El Litoral Mediterráneo es un auténtico paraíso para una especie invasora, el mosquito tigre (Aedes albopictus), que aterrizó por primera vez en España (concretamente en Barcelona) en el año 2004 y que desde entonces no ha parado de hacerse fuerte en la zona y extenderse desde allí por la práctica totalidad del territorio nacional. De hecho, la última conquista de este minúsculo pero peligroso insecto ha sido Guipúzcoa, concretamente en las zonas del río Bidasoa.
“En el punto en que se encuentra hoy la situación, no podemos erradicar la presencia de mosquito tigre”, asume la directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), Milagros Fernández de Lezeta. “Sin embargo, es de vital importancia reforzar las medidas de control, tanto por parte de las Administraciones Públicas como de la población en general, a fin de intentar contener al máximo la presencia de esta especie y frenar su propagación”. Esta reducción y control del mosquito tigre incluiría “alertas, coordinación entre los distintos agentes implicados y los tratamientos necesarios para una buena gestión medioambiental que evite su presencia y disminuya su población. En caso contrario, las consecuencias pueden llegar a ser muy graves”, alerta.
Y es que esta especie de mosquito proveniente del sudeste asiático tiene la capacidad de transmitir importantes enfermedades como el Dengue, el Zika y el Chikungunya, entre otras. Enfermedades que hasta hace apenas unos años nos sonaban provenientes de lejanos países, pero que cada vez nos son desgraciadamente más familiares. En la memoria reciente queda aún el recuerdo de la crisis del Zika de 2016 que puso en jaque al mundo entero, especialmente a las mujeres embarazadas, debido a las complicaciones que en los fetos generaba la picadura del mosquito con el síndrome de Guillain-Barré. Y aunque aún la fiebre del Chikungunya nos resulta algo más ajena, cada vez conocemos más acerca del Dengue. Una afección de la que ya se han detectado hasta seis casos autóctonos en nuestro país, contraídos por personas que no habían viajado a ningún otro país de riesgo previamente.
El turismo, otro factor de riesgo
Por si las altas, y crecientes temperaturas, constituyeran escaso riesgo para la proliferación de este tipo de enfermedades, la condición del Levante español como zona de tránsito habitual y constante de turistas añade un factor añadido que no hay que dejar de tener en cuenta.
“Por el momento ya hemos diagnosticado hasta 7 casos de Dengue autóctono en España. Nuestro país es el tercero de Europa en casos de Dengue registrado hasta el momento”, explica Fernández de Lezeta, “solo por detrás de Francia e Italia. Pero esta cifra puede llevara a parecer ridícula comparada con la cantidad de casos importados que podemos empezar a detectar en turistas procedentes de zonas endémicas si no se toman las medidas oportunas. Hasta el punto”, añade, “de correr el riesgo de tener que convivir con esta enfermedad infecciosa que puede llegar a tener complicaciones incluso mortales”.
A fin de ofrecer información científica contrastada y proponer herramientas prácticas que ayuden a controlar la proliferación de esta especie, ANECPLA publicó el pasado año una Guía de gestión de mosquitos y simúlidos, que constituye una herramienta de trabajo referente para administraciones y profesionales del sector.
“Es nuestra contribución particular a este tema de interés general”, afirma la directora general de ANECPLA, quien reclama que “el escenario ideal sería que la gestión de enfermedades emergentes y reemergentes transmitidas por vectores se realizara desde una perspectiva global y coordinada entre empresas del sector, administraciones locales, comunidades autónomas y los ministerios competentes”.
La Guía completa puede descargarse manera totalmente gratuita en la web de ANECPLA (http://www.anecpla.com/documentos/70294.pdf).