de una modificación legal de gran relevancia y no parece adecuado que sus señorías, que algo tendrán que decir como representantes que son de la soberanía nacional, se tengan que enterar de esa manera.
En cuanto al fondo del asunto, nadie cuestiona la legitimidad del gobernante para cambiar las leyes si tiene mayoría, pero otra cosa es que lo haga desdiciéndose de lo que había afirmado con anterioridad. Es más, aquí hablamos de ir contra los actos propios, pues Pedro Sánchez estuvo al lado de Mariano Rajoy cuando se activó el artículo 155 de la Constitución frente al desafío independentista catalán.
Si Sánchez tenía previsto hacer lo que anunció, también lo podía haber incluido en el discurso de investidura. Así, además del enfado de la oposición, se habría evitado el susto, primero, y el disgusto, después, de buena parte de sus compañeros de partido. En especial de esos barones territoriales que ya antes del jueves veían peligrar la reedición de sus gobiernos en mayo de 2023 y que ahora están haciendo cuentas para ver cuántos votos pierden por esta concesión a ERC.
La apuesta es arriesgadísima en clave electoral pero también lo es en clave catalana. El soberanismo es mucho más que ERC y puede que llegue en un día en que ese partido no tenga capacidad para controlar a quienes desean una nueva ruptura frontal con el Estado. Como tampoco hay garantía de que ERC vaya a ser el partido domesticado que se supone que Sánchez cree que será.
Resumiendo: Sánchez se garantiza unos meses en La Moncloa y puede haberse pegado un tiro en el pie. En el del partido. Y en el de su credibilidad.
Patricio González
Los Girasoles
La verdad es que cada año tardo más en recuperarme de la fiebre de Halloween. Ya no se trata de proteger nuestras ancestrales tradiciones familiares, es simplemente que me molesta tanto rebuzno. Este esperpéntico carnaval de macabros maquillajes y disfraces chorras se ha convertido en un festival de la paranoia colectiva. Caricaturizar a lo único que goza de certeza absoluta en esta vida, así como el recuerdo a los que ya no están con nosotros, puede ser disculpable para adolescentes adocenados, pero en el caso de los padres…, a lo mejor requiere medicación. Si reflexiono, es una celebración de plástico, propia de nuestra época. No puede ser de otra forma.
Hace unos pocos años, era fácilmente detectable una noticia, una información, como algo esperpéntico, inusual y posiblemente falso. Ahora es imposible. Ahora nos inundan con desquiciadas iniciativas y alocadas propuestas, que desbordan incredulidad. Cada día pienso que se ha llegado al limite de la locura, o del absurdo, pero a la siguiente jornada algún cretino aumenta la apuesta. Estamos todos inmersos en una callada locura colectiva, como un reality show, donde los sufridos concursantes pagamos impuestos para sustentar este manicomio globalista. Los políticos, como avariciosos productores buscan desesperadamente nuevas formulas para desviar la atención de los verdaderos problemas, y focalizar la atención en perspectivas cada día más patéticas.
Hace unos días, dos cretinas disfrazadas de activistas ecológicas, de la secta financiada por los Getty, Rockefeller o Soros , se han pegado a los marcos de los cuadros de ‘Las Majas’ de Goya en el Museo del Prado. Replican las absurdas majaderías que otros atontados, están desarrollando por todo el mundo, siempre en presencia de un nutrido grupo de periodistas y afamados seguidores, que jalean su arbitraria inconsciencia. En medio de ambas pinturas han escrito el mensaje ‘+1,5º’ para «alertar sobre la subida de temperatura mundial que provocará un clima inestable y graves consecuencias en todo el planeta». Me molesta mucho más su falta de preparación, que la chulería que se permiten con estas chorradas. La carencia absoluta de capacidad crítica, la ausencia de verdaderos valores y potenciar mansamente el pensamiento único sí que conllevan graves consecuencias para todo el planeta.
Esta moda de a ver quién hace la gamberrada más gorda, denominada ‘acción de protesta’, se inició tirando una tarta a ‘La Gioconda’ en el Louvre. Después sopa de tomate a ‘Los girasoles’, en la National Gallery de Londres y, días más tarde, puré de papas a uno de ‘Los Pajaros’ de Monet, en el Museo Barberini de Potsdam, al sur de Berlín.
Los despropósitos de tanto niñato son consecuencia, entre otros, del tipo de educación que se imparte , donde hace tiempo que la instrucción ha pasado a transformarse en adoctrinamiento, el mérito y el esfuerzo en anatema y la seriedad y el rigor intelectual en delitos. Muchas cosas podemos analizarlas por los resultados, así que cualquiera que analice los logros de la moderna pedagogía sabe que el ‘postureo’ es una liturgia cotidiana, una orgia curricular, un entretenido espectáculo hallowen que nos sitúa al frente de la siempre cambiante moda.
Como cierre de estas líneas, una sentencia del genial escritor japones Haruki Murakami: «Si lees lo que lee todo el mundo, acabaras pensando como todo el mundo».
Patricio González
Gibraltar Day, en Londres
El tradicional almuerzo que el Gobierno de Gibraltar venia ofreciendo al sector financiero de la City, en el corazón de Londres, se ha rtecuperado, aunque esta vez, ya no el Gobierno quien invita, sino que cada asistentes se paga su cubierto. Una vez más, el escenario donde se ha celebrado el encuentro con los más importantes representantes de la Banca y el sector financiero británico, el más importante del mundo, como se sabe, han sido los salones del histórico palacio de Guildhall, que durante años ha añlbergado las celebraciones del Gibraltar Day en Londres.
Para culminar los actos del Gibraltar Day en Londres, se ofreció por la noche una recepción en el edificio The Shard en la que participaron diputados del Reino Unido, embajadores extranjeros en el Reino Unido y otros líderes del sector que establecerán contactos y reflexionarán sobre los vínculos políticos y económicos cada vez más estrechos entre el Reino Unido y Gibraltar.
El ministro Principal también aprovechará su estancia en Londres para celebrar una serie de reuniones políticas y al respecto, ha dicho: “Este es el primer Día de Gibraltar en Londres desde que comenzó la pandemia y estoy absolutamente encantado de haber sido el anfitrión del almuerzo de los Servicios Financieros, que ha reunido a líderes de la industria cuyo papel es fundamental para la economía de Gibraltar. También fue especialmente conmovedor celebrar el primer Día de Gibraltar en Londres desde el fallecimiento de Su Majestad la Reina Isabel II. Quisiera agradecer a Sir Philip Barton, Subsecretario Permanente de la Oficina de Asuntos Exteriores, Commonwealth y Desarrollo (FCDO), su asistencia al almuerzo y su discurso a los presentes y por reforzar el compromiso del Reino Unido con Gibraltar,. Así como garantizar un acuerdo seguro y beneficioso en las negociaciones entre el Reino Unido y la UE sobre la futura relación de Gibraltar con la UE. Sir Philip es un gran amigo de Gibraltar y antiguo vicegobernador, por lo que ha sido un verdadero placer tenerlo con nosotros en el almuerzo de hoy”.
Durante el almuerzo con el sector financiero el ministro Principal del Gobierno de SM en Gibraltar, Fabián Picardo, analizó la actual situación financiera de Gibraltar y sus perspectivas de futuro, abogando por encontrar un acuerdo con la UE y con España que haga posible la “prosperidad compartida” tan deseada, en entre Gibraltar y la zona vecina del Campo de Gibraltar.
Picardo, ha dicho: “Muchas gracias, Albert [en referencia a Albert Isola, ministro de Servicios Financieros de Gibraltar].
Nuestros adversarios dicen que es el mejor ministro de Servicios Financieros de nuestra historia. Y un análisis objetivo tiende a confirmarlo, y mucho más si cabe.
Después de lo que hemos vivido en los últimos treinta y seis meses, es un verdadero placer estar hoy con ustedes en un evento que normalmente es anual.
Es realmente sorprendente pensar que nuestro último evento aquí fue hace tres años.
Nos reunimos aquí en 2019, semanas después de haber ganado las elecciones generales de 2019.
Nuestro manifiesto en esa campaña estaba orientado a abordar el final de la fase de retirada de la Unión Europea y el establecimiento de una nueva y futura relación con la UE.
Y qué estimulantes eran los días en los que solo teníamos que preocuparnos por el Brexit.
Por supuesto, ignorábamos que asistiríamos al que iba a ser el mayor desafío al que se ha enfrentado un Gobierno electo en la historia de Gibraltar.
Una enfermedad humana transmitida por el aire que mataba a personas sanas.
En esa época recibimos el que probablemente sea el mayor dividendo en nuestra relación con el Reino Unido.
Las vacunas contra la Covid-19, que salvan vidas, fueron transportadas por vía aérea a Gibraltar por la Royal Air Force.
En consecuencia, nos convertimos en el primer territorio en completar el programa de vacunación para toda la población.
Aquellos que habían elegido con inteligencia hacer negocios en Gibraltar fueron los primeros en el mundo en poder seguir con sus negocios tras el confinamiento.
En ese periodo, nuestra relación con el Reino Unido demostró ser, literalmente, un salvavidas para los gibraltareños y para los trabajadores del Peñón de todas las nacionalidades.
Además, obtuvimos una garantía soberana del Tesoro de Londres para avalar un préstamo para el Covid de hasta 500 millones de libras.
Esto fue tan insólito como relevante para Gibraltar, sobre todo ahora que los tipos de interés están subiendo mientras el presidente Putin añade de manera desaprensiva al impacto de la pandemia los estragos económicos de una guerra en Europa.
Nunca me cansaré de dar las GRACIAS a nuestros amigos de King Charles Street [FCDO] y de los números 10 y 11 de Downing Street [Primer Ministro y Tesoro] por el apoyo que recibieron los gibraltareños en un momento tan peligroso y desafiante.
Por supuesto, querrán saber cómo ha ido nuestra economía con estos vientos en contra.
Pues bien, debido a todos los acontecimientos que les acabo de recordar, nuestras cuentas públicas, como es lógico, ya no tienen superávit.
Estamos trabajando duro para salir del déficit y regresar a un saldo positivo lo antes posible. Pero nuestra economía está en marcha y sigue creciendo. Nuestra previsión para el PIB en 2021/22 es de algo menos de 2.600 millones de libras.
Esta cifra es ya superior al PIB anterior a la pandemia y representa un aumento de 173 millones de libras o un crecimiento del 7,2% en términos nominales sobre la estimación final correspondiente a 2020/21.
Los beneficios comerciales brutos de las empresas de Gibraltar crecieron un 10,5% durante el ejercicio.
Y las rentas procedentes del empleo aumentaron un 3,6%, ya que el número de puestos de trabajo por cuenta ajena se incrementó un 3,0% a lo largo del año.
De hecho, los niveles de empleo están donde nos encontrábamos antes de la pandemia.
El empleo en el sector de los servicios financieros ha aumentado casi un tercio desde que formamos el Gobierno en 2011.
En este sentido, nuestra reciente inclusión en la lista gris del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) ha sido, obviamente, una decepción.
La decisión del GAFI tendrá un impacto en nuestro sector de servicios financieros, pero no creemos que esto afecte al empleo.
No cuestionamos la imparcialidad en cuanto a la inclusión en la lista gris. Respetamos la decisión del GAFI.
Pero la verdad es que no creemos que, objetivamente, Gibraltar merezca estar en otra lista que no sea la blanca.
Trabajando con el GAFI, con el sector y con las fuerzas de seguridad, creemos sinceramente que podremos resolver en breve las cuestiones que nos llevaron a la lista gris.
Estamos trabajando para que esto redunde en una pronta retirada de la lista, algo que esperamos en los próximos 12 meses.
Porque como ha expuesto Albert, hemos sido claros desde el momento en que fuimos elegidos. El único futuro que contemplamos para Gibraltar es un futuro con los más altos estándares o regulaciones.
Un futuro en el que Gibraltar cumpla las normas internacionales más exigentes.
Un futuro en el que los que están en Gibraltar sean reconocidos como los más reputados y los mejores, como ya ocurre en nuestros sectores de seguros y juego online.
Por lo tanto, estaremos a la vanguardia de las mejores prácticas internacionales, a la vez que mantendremos con firmeza y propiciaremos los atractivos de hacer negocios en Gibraltar.
Aquellos establecidos en Gibraltar deben acudir a nuestra jurisdicción fiscalmente competitiva para añadir valor a los servicios que prestan a los clientes que atienden en otras jurisdicciones.
No caeremos en la trampa de ser un lugar en el que se pueda evadir o se eluda cualquier requisito normativo.
Pero mantendremos el crecimiento de Gibraltar como centro de negocios de primer nivel.
Y el Reino Unido espera que se cumplan esas normas y esa competitividad de un socio al que ha seguido permitiendo un acceso privilegiado al mercado.
Exactamente como los ex primeros ministros Cameron, May y Johnson acordaron hacer tras el Brexit.
Exactamente como nos comprometimos con el exministro del Tesoro John Glenn.
Exactamente como me comprometí con un exministro de Economía, un tal Rishi Sunak.
Porque eso es lo que se espera también de Gibraltar.
Y eso es lo que ha fortalecido nuestra relación con la moderna City londinense en el entorno post-Brexit.
En este sentido, permítanme decirles que, después de diez años, confieso que este compromiso anual me ha parecido a menudo intimidante.
Aquí se reúnen algunos de los principales profesionales de los servicios financieros de Gibraltar.
Algunos de nuestras mentes más privilegiadas. También nos acompañan algunos de los mejores profesionales de la City de Londres.
¿Qué hace un político socialista cortejando a tan astutos y excelsos banqueros y profesionales de la City, se preguntarán?
Pues ir más allá y detrás de las etiquetas y los estereotipos.
Ignorando la política de silbato de perro que ha creado problemas en naciones de todo el mundo.
Entendiendo que Gibraltar vende servicios de nivel internacional y que esos servicios crean puestos de trabajo en todas las capas de nuestra economía.
Y que esos puestos de trabajo generen riqueza para todos los sectores y estratos de nuestra sociedad y de las comunidades que nos rodean.
Por eso, con los problemas actuales de la carestía de la vida, es todavía más importante estar aquí.
Para atraer y consolidar empresas y crear más riqueza para que nuestras finanzas públicas se fortalezcan más rápidamente y creemos más puestos de trabajo y tengamos un mayor arsenal para ayudar a los pocos que no pueden llegar a fin de mes.
Eso es lo que hay que hacer.
Porque ustedes saben, y les puedo asegurar que, en Gibraltar, siempre ha habido adultos al cargo desde la llegada del Gobierno Constitucional.
Cada administración sucesiva ha comprendido, a su manera, la importancia de nuestra relación con Londres, tanto política como comercial, y la importancia de su sector para nuestro desarrollo socioeconómico.
Por lo tanto, aunque no puedo predecir el futuro, puedo asegurar que seguirá habiendo una administración madura y racional en Gibraltar.
Ni política de silbato de perro ni populismo. Eso no cala en el pueblo de Gibraltar.
De hecho, puedo decir que me sorprendo a mí mismo al poder presumir de que ahora somos uno de los gobiernos más duraderos y estables de Europa, si no el que más.
En tiempos turbulentos, nada mejor para uno de los territorios europeos más pequeños que la estabilidad, la eficiencia y unas relaciones internacionales sólidas.
Y ahí es donde esperamos posicionar nuestra futura relación con la UE y nuestra vecina España.
Lejos de los fáciles eslóganes peyorativos del pasado.
Hacia una relación madura y bien pensada que garantice la circulación fluida de personas a través de nuestra frontera.
Creando, con su ayuda, aún más prosperidad compartida en Gibraltar y en la región que nos rodea.
Más de cuarenta años después de que el general Franco impusiera por primera vez la restricción inicial de la circulación desde Gibraltar, podemos estar en la cúspide de un acuerdo histórico que espero reformule nuestra relación tanto con Europa como con la España moderna.
Me hago eco de las esperanzas del Ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, de que todos nos comprometamos a conseguir un nuevo Tratado que pueda dejar atrás los fantasmas del pasado.
Y me uno a nuestro Ministro de Asuntos Exteriores, James Cleverly, al decir que desempeñaremos nuestro papel para garantizar que cualquier acuerdo mejore la seguridad, fomente el comercio y genere prosperidad.
Siempre, respetando y no traspasando las cuestiones importantes de cada parte en cuanto a soberanía.
De hecho, consideramos que un tratado con la UE sería un imán para la inversión en Gibraltar y la región.
Para que, finalmente, el arco iris de oportunidades que hemos observado tantas veces en la distancia entregue su esquiva olla de oro a todos en nuestro Peñón y nuestra región.
Un tratado seguro entre el Reino Unido y la UE puede convertir a Gibraltar y la región que nos rodea en un pivote geopolítico hacia África, Europa, el Mediterráneo y el Atlántico medio.
E incluso sin un tratado, habrá muchas cosas que podamos seguir haciendo con ustedes.
Por supuesto, estamos planificando para todas las eventualidades y trabajando con la misma intensidad en todos los resultados potenciales.
Esa es la única forma responsable de actuar y negociar.
Y hoy el viceministro Principal, el brillante Joseph García, va a comunicar un aviso técnico preparatorio para un [eventual] resultado de no acuerdo.
Todos confiamos sinceramente en que estos avisos técnicos acumulen polvo en las estanterías durante muchos años.
Así que sólo me queda agradecerles su apoyo durante todo el periodo de la pandemia y en la era post-Brexit.
En el futuro, cada uno de nosotros añadirá valor a nuestros respectivos clientes y constituyentes trabajando juntos, sea cual sea el resultado de las negociaciones del Tratado entre el Reino Unido y la UE.
Ahora le paso la palabra a nuestros mejores amigos de la Oficina de Asuntos Exteriores. El Subsecretario Permanente, Sir Philip Barton.
Un ex vicegobernador de Gibraltar que conoce el terreno del Peñón mejor que la mayoría”, terminó diciendo Fabián Picardo.