Cuando nadie tiene mayoría suficiente para gobernar, necesita llegar a acuerdos y pactar con otras fuerzas políticas. Esto exige unas dosis de inteligencia y pragmatismo entre lo que se desea y el idealismo y aquello que puede ser posible y realizable.
Los discursos, las retóricas y las exposiciones doctrinales están muy bien dentro del marco académico o del ámbito teórico, pero gobernar es enfrentarse a los problemas y tomar decisiones, y eso entraña claridad y coraje, pero sobre todo la fortaleza que da un Gobierno estable.
La actualidad política de nuestro País, comporta una cultura diferente a la que estábamos acostumbrados, y entre pistas y pactos, llegar a acuerdos entre semejantes y diferentes, colocando siempre por encima los intereses generales sobre los particulares, y los de España sobre cualquier parte de nuestro territorio.
Como ustedes comprenderán no voy a realizar un análisis sobre los diferentes pactos que pueden tener lugar entre los distintos protagonistas políticos, pero si me van permitir que les comente mi visión sobre la actitud de las diferentes organizaciones políticas para resolver el rompecabezas que tienen frente a sus ojos.
Según el último barómetro del CIS, EL 44% de los españoles, prefiere un Gobierno del PSOE en solitario con apoyos puntuales, y puestos a elegir la coalición más aceptada es entre socialistas y PODEMOS sin el concurso de independentistas.
Mientras que según el mismo estudio, otras opciones contempladas son la de PSOE y CIUDADANOS, por detrás los socialistas, los podemitas y los independentistas y en último lugar el trifachismo de PP, CIUDADANOS, VOX y otros,
Hay otro mensaje que deja la encuesta y es que cerca del 80% de los votantes de CIUDADANOS prefiere que los de Albert Rivera pacten con el PSOE, que otros experimentos para fortalecer la alianza de las derechas y reproducir el experimento andaluz. Sin embargo, de momento, el líder naranja hace oído sordos.
En nuestro País no hay cultura de Pactos y tendemos a demonizar todo aquello que no nos gusta o con lo que no estamos de acuerdo. De esa guisa el actual Presidente, Pedro Sánchez ha pasado de okupa del poder a ser un inquilino de la Moncloa con todos sus perejiles.
Tenemos que estar predispuestos a cualquiera de los escenarios y protagonistas, en el camino que va de lo repetitivo a lo sorpresivo, de la decadencia a fórmulas renovadas de encarar el futuro de los Ayuntamientos o las Comunidades Autónomas, a permanecer anclados en el pasado y la nostalgia.
Lo que debería ser un denominador común de los partidos políticos españoles es el de no alimentar a la ultraderecha, y que adquieran cuotas de poder que lejos de debilitarles le fortalezcan, lo que también puede ser aplicable a los independentistas. No debemos olvidar que la política es el arte de lo posible.
No vale el evitar hacerse la foto con VOX, pero utilizar sus escaños para poder gobernar, como hace CIUDADANOS en Andalucía. Por eso los chicos y chicas de la ultraderecha, han dicho que” hasta aquí ha llegado el río“y que si quieren sus apoyos, no se van a esconder, quieren estar en la mesa de negociación y participar del Gobierno. Y además ya han amenazado con tumbar el Presupuesto de la Junta de 2019. Aunque todo huele que quedará en postureo. El pasado martes día 4 arrancaron las negociaciones entre el PP y VOX en el Congreso.
En la última reunión de la Ejecutiva Nacional de CIUDADANOS, se ha aprobado por unanimidad que su “socio preferente” seguirá siendo el PP y que descarta las mesas “a tres” y por supuesto no estarán en ningún Gobierno en los que esté VOX. ¿A qué esperan para romper la alianza andaluza? Gobiernan gracias a la ultraderecha.
Mientras la intención del PP, vistos los resultados del pasado 26 de Mayo, es tras los primeros contactos con la ultraderecha, mantener una reunión a tres junto con CIUDADANOS y VOX para intentar lograr pactos en Comunidades Autónomas y Ayuntamientos. ¿Es todo puro teatro? ¿En qué quedará todo este cuento?
Los que también están distraídos con sus tormentas internas son el señor Iglesias y sus legiones de críticos, las últimas voces que le han pedido que asuma sus responsabilidades y se deje de pedir sillones, olvidándose de las políticas que hay que hacer, es la de Ramón Espinar que ha abierto la puerta a la rebelión de otros líderes como “Kichi”, el reforzado alcalde Cádiz.
Pues al final, Iglesias en lugar de dimitir ha ofrecido la cabeza de Echenique como Secretario de Organización y lo ha nombrado Presidente de una Comisión encargada de las futuras negociaciones con el PSOE en todo el territorio; y aquí paz y allí gloria, y Alberto Rodríguez “El Rastas” ha sido el relevo en el organigrama de PODEMOS.
Promesas y demagogias serán penalizados con el paso de los tiempos no solo en las urnas sino en los Tribunales, como ha ocurrido en el Reino Unido con Boris Johnson ex Ministro de Asuntos Exteriores y ex Alcalde de Londres, que se sentará en el banquillo de los acusados y puede acabar en la cárcel por haber mentido sobre el dinero que los ingleses entregaban a la Unión Europea, y haber engañado a la opinión pública sobre el “brexit”.
Las próximas jornadas serán de todo, menos aburridas, y seremos testigos o protagonistas de pactos de investidura, coaliciones de gobierno y acuerdos puntuales que procuraran dar estabilidad a nuestras ciudades, pueblos y Comunidades Autónomas, desde opciones de cambio, avances, oportunidades y participación de la ciudadanía.
Tenemos en el marco de las negociaciones y silencios de estos días a gente muy preocupada y otras muy relajadas. Nos encontraremos con pistas que son verdaderos despistes, de aquellos que hablan y prometen diálogos que después no practican.
Esta semana en la que estamos es clave para que se cristalicen los pactos. Ahora hay demasiados rumores y ruidos, y no están nada claros ni desde las prisas ni desde los personalismos, y hemos de mantener la calma y saber esperar los movimientos de cada uno de los protagonistas.
Comprobaremos que en España hay poca experiencia en acordar entre diferentes y una gran ausencia de metodología negociadora. Todo lo que en política no sea poder es pura retórica, entre las advertencias de los débiles y la tranquilidad de los fuertes.
Hoy en día hemos de admitir con humildad que el ejercicio de las mayorías absolutas además de infrecuentes, no son fáciles y nos conviene explorar caminos alternativos, entre los clásicos y a la portuguesa., entre acuerdos programáticos sin Ministros o ministros sin coalición.
Tras los trazos gruesos de los datos y las primeras reacciones, hemos de tener cuidado con la impertinencia de algunos personajes, que entre el declive y el ridículo, pretenden alcanzar los cielos, sin pizca de autocrítica, cuando realmente se encuentran en los infiernos.
Nos sorprende cuando “humilde” Iglesias afirma “Los Ministerios son lo de menos·”, y es en lo que piensa de forma obsesivo compulsiva. Si no tenemos una visión amplia y generosa, asistiremos a la ruptura de la palabra dada y el mercadillo de los escaños para coger las mayorías.
Veremos cómo se eleva a los altares del poder a los mejores de los peores o a los peores de los mejores. La sociedad necesita políticos útiles y que les resuelvan los problemas, no que sean el mayor de los dolores de cabeza.
La ciudadanía a estas alturas de la película, está saturada y hasta el gorro de pistas, pastos y pactos, de encuestas y barómetros, de que quienes les representan se dediquen a hablar de sus cosas y no de las nuestras. Así les han enviado en los dos últimos procesos electorales, un mensaje alto y claro. “Hablen, acuerden, no nos engañen, ni nos defrauden, y a gobernar o hacer oposición”
Todos los sistemas tienen sus ventajas e inconvenientes, pero hemos de acostumbrarnos a dialogar para configurar mayorías y gobiernos estables. Negociar es ceder de nuestros máximos para situaros en lo razonable y realizable.
Lo que no perdonarían los ciudadanos es que entre frivolidades, funciones y fuegos de artificio, fuéramos a unas nuevas Elecciones para encontrarnos en una situación parecida o tal vez fortaleciendo a quienes queremos debilitar.
Entre el disparate y el frenesí, hemos de saber superar los frentismos, lejos de afirmaciones engañosas, historias que se repiten, criterios arbitrarios y chantajes del poder, futuros inciertos y discursos vacíos, conmociones e indiferencias.
Son muchas las pistas sobre los pactos, pero demasiadas las incertidumbres sobre los gobiernos, por tanto la prudencia aconseja calma, paciencia y vista larga y paso corto. Los letrados del Congreso mantienen, a pesar de la suspensión de los políticos catalanes presos, la mayoría absoluta en 176.
Esta semana, el Jefe del Estado ha recibido a los líderes de los diferentes grupos políticos al objeto de explorar las posibilidades de formar Gobierno y ha encomendado el encargo de formar Gobierno a Pedro Sánchez, que lo aceptado con el compromiso de hacerlo “cuanto antes.”
También hemos sabido que el Supremo paraliza “por unanimidad” cautelarmente la exhumación de los restos de Franco y lo considera Jefe del Estado desde 1936, cuando lo era Manuel Azaña y el Presidente del Gobierno Largo Caballero. Situación insólita en un País democrático de la Europa del siglo XXI.
Ahora habremos de saber, entre los fantasmas del pasado y los afanosos objetivos del presente, como vamos enredando y desenredando la madeja hasta tener un ovillo perfecto, aunque los contribuyentes nos conformaríamos con que fueran resolviéndose nuestros problemas y atendiéndose nuestras demandas.
Juan Antonio Palacios Escobar