El plan de repoblación forestal de la Diputación de Málaga, consistente en la plantación de un millón de arboles con motivo de la lucha contra el cambio climático impulsada por el ente supramunicipal y que está centrada también en la reducción del consumo de electricidad, la mejora de la movilidad, y una adecuada gestión del agua y de los residuos, comenzará en el otoño en el entorno de los Los Dólmenes de Antequera.
Así lo ha dado a conocer la diputada de Medio Ambiente y Promoción del Territorio, Marina Bravo, tras una reunión de trabajo celebrada este miércoles, mantenida con el alcalde de Antequera, Manuel Barón; el concejal de Obras y Mantenimiento, José Ramón Carmona; y el concejal de Medio Ambiente, Juan Álvarez, en la que se han determinado las líneas maestras de la aplicación en la localidad del ambicioso plan para liderar la lucha contra el cambio climático en la provincia.
De este modo, el plan contempla la plantación de decenas de miles de nuevos árboles autóctonos, como pinos o encinas, en todo el municipio para empezar la protección visual del entorno perimetral de dicho conjunto arqueológico. Los objetivos generales son prevenir la desertización y aumentar la masa arbórea para hacer frente al cambio climático.
Antequera se beneficiará de esta iniciativa a partir del próximo otoño, época en la que está prevista que comience la plantación de nuevos árboles, que debido a la gran extensión del municipio ya se estima que sean decenas de miles de nuevos ejemplares de especies autóctonas como el pino carrasco o la encina.
La primera de las zonas en la que se llevará a cabo esta repoblación forestal será el entorno de Los Dólmenes, pues se priorizará dicho perímetro para comenzar así con la programada protección visual del entorno del conjunto dolménico que aspira, junto a El Torcal y la Peña, a ser declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO a mediados del próximo mes de julio.
Además de servir como freno a la erosión, la plantación de miles de nuevos árboles en Antequera servirá para luchar contra el cambio climático puesto que las especies vegetales son capaces de absorber el dióxido de carbono, provocando incluso una regulación de las temperaturas ambiente.
Plan hasta 2020
Bravo ha recordado que el plan en que está trabajando la Diputación de Málaga, y que requiere la implicación de todas las administraciones y la participación activa de la ciudadanía, tendría un coste de unos 100 millones hasta 2020, año que se ha marcado la institución como hito para alcanzar los principales propósitos en las acciones por el clima.
El plan incluirá un conjunto de actuaciones sobre tres pilares básicos: la reducción de las emisiones de CO2 y la lucha contra la erosión; el aumento del uso de energías renovables y la mejora de la eficiencia energética.
En relación al primero de ellos, la lucha contra la erosión y la diminución de CO2, el objetivo general de la UE hasta 2020 es la reducción de un 20% de las emisiones respecto a 1990, y el objetivo que pretende lograrse en la provincia, siguiendo la Estrategia Energética Andaluza, es lograr una bajada del 30%.
Dado que la vegetación es primordial para evitar la erosión y un elemento fundamental en la lucha contra el cambio climático, ya que las plantas son capaces de absorber el dióxido de carbono (el CO2), la primera medida que se contempla es la plantación de un millón de árboles hasta 2020.
Bravo ha recordado que se actuará sobre 2.5000 hectáreas para restaurar áreas identificadas como especialmente degradadas o con riesgo elevado de erosión, por lo que los Ayuntamientos han de ser lo que comuniquen cuales son las zonas prioritarias.
Con el millón de árboles, se evitará la pérdida de 125.000 toneladas anuales de suelo, una cantidad de tierra similar a la que transportan 6.250 camiones cada año. Y estos árboles absorberán 85.680 toneladas de CO2 anualmente. Esto equivale a los gases que emiten cinco millones de vehículos en desplazamientos de 100 kilómetros.
Esta actuación de reforestación, que tendrá un coste aproximado de un millón de euros, se une a otras medidas para reducir las emisiones de CO2 como el cambio en el sistema de alumbrado público en municipios menores de 5.000 habitantes y la revisión y actualización de los planes de optimización energética de todos los ayuntamientos de la provincia.
Eficiencia de los recursos
Un segundo gran apartado es el de la eficiencia de los recursos, apostando por las energías renovables. El compromiso de la UE es alcanzar un 20% hasta 2025, y el reto es llegar en la provincia hasta un 25%.
Para ello se plantea un mayor uso de placas solares en las dependencias municipales, así como la implantación del tratamiento terciario en las depuradoras, al igual que mejoras en la movilidad, ayudando a los municipios a la creación de carriles bici.
Gestión del agua
Y el tercer pilar es la eficiencia energética, o lo que es lo mismo, conseguir un ahorro y un consumo más responsable en materia de agua y de residuos. La UE plantea un ahorro del 20% hasta 2020, y el objetivo provincial es alcanzar el 25%.
En materia de agua, la Diputación de Málaga lleva tiempo trabajando en un mejor aprovechamiento y un uso responsable de los recursos hídricos. En este caso, se contempla la realización de un Diagnóstico de las infraestructuras hidráulicas y de los recursos hídricos de cada comarca de la provincia, similar al que ya se ha realizado en la Axarquía.
Además, la puesta en marcha del tratamiento terciario en las depuradoras permitirá aprovechar el agua para riego.
Reciclaje
Y, en lo que respecta a los residuos, se van a llevar a cabo medidas que eviten el colapso de los vertederos de la provincia. En este caso, la sensibilización de los ciudadanos es primordial, así como la colaboración de las empresas.
Bravo ha recordado que próximamente, se pondrá en marcha una planta de compostaje en el complejo medioambiental de Valsequillo, una planta para procesar los residuos orgánicos de los 89 municipios que forman parte del Consorcio, produciendo compost, apto para su uso como abono para la agricultura y la jardinería.
Esta planta reducirá notablemente el volumen de residuos que se depositan en el vertedero, y permitirá reutilizar para otros usos más del 50% de los 800.000 kilos de basura orgánica que se generan cada día en los 89 municipios.
En esta misma línea, el reciclaje de envases reduce la emisión de CO2 a la atmósfera y ahorra agua, energía y materias primas. Actualmente, se reciclan en las instalaciones de la Diputación unas 15.000 toneladas al año y se plantea seguir incidiendo en la población para que siga colaborando aún más en la separación de los residuos.