Por José Luis Yagüe
Ha fallecido Alejandro Fernández Gavilán, propietario y creador del que fue famoso Restaurante Los Remos en Campamento, San Roque.
Alejandro el de Los Remos y Nati, su mujer, marcaron historia en el mundo de la gastronomía alcanzando relieve internacional.
Sirvieron en Oslo la cena de los Premio Nobel ante los Reyes de Suecia, cuando fue distinguido con el premio Nobel de Literatura el que fue presidente de Honor de la Academia Gastronómica de Marbella, Camilo José Cela y fueron los encargados de dar de comer en el Pabellón de España de la Exposición Universal Expo 92, de Sevilla, a reyes, príncipes, presidentes de gobierno y personalidades del mundo que acudieron a Sevilla.
Los Remos era un palacete vioctoriano, que fue residencia de una influente familia británica, rodeado de jardines y enormes árboles centenarios y que Alejandro Fernandez Gavilán remodeló para conseguir pequeños salones y comedores de gran sabor e intimidad y arriba otro de grandes dimensiones para banquetes. El lugar era encantador y era uno de esos sitios que todo el mundo quería conocer y disfrutar.
En verano, en los jardines una enorme jaima proporcionaba unos comedores muy agradables donde las cenas eran una delicia. Allí recuerdo en larga sobremesa la primera noche que conocí a José Tomás, tras una tarde de éxito en Algeciras y que me permitió conocer la sencilla y grande personalidad del torero de Galapagar y forofo del Atlético de Madrid, conversando con él hasta la madrugada.
Una tarde en casa del doctor Andrés Manuel Sánchez Cantos, presidente de la Academia Gastronómica de Marbella, Camilo José Cela me pidió si lo podía llevar a Los Remos, ya que le habían hablado muy bien de éste restaurante. Y arreglé con Alejandro la visita y el almuerzo que fue todo un acontecimiento de gran repercusión mediática en todo el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol.
Muchas personalidades del mundo acudían a este Restaurante. Incluso hubo un magnate inglés que gustaba tomar su avión privado y con socios e invitados volar dos horas y media hasta el aeropuerto de Gibraltar para darse el placer de almorzar en Los Remos y volverse por la tarde a Inglaterra.
Al príncipe Alfonso de Hohenlohe le gustaba desplazarse desde Marbella para acudir a Los Remos para sorprender a amigos e invitados con uno de los lugares mas señeros de Andalucía, como solía hacerlo con Santiago, en el Paseo Marítimo de Marbella y también con El Copo que junto a Los Remos eran dos íconos de las alta gastronomía andaluza. Santiago y El Copo, gracias a Dios, siguen siéndolos.
Fue precisamente con el príncipe Alfonso de Hohenlohe cuando conocí por vez primera a Alejandro Fernández Gavilán en el primer emplazamiento de su sencillo Restaurante en la desembocadura del Rio Guadarranque, su barriada, que fue donde empezó su andadura y éxito dando bien de comer, cuidando su cocina (y en aquel entonces, sus precios) y con la gran calidad de los pescados del Estrecho y la Bahía.
Luego el éxito lo animó a dar el salto adquiriendo el palacete que era propiedad de Don Pedro, el de La Africana y los cines Imperial y Parque, de La Línea. Con unos grandes créditos banacrios (del Bilbao creo) creo aquella joya que era Los Remos, en Campamento. Pero fueron los bancos o el banco, quien terminó acabando con una de las joyas que daba prestigio y categoría a San Roque al Campo de Gibraltar y a Andalucía.
Los Remos era un lugar precioso, encantador, aunque su gran atractivo estaba en la cocina que hacía Nati personalmente y en la calidad del producto. Era una cocina del Estrecho con los grandes pescados, el marisco y también platos de diseño donde la genialidad de Nati ponía en consonancia el placer del paladar. Toda esa brillante historia de dos grandes profesionales acabó y de un lugar tan mítico como Los Remos acabó, cuando Alejandro ya no podía seguir con los altos costes y vendió a un constructor de Sevilla, que remodeló, lo quiso cambiar todo y se lo cargó.
Como reconocimiento a sus méritos profesionales, en el año 2005 se celebró en los salones de la Venta El Frenazo, de la carretera de Jerez-Los Barrios, un gran homenaje de la profesión promovido por Andrés Hidalgo y toda la familia Hidalgo Escalona; Manuel Moreno Rojas, popularmente conocido como Manolo de El Copo; el famoso Juan Luis Muñoz Alonso, “El Sabio de Tarifa”, propietario de un Restaurante en el centro de la ciudad amurallada de Tarifa donde todos los platos eran de ibérico “del cerdo hasta los andares”, decía. Se hizo famoso en la Televisión Andaluza junto al “loco de la Colina”.
Y desde Marbella, como uno de los grandes referentes de la cocinas andaluza y española, se unió Santiago Domínguez Miguel propietario de la Mariquería Restaurante Santiago y junto con otros compañeros propietarios de Restaurantes en el Puerto de La Duquesa y el Campo de Gibraltar dar un gran brillo y esplendor al homenaje que patrocinado por La Tribuna se rindió a Alejandro y Naty, de Los Remos, cuya pérdida hoy lloran la profesión y los amigos.
Esta es la crónica que publicamos de aquel homenaje:
En el Año 2005, en La Venta El Frenazo
Articulo firmado por José Luís Yagüe
Cuando por imperativo del banco, que cada día engordaba los intereses y hacía impensable hacer frente a la póliza, se vieron obligados, con dolor de corazón y pena profesional, a deshacerse de Los Remos, santuario de la buena gastronomía andaluza, Nati y Alejandro Fernández pasaron de inmediato a esa situación de olvido en la que pocos, se acuerdan de ti.
Nati y Alejandro, tenían en aquel palacete de Villa Victoria, el honor de ser referente de la buena mesa, no ya en el Campo de Gibraltar, sino en toda Andalucía. Como hoy sucede con Manolo en El Copo, su restaurante era el no va más. Habían conseguido Nati y Alejandro que Los Remos sonara en el mundo entero como el mejor sitio de toda Andalucía para un pescado del Estrecho cocinado de mil maneras, toldas ellas exquisitas y se había distinguido Nati con una cocina creativa, de autor, que embelesaba al comensal. En avión privado llegaban de Londres magnates que viajaban directamente hasta el aeropuerto de Gibraltar para celebrar un sorprendente almuerzo en Los Remos que nunca olvidarían. Y ningún personaje de prestigio que llegara a Sotogrande o a Marbella , dejaba de acudir a Los Remos. Sus cenas de verano, con sobremesa hasta la madrugada eran memorables, disfrutando de unos jardines de mil gratos aromas que embelesaban.
Nati y Alejandro acudieron con la cocina tradicional de Los Remos a dar exhibiciones y jornadas gastronómicas por el mundo entero. Cuando sirvieron en Oslo la cena de los Premios Nobel tras la entrega del de Literatura a Camilo José Cela, los Reyes de Suecia, habituales del Marbella Club, se deshacían en elogios por aquel menú exquisito que se había exportado desde el palacete de la barriada de Campamento, en San Roque.
Recuerdo una noche con el torero José Tomás y su equipo, tras uno de sus muchos triunfos en esta tierra, como el matador de Galapagar estaba tan a gusto en la sobremesa hablando de su Atlético de Madrid, que por nada le apetecía levantar la mesa, aunque el mozo de espadas le recordaba continuamente: “Maestro, que mañana toreamos en el Norte y tenemos mucho camino por delante”.
Así eran Los Remos de Alejandro y Nati, como suele decirse, “el mejor sitio del mundo”. Hasta que llegó el constructor de Sevilla que se quedó con la joya, se liquidó al banco y se entretuvo en ilusas reformas “para darle ambiente sevillano a la casa”. Y se la cargó. Nunca más se volvió a hablar de Los Remos.
Nati y Alejandro se fueron a su casa a Algeciras y el mundo gastronómico y el otro, parece que se olvidaron de lo que habían sido para el Campo de Gibraltar.
Pero la profesión, no olvidó. Y desde el rincón más señero de esta comarca, desde los mismos límites del Parque de Los Alcornocales, junto a la salida 8 de la autovía Los Barrios-Jerez, desde los comedores que saben del mejor ambiente taurino y de la mejor comida andaluza, allí, tras los simulados burladeros donde se cocina de maravilla, saltó un día a toda España la convocatoria de la familia Hidalgo Escalona, propietaria de la Venta El Frenazo: “Vamos a dar el gran homenaje que se merecen Alejandro Fernández y su mujer, Natividad”.
Y así, una noche memorable comenzaron a llegar los de la Ruta del Veleta, de Granada, el exfutbolista Luís Oruézabal, de Chikito, con Pepe, del emblemático Las Tinajas, Santiago, de Marbella, Juan Luis, de Tarifa; Gonzalo Córdoba, de El Faro, de Cádiz, por supuesto Mari y Manolo de El Copo, de Palmones, la mejor representación de la gastronomía cordobesa junto a Juan Robles y otros famosos restauradores de Sevilla y Andalucía. Las 250 plazas de la Venta El Frenazo fueron insuficientes para rendir el homenaje que se merecían Alejandro y su mujer. Todavía se recuerda.
“Ayer estuvieron aquí almorzando (El Frenazo no abre de noche) y los dos están bien viviendo con nostalgia su retiro”, nos decía el patriarca de los Hidalgo Escalona mientras los hijos, como siempre, derrochando simpatía y profesionalidad, atendían la barra, el comedor y la cocina de un restaurante que goza del favor de sus clientes por la calidad de los productos, la cocina y la profesionalidad, donde la simpatía y el agrado con el cliente, es la norma. Y eso que hay que buscarlo, para saber dónde está, una vez que tomas la salida 8.
“Abrimos a las siete de la mañana y como hoy, en el desayuno (¡Ay esa rebanada de pan cateto de Los Barrios con auténtica manteca colorá!) dos grupos que iban de cacería, los componentes de una exhibición de perros amestrados, que desayunaron y comieron aquí, algunos extranjeros y amigos de toda la comarca que quieren comer bien. No nos falta trabajo.
Pero tú siempre estás pensando en la profesión, en los compañeros, en hacer patria uniendo a todo el Campo de Gibraltar, desde Gibraltar al Puerto de la Duquesa. ¿A quién vas a sorprender ahora con otro homenaje?.
El padre de los Hidalgo Escalona, me responde afirmativamente: “Estoy en ello y, me tendrás que ayudar en la convocatoria. Quiero que esté aquí, en esta casa, otra vez, lo mejor de la profesión de toda Andalucía para rendir un homenaje también muy merecido. Ya te lo diré”.
Pues a la espera estamos de la noticia. Conociendo al jefe de la familia Hidalgo Escalona, estamos seguro que será otro acontecimiento para el mundo de la gastronomía como lo fue el ofrecido a los dueños de Los Remos. En eso quedamos.
Y hoy ya en el 2019, ni está Andrés Hidalgo, ni está Alejandro de Los Remos, ni Chikito, ni Juan Luis de Tarifa. Descansen todos en paz.
En las fotos de Cacho, Alejandro y Naty recibiendo el gran homenaje en La Venta El Frenazo y en foto del inolvidable Doro, el príncipe Alfonso de Hohenloe y José Luis Yagüe en el el primitivo Restaurante Los Remos, de la desembocadura del Rio Guadarranque.