La esencia y los valores de la Marbella eterna, la que enamoró a Jean Cocteau, a Ana de Pombo, a Ramiro Campos Turmo, a Edgar Neville, a Ricardo Soriano y a Alfonso de Hohenlohe, es la que saben apreciar algunos de los muchos visitantes que recorren el Casco Antiguo, que dan vida a la calle Ancha, al Puente Ronda, la Plaza de los Naranjos y el entorno del Castillo.
Pero ha hecho falta la iniciativa de un grupo empresarial como el de los Hoteles y Restaurantes “La Ciudadela”, para poner en valor ese encanto que supo aprovechar el alemán Horcher, símbolo de la alta cocina en Madrid, situando en los años 60 en ese corazón de Marbella que es el Casco Antiguo un restaurante, ya desaparecido, que hizo época y por el que pasaron los más importantes personajes del mundo.
Ahora, el Grupo Hotelero y de Restaurantes “La Ciudadela” está consiguiendo dar un sello de calidad y buen gusto, de confort y buena mesa, a la Marbella auténtica que se respira en el Casco Antiguo, en sus casas palacio, modernizadas y con el máximo confort y belleza.
Era, es cierto, una inversión necesaria, que había que saber hacer, para transformar aquellas casonas de antaño en confortables alojamientos, en suites de ensueño con el sabor auténtico de la vieja Marbella.
Son tres ya los proyectos en marcha que el Grupo La Ciudadela ha puesto en funcionamiento en el Casco Antiguo de Marbella y al frente, como director general o CEO, está un marbellero, Miguel Cerván, que sabe muy bien cuales son los objetivos del grupo y cuales los resortes del éxito.
Sabe muy bien del encanto que tiene ese corazón de Marbella que es el Casco Antiguo, por el que corrió, jugó y estudió en sus años jóvenes, donde amigos como el joven doctor Andrés Sánchez Yagüe o Antonio Espada, lo recuerdan.
Miguel Cerván no es una paracaidista de los muchos que han caído con más o menos fortuna y sabiduría por Marbella.
El tiene muy claros cuales son los objetivos del Grupo y cómo garantizarle, a pronto plazo, el éxito.
Todos es cuestión de saber captar y atraer a una clientela que valore esa esencia de rancio abolengo, de autenticidad, de señorío, que se respira en ese corazón de la mundialmente famosa Marbella que es su Casco Antiguo.
Ayer, la Academia Gastronómica de Marbella decidió apoyar con su presencia en uno de los comedores del Grupo La Ciudadela, este loable empeño de promoción de los valores de la Marbella eterna, que propugna este grupo empresarial.
Unos quince comensales se sentaron en torno a una larga mesa, en el comedor que da a la calle Ancha, del “Hotel y Restaurante Thaissence” para que, los académicos, con sus conocimientos y paladar exquisito, valoraran la cocina de este establecimiento y las excelencias de su Bodega.
Previamente visitaron las pocas pero muy confortables habitaciones del hotel, donde en sus paredes lucen estampas de la Marbella Industrial que fue en los años 20 y sucesivos, cuando los barcos se acercaban al muelle de hierro para cargar el mineral del Peñóncillo, que llegaba hasta el puerto en las vagonetas de un tren de vía estrecha que circulaba por Ricardo Soriano y también desde las estribaciones de Ojén de forma aérea, en el Cable.
Unas estampas, unos recuerdos, que hablan de la importancia que tuvo Marbella que, ciertamente, no fue un pueblecito de pescadores y que adornan esas pocas, pero elegantes y confortables habitaciones y suites de este hotel boutique que lleva el nombre de “Maison Ardais” en recuerdo a la familia Ardais que aquí vivió cuando Ardois era un alto cargo de las minas.
Aparte de la terraza que culmina el edificio, que en buen tiempo es el sitio ideal para reunir a una familia que desee disfrutar de Marbella, es el Restaurante Thaissence el que ocupa salones, el patio interior y las mesas a pie de calle, en una calle Ancha llena de flores y tipismo.
Para la Academia Gastronómica de Marbella, el CEO Miguel Cerván había preparado con su equipo de cocina y de comedor, un menú degustación con 8 platos distintos que dieron constancia de la alta calidad de la cocina de Thaissence.
Es verdad que sorprendieron ya de entrada, consiguiendo una mezcla de gratos sabores donde el recuerdo tenue a la sardina arenque se mezclaba cn el sabor del tomate seco, la hoja de Siso y el crujiente de cresta de gallo.
El maridaje con un champagne propio, criado en una pequeña explotación vecina de la del famoso “Ruinart” en Reims, resultó muy grata. En la variedad de vinos que se fueron alternando en las diferentes copas, servidas con mucha profesionalidad, un blanco Albariño, un excelente tinto de Cuenca, criado 18 meses en barrica de roble francés o un buen vino de Nueva Zelanda.
El largo menú consiguió deleitar a los académicos de la Gastronómica de Marbella, con una sinfonía de diferentes sabores, donde el pescado, el marisco, alternaba con las vieiras, con las ostras y las cocochas en diferentes platos y presentaciones como la papada de merluza, choclo & vainilla al estilo del Perú, después del delicioso cogollo de coliflor con láminas de trufa fresca y compota de tamarindo, de inspiración thailandesa. Y de entrada, la tentación de mojar en un premiado aceite de oliva virgen andaluz, un pan negro exquisito que les sirven desde un pueblo de Madrid.
Como plato de carne, una patasca de cordero lechal de Zamora, denominación de origen de Castilla-León, confitado, con licuado de hoja santa y pequeña hoja de lechuga criada por el novedoso sistema hidropónico, en el mismo hotel y basado también en una receta de Perú.
La inspiración del Japón estuvo en el mochi de arroz con leche, con coco y mango.
Y seguido con otro postre, de ravioli de calabaza, topinanbur y trompeta negra, también oriundo de Perú, con el final de un excelente café Saula 100% Bourbon.
Todo este amplio y diverso menú degustación puso de manifiesto la alta calidad de un buen y diverso equipo de cocina y con un servicio de alta profesionalidad en el comedor, detalles que se ve cuida con esmero y detalle, el CEO Miguel Cerván.
Al finalizar el almuerzo, el presidente de la Academia Gastronómica de Marbella, doctor Andrés Manuel Sánchez Cantos, elogió el esfuerzo del grupo La Ciudadela de Marbella, por esa gran contribución que está haciendo para rescatar los valores que siempre han definido a la ciudad de Marbella.
“Como marbellero -dijo- me siento orgulloso de que otro marbellero con tesón y ganas, como es Miguel Cerván, esté pilotando un proyecto tan importante para esta ciudad, sin duda un revulsivo para poner en valor nuestra esencia y nuestros atractivos. Creo que todo marbellero de bien alentará y estimulará con su apoyo este esfuerzo que, estoy seguro, pronto triunfará.
En nombre de este grupo que forma la Academia, damos nuestro apoyo a Miguel Cerván y a su equipo y agradecemos, al grupo inversor de La Ciudadela el que haya sabido apostar por ese empeño en recuperar y poner en valor, el atractivo de nuestro Casco Antiguo, tanto en este Hotel y Restaurante Thaissence, como el de la plaza del Santo Cristo, lugar tan entrañable para todos los que aquí nacimos; el de Puente Ronda y por supuesto ese gran y confortable hotel conseguido en el interior de nuestro Castillo, donde es ya famosa su gran terraza con vistas sobre nuestra iglesia de la Encarnación, dominando toda Marbella y con la alta calidad de su Restaurante “A Fuego”.
Gracias Miguel Cerván , por tantos y cuidados detalles conseguidos en el equipamiento de estos establecimientos, donde se habla del pasado grande que tuvo Marbella, con detalles que pueden disfrutarse en vuestras confortables y lujosas habitaciones, en salones y terrazas. Y en nombre de este humilde marbellero y seguramente interpretando también el sentir de muchos aquí nacidos, que sienten igual que yo, como me acaban de corroborar Antonio Espada o Ricardo Bocanegra, decirte que Marbella se siente orgullosa de esta inversión, de esta iniciativa que está poniendo en valor lo nuestro. Transmite al grupo inversor que lo está haciendo posible, nuestro aliento y nuestro apoyo.
Quién venga a alojarse aquí, en el corazón de nuestro pueblo saboreará algo único. Volverá y difundirá nuestros muchos y grandes atractivos. Y si están realzados por la mejor gastronomía, mucho más. Adelante en el empeño,” terminó diciendo el presidente de la Academia Gastronómica de Marbella.