La continúa improvisación en la gestión de la pandemia es la tónica establecida desde la aparición del Covid-19, pero lo vivido los últimos días en el Campo de Gibraltar es cuanto menos desconcertante.
El aumento de casi mil nuevos positivos de un día para otro en Algeciras es algo demencial, además de incoherente con los datos recopilados en las últimas semanas por la Consejería. Este incremento desproporcionado ha provocado el cierre de todo comercio no esencial, con el consiguiente malestar en el pequeño comercio y la hostelería.
Los responsables sanitarios achacan estas enormes diferencias a problemas informáticos que han causado la acumulación de casos sin notificar durante varios días, algo que ha creado cierta incertidumbre en la veracidad de los datos aportados a la ciudadanía y más teniendo en cuenta que las restricciones aplicadas van en proporción a la tasa de incidencia acumulada, la población ya no sabe a qué atenerse.
Han sido muchas las críticas recibidas desde todos los ámbitos de la sociedad campogibraltareña, sindicatos, asociaciones de empresarios y AMPAs de centros escolares no han tardado en pedir explicaciones. La suma del desgaste generado tras tantos meses de confinamiento y la incertidumbre provocada por la continúa improvisación en la gestión de la emergencia sanitaria está inoculando un resquemor en alza hacia la maltrecha clase política.
La sociedad necesita, más que nunca, unos dirigentes que sepan tomar decisiones de calado para poder afrontar con garantías el futuro que se nos presenta, y que garanticen la continuidad del estado del bienestar tal como lo conocíamos antes de la crisis económica generada por la aparición del Covid-19.