No podemos escondernos ni tener miedo. En una sociedad avanzada y democrática como la nuestra, en pleno siglo XXI, nadie nos debería asustar ni amedrentar. Hemos de ser honestos y coherentes, y ningún ciudadano de bien entendería que no diéramos la cara para convencer a los demás, cuando con algunos de nuestros amigos se quiere cometer una grave injusticia.
Cuando estamos a las puertas de un proceso multielectoral,hay quienes se descuelgan solos, hay otros que los quitan y quienes sufren el acoso de los mediocres por haber sido trabajadores, sensibles e inteligentes con los problemas de los demás y eficaces a la hora de buscar soluciones.
Pero, no pierdan cuidado, solo estamos hablando del mundo de los cuentos, de las fábulas, y puestos a imaginar lo que era fantasía en principio se convierte en la realidad pura y dura, y algunos voceros nos quieren hacer ver lo que no existe con palabras y falsas imágenes, u ocultar lo que está delante de nuestros ojos, distrayéndonos con argumentos inexistentes.
Si somos gente decente y de bien, no podemos escondernos y hemos de dar la cara. Ni debemos colocar permanentemente a España en peligro con actuaciones que solo miran intereses partidistas e individuales, que tienen la cobardía de no cuestionar nada que les venga de arriba y caen en lo más bajo.
Entre estupideces y desfachateces hemos de dar la cara, con consistencia, emoción y respeto. Nos sentimos afortunados cuando las cosas nos van bien y nos lamentamos en nuestra desgracia cuando ocurre todo lo contrario.
Hay quienes nos predican la igualdad a tiempo parcial cuando debiera ser por nuestra dedicación a la misma durante toda la vida, sin agobiarnos por politizar lo que hagamos, porque tal vez sea eso lo que realmente les falta, entre el desconocimiento y la falta de fiabilidad.
Nunca sabemos la realidad de nuestros puntos de partida ni la fantasía de las metas que forman parte de un futuro difuso e incierto. Hay datos que no avalan lo que decimos y actos que no refrendan lo que pensamos. Ante las incertidumbres e inseguridades nos cuesta mucho trabajo el dar la cara, quizás porque tenemos demasiado temor a qué nos la puedan partir.
Resulta motivador, que entre pancartas, gritos de reivindicaciones, saltos y manifestaciones hemos asistido, tras un año, a la segunda gran jornada de la Revolución Feminista, que ha superado la del 2018 de forma masiva y exhibiendo la fuerza del feminismo. España ha marcado tendencia ante todo el mundo, ahora nos queda ser persistentes y continuar.
Qué gran error el del PP , quedándose al margen de lo que ocurría en la calle, colocando una vez más todo tipo de adjetivos descalificatorios a la izquierda, los sindicatos y la plataforma que promovieron las manifestaciones, y dejándose arrastrar por las posiciones más rancias y decimonónicas , que solo miran hacia atrás en lugar de hacia delante.
Hay anuncios que no se concretan jamás y renuncias que nos cogen con el pie cambiado. Frente a posturas honestas, que desde la ética y la coherencia mantienen la vergüenza en sus actuaciones, hay quienes cambian de opinión y de chaqueta en función de sus intereses.
Los transformismos que se producen en la vida política son espectaculares, y a veces increíbles. Sin ir más lejos, pongamos dos ejemplos. Uno el de Teresa Pallarés , que de ser Subdelegada del Gobierno de España en la provincia de Tarragona entre 2008 y 2011, y en poco más de ocho años , ha pasado de trabajar para el Gobierno a cargar contra él, y convertirse en portavoz independentista en el juicio del Procés.
Uno se pregunta ¿Cómo puede producirse esta transformación? Incluso hasta hacerle decir Es un juicio a la democracia y nos estanos jugando derechos sociales, políticos y humanos. No deja de ser sorprendente , y parece que la señora Pallarés hubiera vivido en una realidad que no se corresponde a la que los demás estábamos viendo .
O todos estamos locos y no sabemos lo que hemos visto y decimos disparates, o esta señora miente descaradamente y nos está tomando el pelo sin ningún miramiento . Y ahora en lugar de dar la cara, y decir cuál es la verdad del cuento, continúa enredándonos sin miramiento alguno.
Son especialistas en dejar en la estacada al más pintado, abandonar ideas que nunca han profesado ni nunca han defendido, y entre novelerías y paparruchadas no dejan de decepcionarnos y nos dan ganas de mandarlos a la porra.
Por ejemplo, el señor Puigdemont, huido de la justicia española en Waterloo busca inmunidad en toda la Unión Europea como futuro eurodiputado y se ha comprometido a volver a Cataluña si consigue el acta para la Eurocámara. Esto no es dar la cara, pero si tenerla muy dura.
En otro orden cosas, Soraya Rodríguez, que fuera portavoz parlamentaria del Grupo Socialista, abandona el PSOE por su discrepancia profunda con la dirección del partido en relación a su política con el independentismo catalán Resulta cuando menos tardío y extraño, cuando doña Soraya sabe que no va a ir en las listas y no se cuenta con ella para futuras tareas de Gobierno.
Con todo el respeto, por la trayectoria política de doña Soraya, creo que no le asiste la razón cuando se intenta hacer ver que pude haber algún acuerdo con los independentistas por parte del PSOE fuera del marco constitucional. Si ha habido algún grupo político leal a España han sido los socialistas en sus 140 años de historia.
Mientras CIUDADANOS , en su política de recoger todo el que proviene de otros partidos como Silvia Clemente ex militante del PP que tras unas primarias polémicas ha tenido que dar marcha atrás por un presunto pucherazo o Celestino Corbacho ex ministro socialista , espera ansioso a la señora Rodríguez,, probablemente para ficharla de cara a las Elecciones Europeas. Ella, claro está tiene la última palabra.
El ejercicio de la política es apasionante y en algunos momentos gratificante y en otros muy duro. Cuando las cosas van bien hay que disfrutarlas, pero cuando vienen mal hay que ser fuertes y resistentes y saber aguantar el temporal…
Por citar, seguiremos el refrán, no hay dos sin tres,y ahí está el ejemplo de Tania Sánchez, que ha sido uno de los nombres propios de la política en los últimos años en una carrera en la que salió de Izquierda Unida para seguir en PODEMOS, donde nunca decía que estaría para salir de sus filas y recalar en la Plataforma Convocatoria por Madrid y terminar siendo la número dos de Errejón en MAS MADRID. Más transformación en tan poco tiempo, realmente imposible.
Y para terminar , reconozco que al igual que otras veces va con la derecha, que ya no hay por dónde cogerla, hoy la cosa va con la izquierda , y resultó escandaloso que los errores de las prisas y las prisas de los errores, ya que en vísperas del DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER , supimos del famoso cartel anunciando la vuelta de su permiso de paternidad de Pablo Iglesias , VuELve, y la verdad que este señor vuelva no creo que sea un acontecimiento , no se hizo cuando su compañera , Irene Montero , finalizó su permiso de maternidad.
Menos mal, que rectificaron el cartel, pero este lapsus de cartelería es lamentable e indica un pensamiento no asumible en una formación que se dice de izquierdas. Pero no nos debe extrañar porque los violetas nos tienen acostumbrándonos
Podíamos continuar con muchos ejemplos en las diferentes formaciones, sobre la obligación que tienen los responsables políticos de dar la cara, y de decirnos la verdad, pero sería una historia interminable, Así que colocaremos un punto y aparte para referirnos a dos casos que nos llaman la atención.
Uno el de Celia Villalobos, que no ha tenido nunca pelos en la lengua y que una vez más en una entrevista en el programa la Sexta Noche se dejó caer con Votaré siempre al PP, aunque no me gusten los que estén ¿Lo entiende usted señor Casado?
El otro, la carta de Valls a Sánchez, Casado y Rivera por un pacto constitucionalista sin VOX ni PODEMOS. Nos parece bien ese intento suyo , aunque todos los partidos legalizados en España deben estar dentro de la Constitución , pero debería , en un gesto de coherencia comenzar por sus aliados de CIUDADANOS en Andalucía , que están gobernando con el PP gracias al apoyo de la ultraderecha ¿Cómo le ponemos al niño?
Juan Antonio Palacios Escobar