Casi doscientos países del mundo se han unido al sistema de reparto de vacunas contra el Coronavirus, un sistema que ha implantado la Organización Mundial de la Salud para que prime la colaboración entre los Estados y no la competencia.
Es algo totalmente necesario y es, además, otro reto grandísimo que este año 2021 que está a punto de comenzar se tiene que plantear la humanidad. Y también y hasta cierto punto, es un tema de puro egoísmo porque si la vacuna no llega a todos los rincones de la Tierra, el peligro que plantea el Coronavirus seguirá causando enormes problemas de salud pública a nivel mundial. No olvidemos que estamos en un mundo globalizado. Fíjense que uno de los contagiados de esa segunda cepa aparecida en el Reino Unido proviene de Sudáfrica. Todos somos ciudadanos del mundo , mal que nos pese.
Es el “efecto mariposa” que nos dice que el simple vuelo de una mariposa en el Oriente puede ocasionar una tormenta en el Occidente. Esto es la Teoría del Caos que nos indica que una pequeña perturbación inicial mediante un proceso de amplificación puede generar un efecto considerablemente grande. Y tenemos el mejor ejemplo con el propio Coronavirus que comenzó en la otra punta del mundo( en Wuhan, en un rincón de China y en poco menos de dos meses se convirtió en pandemia global).
Ahora, el Papa Francisco en su mensaje de Navidad y en la soledad que le obliga la propia pandemia , ha hecho que las vacunas y la enfermedad de este virus sean la parte principal de su mensaje.
“No podemos dejar que el virus del individualismo radical gane y nos deje indiferentes al sufrimiento de los otros hermanos”, haciendo referencia al reparto de vacunas entre los más desprotegidos y desfavorecidos. Solo de esta manera se conseguirá que esta pandemia remita de forma contundente.
Nos encontramos ante otra oportunidad de que el ser humano pueda ser solidario, aunque también sea por interés propio. Veremos: EL VUELO DE LA MARIPOSA.
Algeciras, 29 de diciembre de 2020
Patricio González